Amada amante \\ Adrienette ♡

Soy tuyo

- Buenas noticias, ya hemos aprobado el proyecto, a partir de mañana los diseños de la Señorita Marinette y los modelos de nuestra empresa van a estar en todas las tiendas de moda de Francia. Muchas gracias a todos por hacer posible ésto- Adrien miró al personal quienes estaban rodéandolo.

-Gracias señor- respondían todos.

-En especial a la señorita Duapain Cheng, esta colección ha sido su idea-

El rubio miró a la azabache y le sonrió.

- Estoy seguro que será un éxito en ventas, no se angustie señorita-

Ella sonrió y asintió.

-Buenas noches, pueden descansar.Nos veremos en dos días-

(...)

-Adrien, tengo miedo de que sea un fracaso-

El rubio la miró a los ojos.

-Eres una maravillosa diseñadora Marinette, nunca ocasionarías un desastre-

La azabache estaba aún nerviosa. No podía estar tranquila sabiendo que el proyecto era muy importante y se había gastado mucho dinero. Saltó hacia atrás al ver a Adrien tomándole su mano.

-¿Te acuerdas de ésto, mi princesa?- le mostró el brazalete de la suerte que le había dado su amiga hace años.

-Claro, yo también tengo el mío, pensé que algún dia podríamos estar juntos de nuevo..m como amigos ...- Marinette se cubrió su carita sonrojada.

-Pero yo quisiera ser más que tu amigo, mi princesa- el rubio se acerca peligrosamente a sus labios acorralando a la tímida azabache.

-Adrien, yo también quiero ser más que tu amiga...- Marinette cierra sus ojos mientras el rubio la rodea en sus cálidos brazos.

-Siempre supe que estábamos destinados, pero fui un idiota al ignorarte...- el mayor toma el rostro de la menor, ya podía sentir su aliento dulce - mi amor...-

El guapo rubio acerca más a la menor y deposita un suave beso en sus labios.

-Eres tan dulce, Marinette-

La azabache abrió sus ojos y lo miró con un notable sonrojo en sus mejillas.

-Adrien, yo... tengo novio- él sonrió.

-Pues ¿no deberias darme una bofetada o algo así?-

-Pues debería hacerlo pero... me gustó... digo no, no... no puedo engañar a Luka así...-

Se separó del rubio, angustiada.

-Perdóname Adrien, yo no puedo aceptarte-

-Entiendo, no te preocupes, más bien perdoname a mí... no debí besarte... aún tienes pareja- el Agreste se separó de ella, y suspiró.

-Yo iré a casa, espero que las ventas sean buenas-

El rubio la tomó por los hombros con suavidad.

-Como quieras, pero quiero que sepas algo, Marinette- ella lo miró.

-Siempre seré tuyo, princesa, aunque tú no seas mía- le jaló la mejilla y tomando su maleta le abrió la puerta.

-Te quiero, Marinette- y se fue.