HYORIM

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Parte 1:

Hyorim (8)

Beomgyu y yo estábamos en mi habitación dibujando unos patos. Normalmente me pasaba el día con él o con mi hermano mayor Jimin. Este último últimamente estaba muy ocupado ya que le habían incrementado las clases por ya tener diez años. Con Beomgyu era más tranquila, pero con mi hermano me transformaba en una pequeña copia de él.

—¿Te gusta este?—preguntó Beomgyu enseñándome un pato algo amorfo.

—Parece una boca de incendios.

Comenzamos a reír demasiado alto, al final mi padre se asomó curioso a la habitación para ver qué hacíamos. Ambos nos quedamos mirando a mi padre, agarré la hoja y le enseñé el dibujo.

—Mr. Boca incendios—dije sacando una risa a mi padre.

—Os recuerdo la clase de idiomas, solo faltáis vosotros—dijo cerrando la puerta de nuevo.

Nos miramos y salimos corriendo a la sala donde dábamos esa clase.

Tras dormirme un par de veces en el dictado, terminó la clase y salí hablando con Iseul sobre ir al jardín a leer. No era mi pasión, pero no me disgustaba, además sabía que a mi hermana mayor le fascinaba esa idea. Nos llevamos a los dos pequeños para que jugaran al fútbol fuera también.

—¿Qué lees nonna?—preguntó Eric señalando con su dedo el libro.

Le enseñé la portada y este se sentó a mi lado.

—Me gusta este dibujo—dijo señalando a uno de un chico rubio.

—Sí, a mí también.

—¡Eric! Te toca portero—gritó Luca señalando el hueco entre los dos arbustos.

Esos dos eran un dúo, no se separaban por nada en el mundo. Iban hasta al baño juntos, inseparables.

Jimin y Beomgyu llegaron al cabo de una hora y se pusieron a jugar con los menores, Iseul no despegaba la mirada de su libro a diferencia de mí, que cada vez que escuchaba un "wow" miraba a ver qué habían hecho.

—Juega con ellos si quieres, ni que estuviéramos hablando—dijo Iseul sonriendo y señalando con la barbilla a esos cuatro corriendo tras un balón.

—Te compensaré—dije dejando el libro a su lado y saliendo corriendo a jugar como loca.

Tras caerme unas cuantas veces y meter un par de goles, mamá apareció con ropa de deporte.

—Mi turno—dijo atándose su gran cabellera negra.

Tras ella apareció papá también con ropa deportiva. De alguna forma acabó uniéndose también Iseul a aquel partido. Papá, Beomgyu, Iseul y Eric contra Luca, Jimin, mamá y yo. Ya entendía el porqué Iseul se dedicaba a leer y no jugar, había tratado de dar al balón unas cuatro veces y todas acabaron en la cara de alguien.

—Iseul, o eres buenísima y apuntas a la cara o deberías no volver a tocar un balón—dijo Jimin aguantando la risa.

Luca y Eric rieron ante el comentario, todo lo contrario a Iseul que se cruzó de brazos. Me acerqué a mamá preocupada por la situación.

—Mamá...

—¿Qué ocurre cariño?

—Enfadar así a Iseul no trae cosas buenas—dije mirando como esta doblaba el vestido para tener más movilidad.

—¿A qué te refieres?

—Opción uno, hará una super jugada y meterá gol para callar la boca de Jimin; opción dos, tirará el balón aún más fuerte dando a Jimin para que sangre su nariz.

—¿Estás segura?

—Sí, completamente.

Y así ocurrió, la nariz de Jimin chorreaba como nunca. Este además lloraba desconsolado por el escozor del balón en la cara.

—¡Iseul! No puedes ser tan violenta—regañaba mi padre a mi hermana—Con que metieras un gol valía, no hacía falta darle en la cara—dijo con el ceño fruncido.

—Lo siento...

—Discúlpate con él ahora mismo.

Iseul se acercó con la cabeza baja hasta nosotros. Yo me encontraba sujetando el papel en la nariz de Jimin mientras este terminaba de llorar.

—Perdón Oppa...

Jimin asintió lentamente aún con cierto hipo. Quité el papel, ya no sangraba. Jimin se levantó del suelo y abrazó a Iseul, en el fondo se llevaban bien aunque fueran tan diferentes. Luca se acercó y me tocó el hombro.

—¿Por qué Jimin dijo eso?

—A Jimin le gusta decir cosas para molestar—dije riendo un poco—No seas como él o el llevarás balonazos.

Tras ducharnos y asistir a una clase más fuimos a cenar. Me senté con Beomgyu y Jimin. Estos estaban en una conversación pero no tardaron en incluirme en ella. Hablaban sobre comida, específicamente sobre el Tteokbokki de la ciudad que al parecer era muy bueno.

—El año que viene ya os llevaremos a la ciudad—dijo papá sirviendo a mamá la comida.

—¡Por fin!—gritó Jimin.

Levantó los brazos de la ilusión.

—Iréis con soldados si nosotros no estamos y avisad cuando os vayáis—dijo mamá mirando fijamente a Jimin.

—Vaaale...—dijo este comiendo de nuevo.

Todos en esa mesa sabíamos que acabaría escapándose sin siquiera avisar, pero lo que no sabían era que no se escaparía solo; nunca dejaba a Jimin irse solo de aventura. Solo hacía falta un par de miradas para saber que estaba pensando en cualquier locura; sonreía al plato mientras perseguía el trozo de verdura que le quedaba con el tenedor. Mi mirada fue directa a Iseul, ella también sabía solo con mirar al idiota de Jimin que este tenía algo planeado.

—No me fiaría de él—dijo mi madre mirando a Jimin—es igualito a mí y tiene lo peor del padre.

Papá sonrió mirando a su hijo, sin duda lo que había heredado mi hermano de papá era su apariencia de chico guapo además de sus pensamientos retorcidos.

—¿Lo peor de mí? Pero si es todo un galán.

—Más vale que no salga mujeriego—dijo mi madre con el ceño fruncido.

—Yo no era mujeriego y mírame, era y soy todo un partidazo.

—Antes no lo hacías porque nadie te aguantaba y ahora no lo haces porque te parto las piernas.

—¡Partir piernas!—gritó Eric ilusionado.

Todos miramos al menor, tanto Luca como él eran silenciosos en las comidas.

—¿Qué le enseñas a nuestros hijos?—preguntó papá cruzándose de brazos.

—¿Yo?—preguntó mamá inocente—les enseño a patear a los idiotas, a que sí.

Todos asentimos sonrientes, realmente mamá tenía mucho carácter y trataba de enseñarnos a defendernos solos.

—¿Y yo que les enseño chicos?

—A obedecer a mamá—dije después de unos segundos de silencio.

Todos comenzaron a reír ante mi respuesta, papá comenzó a quejarse diciendo que era útil mientras mamá tosía al no poder respirar de la risa. Qué buena familia...

King Jeon - "JK"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora