CAPITULO 9: "Amigos que quieren dejar de serlo"

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  • Dedicado a @BlackstoneYremy
                                    


  Después de llevar a Sue, hasta su apartamento, Todd, se dirigió con algo de prisa de regreso a la casa, eran casi las 8 de la noche y su trabajo era llevar a Victoria, a tiempo. No podía presentarse tarde a su primera cena con el señor Rothschild.

-En un momento llevo sus compras hasta su habitación.
Anunció Todd, alcanzándola para sostener su puerta mientras bajaba del auto.
-..., gracias por lo de hoy.
-¿A qué se refiere?
Preguntó curioso.
-A todo el asunto de mis amigos..., "primo".
-Cuando guste señorita -le dedica una media sonrisa tímida-. Solo faltan 5 minutos para la cena, no llegue tarde.
-Claro.

Mientras Todd, tomaba las bosas de sus compras y lucía muy nervioso, Victoria, se dirigió rápidamente hasta la puerta principal, donde la esperaba Nikolay, desde que vio el auto entrar en la propiedad.

Al igual que Todd, también le recordó que quedaban solo minutos para la cena. Comenzaba a ponerse nerviosa al verlos tan preocupados

¿Tenía que estar preparada para algo en especial?
¿Acaso el malgenio del jefe era tal que todos le temían tanto?

Con el ceño fruncido entró en la casa y fue directo a la habitación que Matt, le había asignado como suya, necesitaba refrescarse antes de volver a verlo.

Con ayuda de una toalla húmeda, se quitó el maquillaje, cepilló su cepilló su cabello dejándolo trenzado y domado. Tomó sus lentes ópticos y salió en dirección a la cocina por un poco de agua.

-Hola, hola Victoria.

Canturreó Doris, cuando vio entrar a Victoria, en la cocina. Terminaba de preparar el primer plato de la cena.

-Hola.
Saludó desanimada.
-¿Qué tal su tarde?
-Tranquila, gracias por preguntar.
-El señor ya llegó, vaya a la mesa.
Le señaló la puerta hacia el comedor.
-¿Tienes coca cola? Me muero por una antes de la cena.

Preguntó solo para quedarse unos minutos más con la adorable ama de llaves. Algo en ella le transmitía confianza, no había más intenciones que las que demostraba la amable mujer.

-Sí, sí, tengo muchas para ti, pequeña.
Anunció con ese divertido acento ruso, mientras se acercaba a la nevera por una lata.

Luego de beber su coca cola, fue hasta la mesa. La elegante mesa estaba lista para una refinada cena de tres platos, pero de Matt, ni luces, lo que la hizo sentir aliviada, no estaba preparada para tratar con él, no tenía ganas de sus preguntas. Así que disfrutando del silencio, tomó asiento y aguardó.

Solo unos segundos más tarde, Matt, entró por la puerta con el celular pegado al oído y su ceño fruncido instalado en el rostro.
La seriedad que desprendía todo su cuerpo indicaba que había problemas en el trabajo, aunque eso no le impidió observar todos los incómodos movimientos de Victoria, ante su minuciosa mirada.

-Sí. De inmediato.
Ordenó en tono intimidante.
-No David, eh dicho que HOY.
-Lo quiero esta noche sobre mi escritorio.

Luego de una pausa su ceño se suavizo un poco.

-Tienes hasta las 10 de la noche. Es todo.
-No ¿ha quedado todo claro?
-Ni un minuto más.

Aun con la cabeza en el trabajo, Matt, tomó asiento a la cabecera de la elegante mesa. Victoria, estaba cohibida por su imponente presencia y no dijo nada, permaneció en silencio.

Un silencio que duró más de 10 minutos. Este tipo de situaciones eran las que detestaba, estar a la mesa con un desconocido sin tener de qué hablar. Era lo que más odiaba cuando su amiga Sue, le insistía en que saliera con alguno de sus ex compañeros de universidad. Por suerte Doris, entró a retirar los platos para servir el plato principal.

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