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20 - Eres una put...

Narrador Omnisciente

Adalia se arrepintió al mismo instante de haber dicho eso, estaba enojada, confundida, y con miedo, todo al mismo tiempo. Tenía miedo a la reacción que podía tener su novio ante sus palabras.

Mientras que Alvaro la miraba atentamente, estaba analizando las palabras de su chica. Luego de unos minutos de haber analizado las palabras, reacciono.

—¿Qué haz dicho?, no te escuché bien— La miro directo a los ojos.

Y Ada no pudo mantenerse firme con ese par de ojos, que ella tanto amaba.

—Y-yo... emm..

—¡Respondeme! ¿Quieres dejarme?, ¿ya encontraste a otro, no?, eres una pu...

—¡Hey, hey!.

Intervino su amigo, que había observado la discusión desde el principio. Había intervenido porque vio las lagrimas de Adalia. Él podría ser todo un enfermo, pero no podía ver a una chica tan frágil como lo era ella, llorar.

—Vete— Le ordeno Alvaro, agarrando mucho más fuerte a la chica.

—No, hermano, suéltala. Mira su cara, esta asustada.

Alvaro miro el rostro de ella, que ahora estaba empapado de lagrimas y tenía un color rojizo, culpa de las lagrimas, su mirada reflejaba temor. Lentamente empezó a soltarla.

Ella salio corriendo de ahi cuando él la soltó. Alvaro lo miraba con odio a Brad, nadie nunca le había hablado así antes, ni Adalia, ni él. Luego suspiro largamente.

—No me mire así, te hice un favor. Sí le decias puta, no te lo iba a  perdonar— Explico y Alvaro entendio, Bradley tenia razón— De todos modos, no importa. Chau.

Él se fue de ahí, dejándolo solo. Este pensaba en la forma que lo trato Adalia, había tenido mucha valentía, pero con la persona equivocada. Decidió dormir un rato, para luego, hacerle una visita a su novia.

***

Adalia

Pasaron 5 horas desde aquel horroroso episodio en la casa de Alvaro, no sabia que hacer. 

Ahora mismo estaba en mi habitación, acostada y pensando. Ademas, apenas llegue del departamento de Alvaro, me encontré con mi mamá, que había elegido un día inoportuno para preocuparse de mi. Solo la ignore y me encerré en mi habitación.

Mi celular sonó, sé perfectamente quien era. 

Alvaro. 

Deje que sonara, no tenia la valentía para atenderlo. Sonó varios minutos y luego paro, agradecí por dentro. Pero hoy no era mi día de suerte, escuche un ruido en mi ventana. Maldecí un poco, sabía exactamente quién era.

***

Mire la cara de Alvaro, tuve que alzar la mirada. Él se acerco a mi y tomo suavemente mi rostro.

—Amor— Susurro.

—Alvaro, vete.

—Nena, yo...

—Ahora no, por favor— Pedí, soltándome de su agarre y me di vuelta.

Él me abrazo por la cintura. Suspire.

—Creo que tienes que irte.

—Creo que tengo que cogerte— Dijo riendo.

Lo mire con los ojos bien abiertos.

—Ya sabes amor, algún día lo haremos. ¿Por qué hoy no?.

Sorprendida, me solté de el y hice una mueca.

—Alvaro, estoy enojada. Por favor, vete.

Pedí y le dí un corto beso. Quizás con esa acción se iria.

—Mañana voy a venir a buscarte— Beso mis labios y se marcho.

Me sente en mi cama

Te amo tanto Alvaro, pensé acostándome en la cama.