🌪️Nine🌪️

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Las semanas fueron pasando y en un abrir y cerrar de ojos ya era mediados de octubre.

Una chica rubia caminaba por un solitario pasillo hacia la calurosa y apestosa aula de adivinación que impartía una señora bastante mayor apunto de retirarse.

Cansada y cargada de libros y claro que bastante molesta por no descubrir quien enviaba esas rosas cada día a su cama.

>>Estupidez ¿Porqué no tienen el valor de decirlo y ya? <<


Pensaba la chica, aunque realmente lo que más le molestaba es que ese chico o chica la conociera también como para agregar notas ayudándola con su estado de ánimo del día. Como la de esa mañana “Brilla princesa, no todo es malo y la obscuridad pronto se irá

>>¿Cómo sabe que estoy mal por la muerte de mi tío Clint a manos del desnarizado? <<


Un chico la vio pasar y una sonrisa boba apreció en su rostro. Camino sigiloso hasta alcanzar a su amiga y sin que ella estuviera alerta le quitó los libros que llevaba para cargarlos el.

>>Recuerda lo que dijo Cornamenta, no digas nada estúpido<< Pensó al tiempo que recogía los libros. La chica pegó un gran saltó.

-¡CANUTO! – Regañó.

-Lo siento, no quise asustarte-Dijo con tranquilidad Sirius.

-Tranquilo solo pensaba en mi tío, me parece bastante sorprendente que lo mataran. Su compañero de toda la vida, mi padrino, Alastor Moody está bastante deprimido, pero no tanto como para no encarcelar a quién lo hizo-Explicó la chica- Ya sabes lo que siempre me dice ¡ALERTA PERMANENTE! - Gritó imitando a su padrino.

Sirius escuchó atento lo que decía y luego analizó cual sería la mejor manera de confortar a su amiga. Vio un pequeño banco así que puso los libros ahí y abrazó fuerte a la chica.

-Lo siento Nevada, Clint era un gran hombre y un excelente auror-

Alessandra se aferró aún más a Sirius. Este soltó un poco su agarre y tiró la chaqueta de cuero negro que siempre cargaba.

-Tu nunca te separas de esa cosa-Le dijo sorprendida su amiga.

-Tu eres más importante que una tonta chaqueta Nevadita-

-No me digas así, me siento pequeña-

-Eres pequeña, como pulgarcita-

-¿Leíste el libro que te regalé para navidad?– Preguntó sorprendida la Di Lessio.

La chica tenía un brillo en los ojos, esos cuentos para niños eran sus favoritos y aparte de Remus ninguno de sus amigos quiso leerlo, James sólo dejó que Alessa se lo leyera a él en la biblioteca de su casa y Peter no entendió nada del primer relato.

Ambos comenzaron a avanzar de nuevo.

-Claro, lo terminé en menos de tres días. Son cuentos para niños, me gustan... Se los leeré a mis hijos- Prometió feliz Sirius.

Un Fénix de Aire |¦Sirius Black¦¦ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora