19: No quiero hacerlo

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Los ojos de Justin me miraban directamente, luego se dirigieron a mis labios entreabiertos que se deshacían por ser devorados

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Los ojos de Justin me miraban directamente, luego se dirigieron a mis labios entreabiertos que se deshacían por ser devorados. Fue entonces allí que caí en cuenta que no debía, que de todos los hombres mayores, accesibles, sin compromisos que existían alrededor del mundo y que probablemente me pudiesen interesar, me tuvo que fascinar uno que tenía una hija y que estaba a punto de divorciarse.

—No, Justin, por favor esto es serio... —exclamé, tomando sus manos suavemente y retirándolas de mi rostro — Quiero aclarar mi mente y tú aquí no me ayudará mucho.

Me aparté de Justin, tomando mi distancia unos metros. Me miró con sus ojos suplicantes, y estiró su brazo tratando de tocarme, pero lo esquivé alejándome en una lucha interna para no dejarme llevar por su magnético toque. Me giré dándole la espalda, y permanecí callada durante varios segundos mientras me cruzaba de brazos y mordía mis uñas impaciente. Meditándolo tranquilamente en mi cabeza, pero sabía que su presencia detrás de mí alteraba mi aura de serenidad.

—Puedo ayudarte a pensar las cosas en tu habitación —agregó Justin, sintiendo como su intensa mirada me abrasaba a mis espaldas.

La vestimenta reveladora que llevaba daba mucho que imaginar. Sobretodo si vestía un mini short de mezclilla con el cual se dejaba divisar casi toda mi nalga y mis piernas desnudas. Claro que Justin tenía un excelente panorama en todo su esplendor.

—Justin, necesito que te vayas. Ya te conté. Ahora lo que mi cuerpo necesita es descansar. La cabeza me está matando —musité, tomándome la cabeza entre mi mano —Si me disculpas, iré a mi habitación.

Sentí como me punzaba el lado izquierdo de mi cabeza que solo deseaba poder dormir una siesta relajadora. Me dirigí al inicio de las escaleras con la esperanza de que Justin entendiera el mensaje subliminal que le estaba intentando trasmitir. Quería que se marchara. Él estando aquí no lograba que pensara con suficiente lucidez. Estropeaba mi decencia, y estando juntos cualquier atisbo de pudor desaparecía, así que lo más sano para ambos era que se fuera. Aunque en mayor parte era lo mejor para mí.

—Leah, espero que lo que te haya dicho Alexa no influya en lo de nosotros —mencionó Justin, cuando acordé él me seguía por detrás mientras yo subía las escaleras.

—Ni siquiera hay un nosotros. No existe —objeté, con frigidez.

Me detuve a reflexionar si Justin verdaderamente le apetecía continuar con esto porque una voz en su interior le recitaba que podíamos funcionar como algo más que dos personas fundiéndose en la llama de la pasión, o solo buscaba acostones clandestinos porque yo lo encendía sexualmente.

Claramente era más factible la segunda opción. Porque ni siquiera él jamás podría ser capaz de sentir otra que no sea atracción carnal por mi... Justin nunca podría enamorarse de mí.

Guys my age :: j.b Where stories live. Discover now