6.- Feliz cumpleaños

434 60 78
                                    

Hoy era el día. Hoy Osamu cumplía años, bueno también Atsumu, pero eso no era importante.

Hoy su mejor amigo estaba de cumpleaños.

No solía despertarme temprano los fines de semana pero por Osamu me despertaba a las cuatro de la mañana si era necesario, solo tuvo que despertarse a las nueve de la mañana.

Y ahí estaba yo, caminando con el frío del otoño congelándome tratando de llegar a la casa de su amigo.

Con sus regalos, no eran la gran cosa, no tenía dinero y sus padre apenas le daban pero le costó mucho ahorrar, un despertador para Atsumu para que dejase de culpar a Osamu si se quedaba dormido. Y una carta hecha a mano más un llavero con forma de onigiri.

En esa carta había puesto su corazón, y le daba mucha vergüenza entregársela, estaba dudando si hacerlo o no hacerlo. Porque podría burlarse de él, era ridículamente cursi, probablemente pensaría que es un intenso y que me alejara de él. Eso último era una exageración, pero se entendía su idea.

Tenía tanto frío que desearía que me atropellaran para arreglarlo.

Casi muero de un infarto cuando un perro me ladro desde su casa, porque eran así los perros que les molestaba que yo pasase por allí, que sensibles, ni que fueran Atsumu. Debía de parar de hacer chistes con el gemelo de su amigo, pero le daban risa internamente.

Cuando toque la puerta de la casa la mamá de los chicos me abrió la puerta, no me sorprendí cuando los escuché discutir. Era una costumbre, le parecían muy graciosos cuando peleaban, cuando tuviera celular los grabaría para que vean como son peleando. Sería épico.

–Rin–dijo Osamu parando la pelea, y sonriéndome –llegaste.

–no, estoy durmiendo aun en mi casa pero gracias igual por decirlo–rodó los ojos–Osamu eso es de mala educación, que diría tu mamá.

–diría que tienes razón–me sobresalte, había olvidado que la señora estaba allí, al ver mi reacción se rio–vamos, hay que salir ahora porque cuando lleguemos se podrán a discutir, más lo que nos demoraremos en decolorarlos, más lo que nos demoraremos en teñirlos, será bastante tiempo así que apúrense.

Los gemelos se quejaron. Pronto estábamos los cuatro camino al supermercado. De nuevo me estaba muriendo de frío, porque fuimos caminando, y era otoño, aún no era invierno. No quería que llegara invierno, le daba mucho frio.

La mamá de los gemelos tenia razón, apenas estuvimos parados frente a los colorantes empezaron a pelear, por el color que se iban a poner, que si rojo, verde, azul, amarillo, plateado, etc. Habían dicho casi todos los colores.

Tenía sueño, por lo que no tenía tantas ganas de oírlos pelear. Me di la vuelta y vi las cosas de maquillaje, había poca gente a esa hora así que trate de mirar sin que nadie se diera cuenta.

Había delineadores, se imaginaba tener el suyo propio para poder maquillarse sin tener que sacárselo a su madre, en estos últimos meses mis padres me habían prohibido ver revistas de moda, que era raro ya que ellos me habían dado la primera, pero la mamá de los chicos, me dio algunas. Así que quería practicar muchas cosas, declinarse pintarse las uñas, diseño simple, nada extravagante, tal vez blancas, o de color carne, sentía que se veían más lindas pintadas, se veían más perfectas. No quería maquillarse extravagantemente ni nada, solo delinearse y ponerse esa cosa que brillaba, no siempre pero a veces.

Pero nadie aceptaría a un chico que le gustase maquillarse, nadie a excepción de los Miyas.

–cuál delineador te gusta más–la voz de la mujer me asustó un poco, era su reflejo que creó por si su mamá lo veía viendo esas cosas.

PUBERTY, IS NOT FUNNYWhere stories live. Discover now