Los puntos sobre las íes. ( Parte 2 )

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toneladas. Me obligué a decir algo, aunque me costara como los mil demonios.

— Estoy bien — Murmure, como el chico Yuyin de ¡Oye,Arnold!

— No estás bien _____, será mejor que...— Johanna quería mandarme de regreso a casa, no señor. Mamá vería después en qué estado se encontraba su hija y le llegaría la culpa y todas esas cosas. Negué frenéticamente con mi cabeza. Me

enderece en el asiento, arregle mi cola de caballo, luego apreté más mi bufanda y sorbí mi nariz.

Dios, estaba mal.

— Dije que estoy bien — y aún enferma mi testarudez no se iba — No puedo irme ahora — Estaba comenzando a hablar gangosamente, Johanna soltó una pequeña risita.

— Ok. Jungkook, la escuchaste, está bien. No te preocupes por ella, hermanito — Johanna le hablo con picardía, bufe y rodé mis ojos, sintiendo mis mejillas arder.

— Johanna, cállate — mire a Kook de reojo y vi que sus pómulos estaban adornados de un suave color carmín.

El profesor entro rápidamente al salón, haciendo que todos volvieran a sus lugares. La mañana transcurrió lentamente cada profesor ponía una cara similar al asco cuando yo entraba al salón llena de, eh, mucosidad. Jo, viejos idiotas, como si nunca hubieran pescado un resfriado en su vida. En

la clase de historia Tae trato de convencer de que su madre hacia un té de muerte para mejorar el resfriado, un viejo secreto de la familia Kim, lo golpee con mi estuche para

que dejara de hablarme sobre como su mamá combinaba la manzanilla con la miel haciendo una combinación exquisita.

A las 13:00 el timbre sonó, mandándome directamente al infierno.

Johanna y Cath me esperaban fuera del salón, las chicas me sonrieron y ambas se acomodaron a mis costados, tomándome del brazo, caminamos lentamente hasta la

cafetería. Cuando entramos tuve un Déjà vu. Al igual que hace un mes atrás, la mesa principal estaba llena de chicas, sip, Caroline, Emily, Kate, Ángela, Charlotte, entre otras; ya

saben, esas chicas. Con paso lento nos acercamos a la mesa, Johanna y Cath tomaron asiento a mis costados, apoye mis brazos sobre la superficie y deje caer mi cabeza sobre mis manos.

— Ehh, si — rodé mis ojos y resoplé — No tengo la lista — Un coro de '¡Oh!' se escucho en la mesa, y yo lo encontré la cosa más *beep* de la tierra. Caroline me miraba con una sonrisa llena de arrogancia bailando en su rostro, se recargo contra la mesa y me escruto con sus ojos azules opaco.

— ¿Qué fue lo que les dije chicas? — Pregunto, con fingida aflicción — _____ es una más de nuestro 'club' como ella le llama — Caroline sonrió despectivamente — ¿O qué? ¿Acaso no les conté que la pille con Jungkook muy acaramelados? — Johanna y Cath abrieron sus ojos enormemente. Sip, cuando hablábamos de Jungkook yo había omitido los detalles.

— ¿Acaramelados? — pregunto una perpleja Cath.

— Ya sabe querida — Los ojos de Caroline llamearon con ira — acaramelados enrollados...como quieras decirles — soltó

una risita con sorna — O mas explicito, besándose en la cafetería ¿Captas, ahora? — Cath frunció el ceño, y enseguida sus ojos estaban clavados en mi.

— ¿Es cierto eso? — Me pregunto Johanna, que no había soltado palabra alguna. Suspire y asentí — ¿Por qué mierda no nos dijiste? — las estilizadas cejas de Johanna estaban

juntas en una línea.

— Vamos — suspire — Solo...solo fue un beso, unos cuantos — susurre lo último, clavando mi vista en la superficie de la mesa — Y no es eso a lo que venía, Caroline... — Antes de que

pudiera seguir hablando, Kate me interrumpió.

— Espera, espera — negó con su cabeza, haciendo que susbrizos negros rebotaran — ¿Estás diciendo que todo eso de 'Jungkook no es perfecto, no sé cómo pueden estar tan locas por él, ¡Vamos, es solo Jungkook!' era una fachada? — Caroline asintió fervientemente y yo la fulmine con la mirada.

— Nuestra querida _____ solo quería ocultar lo obvio — Caroline se puso de pie y camino esta quedar parada tras de mí — Nadie se resiste a Jeon, te lo dije una vez, te lo digo

dos veces — susurro a mi oído, antes de caminar fuera de la cafetería.

Las otras chicas me miraban con cara de 'Eres una puta mentirosa' Una a una fueron abandonando la mesa, hasta que solo quedamos las tres; Johanna, Cath y yo. Ahora tenía que afrontar la ira de las chicas, suspire quedamente y sonreí sin ganas.

— Aquel día en la playa, en mi cocina, en la cafetería...— suspire con mayor fuerza y escondí mi rostro entre mis manos.

— ¿Porque no escondiste eso? — Me pregunto Johanna, con un tono herido de voz.

— Po-porque, porque...— Suspire y alce mi rostro — ¡No lo sé! ¡¿No es fácil sabes?! — Chille como una loca — Aceptar que Jungkook me gusta no fue nada fácil, créeme, si fuera por mí, no me gustaría — Cath bufo y se cruzo de brazos.

— ¿Sabes que esa es la excusa más patética que he oído en mi vida? — Rodé mis ojos.

— Esta bien Cath, piensa lo que quieras, piensa que no tengo confianza en ustedes, deja de hablarme, haz lo que quieras — sorbí mi nariz y me levante de la silla — No tengo ganas de pelear con nadie, y menos con ustedes — Cath jalo de mi brazo, haciéndome caer a la silla nuevamente.

— Te sentaras ahí y me escucharas — asentí con un poco de miedo por el demonio de rizados cabellos — ¿Por qué mierda no dices simplemente que no querías que te molestáramos con eso? — Mis mejillas se colorearon tenuemente, ¿Tan obvia era? Cath sonrió y beso mi mejilla.

— Tranquila _____, lo entendemos — ahora Johanna beso mi mejilla — Solemos ser irritantes algunas veces — solté una

irónica carcajada.

— ¿Algunas veces? — Pregunto, ganándome dos gélidas mirada que me erizaron los vellos del brazo — Eh, si, algunas veces — agregue nerviosamente.

Oh, y no me equivocaba.

¡A ninguna le importaba la maldita lista!

Gracias por hacer mi vida un poquitín más miserable.

JJK│LISTA DE IMPERFECCIONESWhere stories live. Discover now