CAPÍTULO II - EXPECTATIVAS

1.7K 291 339
                                    

Deben existir aquellos con quienes podamos sentarnos y llorar, y aún ser contados como héroes. —Adrienne Rich.


En cuanto Kirishima leyó el mensaje de Shoto, se apresuró en dejar lo que estaba haciendo y se dirigió a su apartamento.

Al ser el tan ansiado último día de clases, se había reunido con su amigo Tetsutetsu para ir a beber juntos, pero al leer aquel texto, se excusó por tener que irse tan repentinamente y prometió compensárselo algún otro día.

No era que estuviese imaginando lo peor, pues si se tratase de algo grave Shoto se lo hubiese dicho, pero, aun así —desde que tenía memoria— siempre había tenido un fuerte sentimiento de protección hacia el muchacho albino.

Fue por ello que decidió llamarle para asegurarse, y para su buena suerte, Shoto respondió pronto y le tranquilizó diciendo que él se encontraba bien, pero debido a la mala recepción por la lluvia, lo demás que le dijo sonó entrecortado.

Lo único que entendió fue que algo había encontrado en la lluvia y lo había llevado a casa, pero necesitaba su ayuda.

No habiendo pasando ni una hora desde que Shoto envió el mensaje, ya tenía a Kirishima abriendo la puerta del departamento.

Y no, definitivamente la situación que en ese momento tenía en frente no había pasado siquiera por la mente de Eijiro.

—Amigo... ¿podemos hablar un segundo en mi habitación? —Kirishima miró a Todoroki, suplicándole con los ojos.

—Claro, no tardaremos. —Eso último Shoto lo dijo dirigiéndose a Katsuki e Izuku, que se encontraban sentados uno junto al otro en el sillón.

—Eh, un gusto... chicos. —Eijiro sonrió y después jaló del brazo al albino para llevarlo a su cuarto y pedir algunas explicaciones.

Tras cerrar la puerta, Kirishima comenzó con la pregunta que se formuló desde que había llegado a casa.

—Shoto, ¿por qué hay dos completos extraños en la sala?

—Cuando llamaste te dije que había encontrado a alguien en un callejón y que los había decidido traer a casa.

—¡Creí que habías encontrado gatitos! ¡no dos hombres! —Kirishima manoteó en el aire.

—¡Pero estaban inconscientes, y si los dejaba ahí algo malo podría haberles pasado!

—¡¿Y si son malas personas?! —Eijiro reconocía la nobleza de su amigo, pero ese instinto protector en ocasiones le rebasaba—. Mira, no te estoy diciendo que debiste haber pasado de largo, pero haberlos traído así como así a casa...

—No lo son, ellos no son malas personas, de eso estoy seguro —Shoto habló aquello con confianza—. Creo que están huyendo de alguien o algo parecido, pero no van a hacernos daño, y quiero ayudarlos.

Eijiro suspiró derrotado, sabiendo que no lograría persuadir a su amigo para que cambiase de opinión.

—Los dejaremos quedarse un día o dos, pero estaré alerta todo el tiempo.

Ambos salieron de la habitación y regresaron a la sala.

El primero en hablar fue Kirishima.

—Hola, mi nombre es Eijiro Kirishima y... —El pelirrojo miró a los chicos en el sillón, pero se fijó particularmente en el rubio, a quien no le había prestado la suficiente atención cuando llegó—. Y yo a ti no te había visto bien, wow...

—¿Quién demonios te crees que eres mirándome así, ser inferior? —Katsuki arrugó la nariz con desagrado.

—Tu futuro esposo, lindura. —Eijiro le guiñó un ojo.

El destino de un dios || TodoDekuWhere stories live. Discover now