Aquel que corría con los Lobos

I.- ¿Stiles?

Derek

Han pasado ya dos años desde que Stiles desapareció, en realidad fue secuestrado pero aún no hemos encontrado a los culpables, desearía tanto que estuviera aquí. Si tan solo esa noche no lo hubiera dejado ir, por eso mi compañero desapareció, lamento tanto no haberle dicho que era mi compañero.

Extraño tanto sus comentaros sarcásticos, sus risas, esa sonrisa que solo me dedicaba a mí, extraño verlo quejarse y hacer pucheros, extraño sus planes, nada ha sido igual desde que se lo llevaron. Quiero a mi compañero de regreso, lo necesito.

Solté un suspiro bajando al primer piso para esperar a la manada, los chicos habían terminado la preparatoria hace ya casi un año excepto por Liam, Mason y Corey. Los demás decidieron quedarse aquí, había decidido esperar un año para seguir buscando a Stiles, por una parte me gusta que estén aquí, no llenan el hueco que dejó mi Stiles pero en cierto sentido me reconfortan al igual que a mi lobo.

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Un jeep negro se estaciono frente al hotel de Beacon Hills, de el salieron varios hombres. El primero con rasgos asiáticos de cabello azabache y miel bronceada, otro era un chico rubio alto de ojos miel y el último era un castaño de piel blanca cubierta de lunares y de hermosos ojos whiskey. El castaño mantenía un rostro serio y sus ojos carecían de algún brillo, mientras que los otros dos reían divertidos, él se mantenía serio. Los tres vestían con trajes negros, todos a su alrededor sabían que esos tres hombres eran agentes del FBI.

- Vamos Thommy, no seas tan amargado. Hace unos meses logramos escapar de C.R.U.E.L , deberías estar contento - dijo el rubio pasando sus brazos por los hombros del castaño, el asiático hizo lo mismo

- Newt tiene razón además Gally dijo que se reuniría con nosotros, siempre te pone de buen humor molestarlo

- ¿Acaso tiene que ver con tu pasado? Desde que recordaste quien eras has estado raro - dijo Newt más serio

- Deben saber que yo nunca olvidé quien era o en parte pero no puedo ver a mi vida pasada, no hasta que atrapemos a Gerard Argent - dijo el castaño frunciendo el ceño molesto

Thomas se alejó del agarre del rubio para ir directo a la recepción del hotel donde pidió una habitación, los otros dos se vieron preocupados.

- ¿Otra vez vamos a compartir habitación? - preguntó Newt llegando al lado del castaño que ya tenía en la mano la llave

- Ya sé que quieren hacer sus cochinadas pero desgraciadamente no nos dan mucho dinero para tantas habitaciones, puede que seamos los mejores agentes y más jóvenes de la división pero seguimos siendo los novatos - dijo Thomas poniendo los ojos en blanco al ver las caras de sus compañeros

- Es realmente injusto pero por lo menos podemos dormir juntos - dijo Minho abrazando por la cintura al rubio

- Dejemos las maletas y vayamos a comer - dijo Thomas ignorando a la pareja yendo directamente a la habitación - también iremos a la comisaría

Los otros dos bufaron molestos pero siguieron al castaño, Thomas siempre había sido serio y reservado con ellos, con los únicos que se llego abrir fueron Alby, Chuck y de manera sorprendente Gally, los primeros dos estaban muertos así que solo tenía la esperanza de que se calamara cuando Gally llegará, a pesar de todo Newt y Minho eran a los que el castaño consideraba mejores amigos pero hablar de su pasado o sus emociones eran temas tabú. Cuando había llegado al laberinto, mostró una gran inteligencia y curiosidad pero tenía cierta actitud de desconfianza, algo le habían hecho antes de meterlo en el laberinto además de que tenía conocimiento del mundo sobrenatural mucho antes de que se los dijera, los de C.R.U.E.L esperaban muchas cosas de él pero al final los venció y acabo con cada uno de ellos sin siquiera parpadear. Ellos los habían capturado para entrenarlos como una nueva generación de cazadores letales y Thomas era el mejor soldado o eso aparentaba ser porque el chico era demasiado listo. Newt y Minho sabían que no era malo pero realmente no conocían mucho de Thomas, mostraba cierta actitud por fuera pero sabía que solo era un caparazón, los tatuajes en su cuerpo eran otra cosa que les intrigaba, tenía un símbolo en el pectoral derecho, él les había dicho que era un triskel, un símbolo celta, tenía las fases de la luna en su espalda y tenía en su cadera algo escrito en griego, él les había dicho que era el nombre de la persona más importante de su vida y ellos sabía que Thomas amaba a esa persona.

Los tres salieron del hotel, Newt y Minho se había cambiado por ropa más cómoda pero Thomas decidió quedarse en traje, a veces le molestaba lo poco profesionales que eran sus amigos pero en cierta forma le gustaba, esos dos tontos hacían que no se perdiera en sus locuras., C.R.U.E.L había jugado demasiado con su mente y solo su ancla lo mantenía cuerdo desde hace dos años.

Thomas los llevó a una pequeña cafetería donde pidieron un almuerzo decente, unos cuantos emparedados y sodas, aunque sus amigos no paraban de devorar la comida pero Newt y Minho no eran tontos sabían que todas las miradas estaban en ellos o más bien en el castaño, todos lo veían como si fuera un fantasma y no tenían que ser unos genios para saber porque Thomas había estado tan molesto cuando lo enviaron aquí, Beacon Hills era su hogar, él era de aquí.

- Deberían comportarse, la comida es deliciosa pero no tiene que comer como unos degenerados - dijo Thomas sacando un cigarro de la cajetilla que siempre guardaba en su bolsa, se encontraba en la parte de afuera así que no había ningún problema con que fumara

- Ya nos conoces, no sé para que nos sigues diciendo eso - dijo Minho divertido al ver como su amigo ponía los ojos en blanco - tú deberías dejar esas cosas, te van a matar

- No he muerto aún así que puedo seguir con mi tabaco feliz - dijo Thomas con un deje de diversión al ver como Newt negaba con la cabeza

- Cuando te de algo no planeo llevarte al hospital - le dijo el rubio fulminándolo con la mirada y levantando el tenedor en su mano hacia el castaño, el cual solo se encogió de hombros restándole importancia a la amenaza de su amigo

- ¿Stiles? - preguntó Lydia parada fuera de la cafetería sin apartar su mirada de ellos tres

- Mierda - susurró el castaño