1. Gambito de dama

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Series de one shots que transcurren en la misma línea temporal (canon) que son parte de #RoyaiWeek21

Diferentes momentos de su historia que expresan sus sentimientos sin necesidad de palabras.


El universo y los personajes de Fullmetal Alchemist son propiedad de Hiromu Arakawa, a mi solo me gusta jugar con ellos.

Situado en el post canon. Un día más dentro de la milicia.

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1. Gambito de dama

Cuando has caminado cientos de veces por el infierno, la idea de un cálido futuro parece más escalofriante.

Era el tercer aniversario del día prometido. Y en conmemoración del mismo, la milicia se tomaba el día libre.

En realidad, solo paraban las tareas burocráticas para darle un descanso a sus soldados y un recordatorio social de los eventos de ese día. Aunque para él era un día de juego, ocio y ajedrez con su equipo.

—¿Otra vez, Havoc? —Inquirió Mustang con una sonrisa burlona mientras movía a su reina frente al rey de su primer teniente.

—Si no lo dejamos ganar, jefe, se deprime —se defendió. Detrás de él, Breda y Fuey estuvieron de acuerdo. El general de brigada chasqueó la lengua, irritado por sus subordinados.

—Les propongo una apuesta simple: el que gane puede obtener lo que desee. —Los tres intercambiaron miradas antes de alejarse y murmurar. Roy arqueó una ceja con curiosidad.

—Un día libre solo provoca que su papeleo aumente, general —se estremeció al escuchar a su coronel detrás de él. Hawkeye mantenía su expresión imperturbable aunque curiosa cuando vio el tablero de ajedrez.

—Hey, Hawkeye —se enfocó en Havoc, que mantenía un cigarrillo apagado en los labios—. ¿Alguna vez has jugado contra el general? —Cerró los ojos, negando. Ese gesto evitó que viera las sonrisas siniestras de sus compañeros— Él nos prometió lo que quisiéramos si ganamos.

—El general no está en condiciones de hacer tales promesas cuando tiene papeleo pendiente —reprochó. El aludido levantó las manos arriba en señal de rendición.

—Además —se atrevió a añadir—, Hawkeye nunca ha jugado ajedrez, estaría en desventaja. —Aquello provocó que arqueara una ceja, ofendida.

—¿Prometió lo que sea? —Inquirió con determinación— ¿Incluso quitarse ese estúpido intento de bigote? —Mustang lució genuinamente ofendido.

—¿Acaso no le gusta mi bigote, coronel? —cuestionó teatralmente, tocando el montón de vello al que se aferraba a llamar de esa forma, conociendo perfectamente la respuesta.

—Una petición por victoria —decretó la rubia, tomando asiento frente a su superior. Los demás los rodearon, interesados en el posible desenlace.

—Viniendo de usted, será mutuo —agregó el otro, acomodando el tablero—. Le daré el honor de empezar, coronel.

El silencio inundó la sala por... tres minutos, antes de que una ola de jadeos abrumados se hicieran presentes.

—Jaque mate, señor —inquirió Hawkeye, llevándose a la reina. Se levantó, antes de darle una última mirada. Todos darían su vida jurando que sonrió con suficiencia cuando se alejó—. Por favor, aféitese el bigote —le recordó su apuesta. Mustang seguía con la boca ligeramente abierta, tratando de asimilar lo que había sucedió. Lo último que recuerda es mover un peón y terminó acorralado.

Razones para vivir (#RoyaiWeek21)Where stories live. Discover now