Una joven Fénix se pierde en el camino del amor totalmente ciega ante su familia, amigos y el mundo en general.
Alessandra Di Lessio tomó decisiones, decisiones que afectarán su camino y el de muchos otros.
Sirius jamás pensó terminar envuelto en...
Fue casi al final de la noche que se escuchó un sonoro ¡Crack! Afuera de la mansión y gritos de auxilio.
Todos salieron alarmados, los mayores llevaban sus varitas en mano. James tomó la mano de Alessandra al ver que ella también iba dispuesta a atacar, pero esto no frenó a su amiga.
Remus y Fede pusieron tras ellos a sus novias, las cuales se negaron a ser protegidas, mientras todos salían.
La escena frente a ellos era horrible, Sirius lloraba mientras abrazaba a Regulus que sangraba muchísimo.
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-¡AYUDA! ¡AYUDEN A MI HERMANO! - Gritaba como loco.
De inmediato Amy tuvo que ser detenida por su padre al ver a su novio en ese estado.
Los mayores salieron corriendo hasta Sirius seguidos por James, Alessandra y Remus.
-¡Sirius! ¡Regulus!- Se alarmó la señora Potter mientras revisaba a Sirius y luego veía las heridas de Regulus que estaba desmayado.
Para nadie era un secreto que Euphemia Potter amaba a los hermanos Black como si fueran sus hijos y ahora más que nunca lo notaban.
La mujer lloraba mientras abrazaba la cabeza de Regulus y su esposo apartó a Sirius.
-¡Llevenlo adentro!- Ordenó Enzo.
-Tranquilo Sirius, lo vamos a cuidar- Intentó tranquilizar Anne, pero Sirius seguía luchando.
Enzo, James, Remus y Fede cargaron a Regulus hasta el interior de la casa.
Alastor Moody anunció a nadie en particular que iría a asegurar el terreno para que nadie pudiera entrar o salir en caso de que fuera un ataque.
-¡Sirius! ¡Sirius mírame!- Pidió Alessandra y por primera vez Sirius despegó la vista de su hermano- Lo voy a curar mi amor, lo prometo- Le dijo y el mayor de los Black asintió.
Alessa corrió adentro seguida por los demás, Regulus estaba tendido en el sillón blanco, ahora rojo, de la sala.
-Déjenmelo a mi, solo estén listos porque me voy a desmayar- Pidió la rubia acercándose a su amigo.
-Estaré aquí para sostenerte- Prometió James.
-Y yo te voy a ayudar- Agregó Enzo Di Lessio colocándose junto a su hija- Un Fénix y un mitad Fénix es mejor que uno-
Alessandra y su padre parecieron tomar el valor para hacer esto, pues sabían que Reg iba a sufrir.
-Mederi vulneribus, medentur rimas, Sanguis ire redire valeas. Sana curarse, corpus sanare, sinite abire dolor- Recitaron ambos.
El cuerpo de Regulus se iba sanando rápidamente, sus heridas cerraron, su sangre volvía a su cuerpo, sin embargo las cicatrices no se borraban y todo su torso quedó marcado con grandes cicatrices de cortes mientras Regulus gritaba de dolor.
