🌹Capítulo 28🌹

491 64 8
                                    

Esperaba llegar a casa y encontrar a Jungkook jugando con los niños o quizá arropándolos. Pero en vez de eso, al llegar ví a Hoseok aún en mi casa y para añadirle más leña al fuego estaba demasiado cerca de Jungkook en pleno celo. Agredecí internamente que mi mamá lo echara, porque no sabría controlar a mi lobo si se quedaba.

Luego de que le dijera a Jungkook que le explicaría todo, la tensión se volvió palpable, él estaba de brazos cruzados y luchando contra sus impulsos y deseos provocados por el celo, mientras que yo me moría de miedo y nervios por como reaccionaria o que me diría cuando le contará absolutamente toda la verdad.

—Mamá— Carraspeé e intenté mantener la estabilidad en mi voz— necesito hablar con él seriamente ¿Tienes supresores?— ella me vio con el ceño fruncido, tomó con fuerza de mi muñeca y me halo hacia la cocina.

—¿Sabes que el celo puede volver después, no? Y sería mejor que si van a hacer algo sea en otro lado— dijo y provocó que mis mejillas se calentaran por tan descarada insinuación.

—Lo sé, pero para ese entonces si él lo decide, no estaremos aquí— contesté sin poder verla directamente al ojos. Al escuchar su corta y suave risa por mi reacción, hice un mohín y cohibido dirigí mi mirada a mis zapatos.

Revolvió mis cabellos y metió su mano en su bolso, después de unos cuantos segundos encontró los supresores, los colocó en mis manos y me dió un beso en la frente.

—Ten, espero resuelvan ese problema y descansen tranquilos— dijo.

—Gracias— sonrió y caminó a la sala para llevarse sus maletas e ir con mi madrastra a su habitación.

Suspiré profundamente, en un vaso puse un poco de agua,  volví a la sala y me senté al lado de Jungkook en el sofá

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Suspiré profundamente, en un vaso puse un poco de agua,  volví a la sala y me senté al lado de Jungkook en el sofá.

—Jungkookie, tómate esto por favor— extendí mi mano, con los supresores, hacia él. Miró indeciso cuando de pronto sus ojos comenzaron a tornarse azules.

No quiero— me contestó su lobo e hice lo posible para que el mío no comenzara a controlarme.

—Omega, necesito hablar con Jungkook de algo importante.

Duele y quiero que nos ayudes— suplicó.

—Con esto se te pasará, hazlo por mí ¿Si?— me miró directo a los ojos por varios segundos, noté lo pensativo que se encontraba solo con ver su expresión.

Está bien— sonrió y depositó un corto beso en mis labios y dejó salir algunas feromonas para calmar mis nervios, cosa que agradecí en demasía. Él sabía lo que estaba sucediendo y estaba seguro de que con eso podría sentirme seguro y arreglaría las cosas con Jungkook.

Sus ojos volvieron a la normalidad lentamente y a pesar de que ahora se encontraba con el ceño levemente fruncido y los brazos cruzados, yo ya no tenía miedo.

—Me mentiste sobre quién eras ¿Por qué?— preguntó más tranquilo de lo que esperaba.

—No fue porque quisiera, tenía que hacerlo.

—Te escucho.

—Mi mamá y yo teníamos que huir de mi padre— comencé a contar.

—¿Tu padre? ¿Por qué de él?— preguntó notablemente confundido.

—Trafica omegas y maltrató a mi mamá, ella estaba segura de que él quería que yo siguiera sus pasos, por lo que decidimos fingir nuestra muerte para alejarnos de él— solté de una la razón de lo sucedido y él quedó entre sorprendido y confundido.

—¿O sea que tú estabas de acuerdo con todo eso?

—Sí, sabía que eso me alejaría de ti, pero confiaba en qué el destino nos volvería a juntar y así fue— tomé sus manos entre las mías y deposite un beso en ambas.

—¿No pensaste decirme la verdad cuando me conociste?— preguntó más relajado y manteniendo nuestras manos juntas.

—Lo hice, pero no tuve el valor, aún así ¿Me hubieses creído?

—Sí — se encogió de hombros.

—¿Me odias?— pregunté, él negó rápidamente, acunó mi rostro entre sus manos y depositó un beso en cada una de mis mejillas para luego mirarme directo a los ojos, sonreír y besar mis labios sanando de esa forma el dolor en mi corazón y ahuyentando mis miedos y dudas.

—Jamás podría odiarte aunque lo intentará cada día de mi vida— dijo y unió mi frente con la suya, fue ahí que me di cuenta que todo había cambiado y que vendrían muchas cosas buenas y malas, pero nada ni nadie podría jamás apagar la llama de nuestro amor.

—Aunque en un principio me dolió que no me dijeras la verdad, entiendo tus razones y entendió muchas cosas, intentaste decírmelo indirectamente mencionando pequeñas cosas que pasamos juntos de pequeños— dijo mientras acariciaba mis mejillas con delicadeza.

—Sí, creí que no te habías dado cuenta— reí y deposité un corto beso en su frente provocando un lindo sonrojo en sus mejillas.

—No lo hice, hasta que me dijeron quien eras en realidad y encajé todas las piezas del rompecabezas, comprendí muchas cosas.

—¿Sabes quién te lo dijo?— le pregunté.

—No, tenía una máscara blanca puesta y no reconocí la voz en ningún momento ¿Sabías que me lo dirían? No parecías para nada sorprendido cuando te llamé por tu nombre— preguntó cruzándose de brazos y mirándome con el ceño fruncido.

—Sí, Yugyeom secuestró a mis madres y fui a rescatarla, me dijo que te contaría toda la verdad, luego me disparo y por eso tarde tanto en regresar— confesé.

—Todo lo que te esta pasando es mi culpa— sus ojos se cristalizaron y pequeñas lágrimas rodaron por sus mejillas, las seque, dejé besos en sus ojitos cerrados y negué con la cabeza. Nada de lo que había sucedido sería jamás su culpa, ni la mía.

—Yugyeom es el del problema, no tú.

—Pero ¿Estás bien?— preguntó tocando mi cuerpo en busca de la herida.

—Solo me dejó una pequeña cicatriz aquí— alcé mi camiseta y señale el lugar del disparo— todo está bien.

—Me alegra que nada malo te haya pasado— acomodó mi camiseta y me abrazó escondiendo su rostro entre mi cuello y hombro.

—Es mejor que descansemos— le dije y sin esperar respuesta lo tomé entre mis brazos, rodeo con sus brazos mi cuello y con sus piernas mi cintura.

—No tengo sueño— renegó mientras balanceaba sus pies de adelante hacia atrás.

—Tienes que descansar un poco aunque sea— dije mientras subíamos las escaleras y entrabamos a mi habitación.

—No quiero— dijo, reí y lo acosté en mi cama.

—¿Y si te canto una canción?

—¿Me cantarias Sweet night de V?— cuestionó y jaló de mi mano para que me acostara junto a él. Obedecí y nos cubrí con la manta.

—Por suerte me la sé— aunque no me consideraba bueno en el canto, le cante aquella canción con todo mi amor, el se veía relajado y poco a poco se durmió sin borrar esa pequeña y linda sonrisa.

—Dulces sueños mi amor.

My Life Without You © | °✧Omegaverse Taekook ✧°Where stories live. Discover now