5.- Cinco centímetros

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Era un día normal por la mañana de un fin de semana, cuando sucedió lo mejor que me pudo haber pasado en su vida. Se estaba lavando los dientes junto a mi hermano adormilado.

Aun medio encorvado se notaba.

Era más alto que Atsumu.

–soy más alto que tú–dije después de enjuagarme la boca.

–no, yo soy el mayor y el más alto–se quejo su hermano, tan ridículo como siempre.

–mira bien, soy más alto.

–eso no es ci...

Atsumu abrió los ojos de golpe.

–¡mamá!–gritó Atsumu enojado–Osamu está más alto que yo, ¡ayuda!

–¿En que te va ayudar ella? No puede agarrarte de los brazos y estirarte–le dije sarcásticamente a lo que me miro enojado.

–quien dijo que no– tomó aire antes de volver a gritar– ¡Mamá!

Su madre ya estaba allí.

–hijo estoy aquí, como eso de que Osamu es más alto–se fijó bien en ellos–oh es cierto–rió simplemente.

–mamá, no puede ser más alto, yo soy el mayor–respondió su hermano enojado.

–Es probable que Osamu esté creciendo más rápido ahora, pero dentro de poco tú también empezarás a crecer mucho.

Ambos miramos a nuestra madre intrigados, de vez en cuando Atsumu y yo conectábamos neuronas. Lamentablemente.

–si, los chicos de su edad crecen de golpe y mucho, pueden crecer hasta unos veinte centímetros.

Veinte centímetros.

–yo seré más alto que tú–me dijo Atsumu retándome.

–no, yo seré más alto que tú–le devolví la apuesta.

A partir de ese día nos mediamos cada mañana, durante un mes la altura de Atsumu había cambiado muy poco y yo llegué a sacarle cinco centímetros. Le había presumido de eso a Rin claramente.

Y a petición mía, mi mamá nos sacó una foto para que haya evidencia de ese suceso.

Le presumirá de por vida a Atsumu que soy más alto que él.

O que fui, porque después él también empezó con su estúpido crecimiento acelerado.

Fue divertido crecer tanto, incluso llegué a pensar que podría alcanzar a Rin pero no, él también estaba creciendo. Odiaba la pubertad, si. Pero esto de crecer no estaba mal.

Ya habían pasado a la mayoría de las chicas del salón después de que durante años ellas comentaron que eran las más altas.

Aunque no todo fue bueno con ese repentino cambio, su espalda le dolía más, y a Atsumu le salieron unas marcas raras en la espalda. Como si fuesen unos rasguños, pero muy marcados.

Según su madre eran estrías por crecimiento, por suerte a mi no me habían salido, se veían horribles. Atsumu se enojó mucho.

O sea su piel se quedaría así por siempre, y por lo que habíamos escuchado, las estrías sólo eran cosa de mujeres, pero no.

Al parecer salen cuando la piel se estira, como Atsumu era más delgado que yo, su piel se puso así por eso, y como yo tenía más peso, no tuvo necesidad de sobre estirarse. Nunca había estado tan agradecido por ser más pesado que Atsumu.

Pero su reinado de la altura terminó cuando Atsumu me rebasó por cinco milímetros

Se rió en mi cara.

PUBERTY, IS NOT FUNNYWhere stories live. Discover now