Un Mes. -Wigetta.

-Día 7-

Escrito por @GatosGatosGatos

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Día 7.

Era miércoles, mitad de semana, Samuel había ido a trabajar como cada mañana y había llevado a Zeus a la escuela, mientras Guillermo se ocupaba de las tareas del hogar.

Todo marchaba como siempre, hasta que el teléfono sonó, Guillermo fue a atender la llamada.

-¿Hola?

-Hola ¿Señor Díaz?

-Si, soy yo.

-Hablamos de la escuela de Zeus, hoy en la clase ha golpeado a un compañero, le pedimos que venga para informarle sobre el suceso y las consecuencias de sus actos.

-Si, en 30 minutos estoy ahí.

Guillermo término la llamada y fue a su habitación a vestirse por que continuaba aún en pijama, 10 minutos después estaba vestido con unos pantalones y una camisa de cuadros, se estaba acomodando los botones cuando se dio cuenta de que la camisa le quedaba un poco más grande de lo normal, pero como siempre no le dio importancia. Desde la noticia del divorcio había dejado de comer.

Partió en su auto hasta la escuela de su hijo, llegando un poco tarde de lo acordado por el tráfico. Entro a la escuela y fue directo a la dirección del instituto en busca de la directora, toco la puerta y tras un amable pase, entro encontrándose con su pequeño con el cabello revuelto, las ropas llenas de tierra y la mirada en sus piernas que se movían de adelante a atrás, típico de el cuando estaba nervioso, Guillermo entro y se sentó en la silla aún lado de el, frente al escritorio de la directora.

-Buenos días señora Gutiérrez, lamentó la tardanza.

-Buenos días señor Díaz. No se preocupe. Debo pensar que ya sabe por que lo llamamos, ¿Cierto?

-si señora, y créame que no permitiré que se vuelva a repetir.

-Lo sabemos señor, pero eso no evita que haya consecuencias.

-Dígame cuales serán.

-El fin de semana deberán venir usted y el señor de Luque a servicio social.

-¿Cómo? -

Y como lo hemos podido comprobar antes, vaya que el universo conspiraba en contra de Guillermo.

-Si, deberán venir aquí a las 7 de la mañana a ayudarnos remodelar la escuela, pintarla y esas cosas.

-De acuerdo señora, ¿Podemos retirarnos?

-Por supuesto.

[…]