Capítulo 2

82 12 0
                                    


"La Granja Azul..."

Mi cuerpo se sentía rígido. Dolía, había algo apretando tan fuertemente todo mi cuerpo, que ya comenzaba a sentirse entumecido, como si ya llevase horas y horas en este estado. Mis parpados también se sentían pesados, por lo que al intentar abrirlos, batallé un poco, hasta que la luz del lugar comenzó a calarme en los ojos, haciéndome parpadear un par de veces hasta que mi vista por fin se aclaró y se adaptó al lugar. Era un cuarto grisáceo, vacío, pero al mismo tiempo había una luz enorme entrando por una puerta blanca, iluminando directo a mi rostro. Tosí un poco, dejando caer algo de saliva que impacto contra mi pecho, manchando mi camisa y al mismo tiempo, escurriendo por mi mentón. Intente limpiarme, tan solo para descubrir que al intentar mover mis manos, éstas estaban atadas a los respaldos de una silla de madera, la cual lucía vieja y bastante desgastada, además; por la pinta, supuse que estaba sucia. Había un par de manchas oscuras marrones que la manchaban tanto como mi vista alcanzaba a notar. Toque un poco con mis dedos tanto como pude, tan solo para descubrir que estaba pegajoso, casi como... temblé, moviendo mi cabeza de un lado a otro, sin ver absolutamente nada, más que la bendita luz que entraba por la puerta. Más allá de eso, todo estaba malditamente oscuro.

Comencé a forcejear, intentado zafarme de aquellos amarres y comenzando desde ya, a entrar en completo pánico.

—¡Auxilio! —grite, esperando ser atendido de inmediato. Cualquiera que fuese la situación, esto tenía que ser un error en su totalidad. Yo no pertenecía allí. —Por favor... alguien, ¡ayuda!

Estuve a punto de ahogarme con mi saliva, por lo que comencé a toser nuevamente, otra vez dejando escapar algo de mi saliva que tan solo goteo en un hilo de la misma por mi mentón hasta topar contra la tela de mi camisa. Mis ojos se aguaron cuando el pánico comenzó a aumentar en mi sistema. No recordaba nada, y mi corazón en mi pecho ya martilleaba con violencia, haciéndome retemblar un tanto. Entonces, escuche pequeños pisotones acercarse a mi sitio, por lo que me moví tanto como pude tan solo para ver una pequeña silueta acercarse. Era un niño.

—Hey, ¡por favor, ayúdame! —le grite enseguida, sin apartar la vista del mismo. Aunque no hizo mucha falta, puesto que el pequeño corrió en mi dirección, colocándose justo al frente. —Por favor, no sé dónde estoy... esto es un error, ¿podrías ayudarme? —le pregunté en un tono casi suplicante, moviendo mis manos atadas para hacer sonar las cadenas que les mantenían así para que el pequeño supiese a lo que me refería, ya que por su... extraña mirada, parecía no percatarse de mi estado prisionero. —Por favor, libérame. —suplique.

El infante pasó de mirar los grilletes que me aprisionaban a mirarme a mí nuevamente, clavando esa penetrante y, ahora dándome cuenta; terrorífica mirada en mí. —Hiciste algo muy malo. —dijo.

Su voz sonaba dulce, pero simplemente no encajaba con el resto de su ser. Su cabeza era pequeña, un tanto más que el resto de su cuerpo, así que no encajaba con él. Por otra parte, lo que definitivamente me puso los pelos de punta fueron sus ojos. Eran enormes. Azules, penetrantes, y... simplemente gigantescos. Tanto que estos sobresalían de sus cuencas, haciéndome temblar nuevamente, mi pecho subiendo y bajando de manera algo más salvaje. Él no dejaba de repetirme que había hecho algo muy malo, pero yo seguía sin entender y ahora, enserio deseaba que ese maldito adefesio infantil saliera de mi vista, pues ya comenzaba a darme asco y tan solo no podía apartar mi mirada de él.

Su voz fue apagada cuando otro par de pisadas, más fuertes esta vez; comenzaron a sonar por la puerta que dejaba entrar la única luz. De ella, apareció un hombre obeso, bastante alto que a decir verdad, creía que superaba por mucho mi metro ochenta. Comencé a temblar nuevamente cuando vi que aquel sujeto gigantesco portaba en una de sus manos una escopeta, por lo que me removí inútilmente en mi lugar, suplicando.

Alimenta al CerdoWhere stories live. Discover now