The Presentation [La presentación] ¬BrightWin

29 | LA GALA

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29 | LA GALA

El baile benéfico de año nuevo era un evento de los altos empresarios de la ciudad, si eras un persona medianamente influyente en Bangkok recibías una invitación anual que valía para toda la familia. La única condición era tener más de quince años para asistir, porque es la edad estándar en la que ya se controlan los instintos del segundo género y la idea era reducir el nivel de incidentes con las personas recién presentadas. Se debía enviar una confirmación con la cantidad de personas por familia para contabilizar los cupos, separar los platos de la cena y ubicar las mesas y el salón con anticipación.

Wanchai había respondido desde junio confirmando seis cupos, a diferencia del año anterior donde solo fueron tres, el alfa, su esposa y su hija Mesa. Este año tenían la presencia de Ming, además de ser la primera vez de Bright y Win asistiendo al evento. Por cuestión de edad, Bright tuvo la oportunidad de ir el año nuevo anterior, pero la rechazó tajantemente porque argumentaba que sin la presencia de su nong todo sería insoportablemente aburrido.

Era bastante acertado, a decir verdad.

No importó cuanto Win le instó a ir, su mayor se negó en todas las ocasiones. Mix, First y Khaotung tendrían su primera noche de baile de año nuevo y Bright no iba a permitir que Metawin se quedara solo en casa, con Mick que solía dormirse temprano. Así que recibieron el año juntos, abrazados en la habitación de Win.

Pero en esta ocasión Win ya tenía la edad suficiente y estaba muy emocionado por el evento, Bright no lo pensó dos veces antes de aceptar el cupo cuando mae Ole le preguntó en junio. No iba a permitir que Win estuviese paseándose por un salón vestido como un ángel —Bright no sabía que usaría Win, en aquel entonces faltaban seis meses, pero de seguro que luciría despampanante porque era Win y era malditamente hermoso— sin él al lado para mirar feo a cualquier persona que intentase acercársele con propósitos malvados.

Y tuvo razón, porque se atragantó con saliva al ver a Win con su traje formal el treinta y uno de diciembre, cuando la familia se reunió en el recibidor de la casa para subir juntos a una limusina blanca que los llevaría a The Siam Hotel. Fue cómo en un sueño, porque pudo percibir las feromonas emocionadas de su menor y supo el momento exacto en el que aparecería.

Y allí estaba, bajando las escaleras con una gran sonrisa, dientes relucientes que se asomaban dándole ese característico aspecto de conejo adorable que atontaba a Bright cada vez más. Gracias a la iluminación pudo notar que el color del saco era un tono pálido de rosa, que en la oscuridad podría haber parecido blanco, igual que el elegante pantalón de vestir y la camiseta interior de cuello recto. La atención se desviaba inevitablemente a la única pieza de color de todo el conjunto, ese saco debió hacer algo muy bien en su vida cómo para tener el honor de tocar la piel de Metawin. Había un hechizo que lo obligaba a mirarlo, lo llamativo de la figura cuadrada que se formaba con la combinación de las dos prendas superiores lo llamaba a fijar la vista en su cuello.