— Puede que me haya saltado la cena un par de veces...— admitió finalmente.

— Espero que eso no se repita, no quieres que te envíe un Vociferador, ¿verdad?

— No...— dijo en voz baja.

— Bien, pero no te he llamado para echarte la bronca. ¿Cómo está siendo tu verano?

— He estado yendo a la casa de Blaise, así que no he estado tan solo en esta enorme mansión, ¿y tú? ¿Te tratan bien los traidores de sangre?

No pude evitar reírme, era cómicamente irónico que me amara tanto a pesar de que estaba lejos de ser una sangre pura, pero que odiara tanto a los Weasley, que eran todos de ascendencia mágica.

— Estoy bien, no te preocupes. Están siendo bastante amables.

Seguimos hablando de cosas triviales por un poco más de tiempo, no quería preguntarle ni contarle cosas personales ya que Fred seguía escuchando, a pesar de que necesitaba tener una charla con el chico a solas. Después de un rato, Fred salió de la habitación y volvió cinco minutos después.

— Sirius te está llamando, la reunión ha terminado — me anunció.

— Draco, tengo que irme. Pero te prometo que te veré pronto, ¿de acuerdo?

— Está bien, cuídate, Lilith. Sabes que te considero mi familia.

— Lo hago, sabes que te amo mucho, mucho. Cuídate también y no olvides tus vitaminas o te daré un puñetazo. ¡Adiós!

Colgué el teléfono y salí de la habitación, seguida por Fred. El momento anterior de la ducha todavía estaba en mi mente y se sentía como un estallido de confianza. Porque aunque si siguiera con ese odio sin sentido hacia mí, él también me deseaba, y eso era algo que no podría negar.

— Bueno, ¿qué te ha dicho Malfoy? — Black me preguntó una vez que llegamos a la cocina.

— ¿Eh? — fruncí el ceño.

Me miró confundido, como si su pregunta tuviera una respuesta obvia.

— Te dejé hablar con Malfoy porque pensé que obtendrías información sobre su padre.

— ¿Qué? ¡No he hablado con Draco sobre su padre!

— Lucius es un mortífago, Lilith, y apuesto a que intentará que su hijo se convierta en uno.

Oh no, aquí estaba el prejuicio de nuevo. Sabía que Draco no era exactamente la mejor persona del mundo pero, ¿un mortífago? Eso era demasiado, incluso para él.

— ¿Mencionó a Lucius al menos? — Sirius preguntó de nuevo, frotándose la cara.

— Sí, pero sólo dijo que normalmente no pasaba por casa por algún asunto. Nada nuevo.

— Ella ya había empezado a hablar con él cuando llegué— intervino Fred detrás de mí, apoyado en la encimera y cruzándose de brazos.

— Sí, le pregunté si estaba tomando sus malditas vitaminas, por el amor de Dios — respondí ya un poco cabreada.

Molly Weasley se rió entre dientes, mientras ponía un poco de café en una taza. — Claro — ironizó.

Fruncí las cejas.

— Lo hice.

Remus de repente entró en la habitación.

— ¿Que está pasando? — interrogó mientras se colocaba junto a Sirius.

— Tu niñita, Lupin. Ha estado hablando con el hijo de los Malfoy y no quiere decirnos la verdad.

— ¡Ya te he dicho que le pregunté si estaba comiendo bien y charlamos sobre su maldito verano! — respondí indignada.

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Where stories live. Discover now