Capítulo 13:

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Eveline Wattson:

-Se encargarán de limpiar por una semana completa el laboratorio de química todas las tardes. Serán supervisados por el conserje Joseph, de lo contrario no podrán irse hasta que él no les dé la salida.- Ahí esta nuestro querido director poniéndonos un severo castigo.- Salgan de aquí, inician hoy mismo con el castigo.

El chico malhumorado y yo salimos de la oficina hastiados de la charla de ser un buen alumno. Como si realmente lo fuéramos a cumplir ; caminamos buscando a Joseph para que nos proporcionara el material de limpieza que guardaba en su alcoba. Tardó demasiado en llegar, lo que hizo que el chico malhumorado y yo nos sentaramos en el suelo para seguir esperándolo.

Él esta tan callado y a mí me pone los nervios de punta estar en silencio.

Los segundos pasarón tan lento haciendo que el ambiente se volviera demasiado tenso.

Su cabeza está ligeramente recargada en la pared, sus manos estan cruzadas sobre sus piernas. Pude observar por primera vez en todo el día con detenimiento que su pantalón azul mezclilla estaba roto de las rodillas, las botas militares muy parecidas a las que yo acostumbraba a usar y una sudadera blanca. Bueno, una sudadera que hace algunas horas era de color blanco, ahora parecía como si un unicornio hubiera vomitado sobre él.

 Bueno, una sudadera que hace algunas horas era de color blanco, ahora parecía como si un unicornio hubiera vomitado sobre él

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-Oye tú, ayúdame. Te recuerdo que esto fue tu culpa- le dije al chico malhumorado. Llevábamos ya una hora limpiando el laboratorio, o bien dicho, limpiando yo.

El esta sentado en el escritorio del profesor con las piernas recargadas sobre él.

- Tú tuviste la culpa por pedirme el estupido frasco.- respondió con su típico mal humor. Tome el trapo que Joseph nos había dado y se lo avente directo a la cara, él hizo una mueca de asco porque el trapo aún olía a detergente.- Eveline, eso huele asqueroso.

-Por eso te lo avente- reí- ya ayúdame, me estoy muriendo de hambre. Quiero irme de aquí lo antes posible.

- Yo no pienso hacer nada. - Se levantó de la silla del profesor. Caminó hacía la puerta de salida- Ahora vuelvo.

-Eres un cabrón - le dije con odio pero él ignoró por completo lo que le había dicho. No recordó que el suelo aún esta húmedo, así que antes de salir resbaló cayendo de pompas contra el suelo.

Fue inevitable  y me reí como si nunca en mi vida lo hubiera hecho, él estómago me duele tanto que siento que no puedo detenerme.

-Cierra esa boca.- se levantó como pudo sobando sus pompas, obviamente no le hice caso porque aún que quisiera hacerlo no puedo parar de reírme.

-A eso le llamó justicia divina.

-En verdad que no te soporto, niña.

-Que lástima. - finalmente salió del salón dejándome sola con la maldita limpieza.

"Algo más que simples cartas"   (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora