C. Especial

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N: El tiempo no es el mismo que AF.

¿Estaba arrepentido? Por supuesto que no, si le dijesen que podría escoger a otra persona en el mundo entero, ciertamente su opinión no iba a cambiar. Bokuto era todo lo que pudiese querer en la vida y estaba demasiado orgulloso de que fuese parte de su vida porque antes de que se encontrara con el, todo era un lienzo en blanco y nadie era capaz de llenar su vida de colores. Le había cambiado su perspectiva de lo que era amar y sentirse amado y por esa misma razón Akaashi siempre iba a preferir estar con su chico. Ese chico que se volvía loco con escuchar a Twice.

Habían sido dos maravillosos años y aunque con altos y bajos, no eran razones suficientes para que fuese causa de rompimiento en su relación. Eso los fortalecía aún más y era cierta la frase "los polos opuestos se atraen". Ellos eran la verdadera prueba de ello. Akaashi se había encargado de echar respetuosamente a Kenma y asegurándose que llegara a salvo al apartamento de Kuroo. Como personas jóvenes con complejo de personas muy adultas, decidieron celebrar otro "mesiversario" en su apartamento, ya que a Akaashi podría adorar el frio de febrero —y la nieve que quedaba de diciembre— pero Bokuto tendía a ser muy friolento y por la culpa del mayor, Keiji acababa temblando también. Después de que se encargara de hacer la cena, porque si, no quería que su novio hiciera un desastre en la cocina, a lo cual este se deprimió por un buen rato, pero nada como el amor del pelinegro para sacarlo de su modo depresivo. Simplemente le dejó el trabajo de decorar las galletas en forma de pingüinos y búhos y estuvo feliz de hacerlo. Comieron, charlaron. Bokuto estaba complacido de hablar sobre sus entrenamientos y aunque Akaashi escuchaba atentamente a veces se perdía en sus ojos dorados ganándose berrinches del otro.

Ya casi eran las tres de la mañana pero la espalda de Keiji ya no era la misma de cuando tenía 16 años, por otro lado Bokuto parecía de hierro, nunca tenía suficiente. Para seguir pasando su velada romántica, extendió una gran sábana en su habitación y se recargaron sobre el borde de la cama. Algo tan simple, pero que ambos disfrutaban. Se cubrieron con una frazada y Akaashi recostaba su cabeza en el pecho de su novio hasta que decidió atrapar sus labios y sentir el sabor dulce de las galletas.

—Agashi, pude sentir el deseo, esa necesidad brotando de ti, la tensión entre tu y yo...

—Bokuto San, suficiente, creo que ya entendí.

Le cortó las palabras poniendo uno de sus dedos sobre sus labios y reprimió una risa por tales palabras ¿de dónde salió todo eso? En cambió Bokuto envolvió su cuerpo entre esos fuertes brazos y Akaashi no podía más que agradecer por ser el único capaz de sentir su cálido abrazo -o más bien cuerpo-.

—Akaashi me siento enfermo —Recibió una mirada preocupada— enfermo de amor por ti, Akaashi -El rostro del menor se relajó y Bokuto sonrió porque él era la única persona de ver todas las expresiones de Akaashi. Acarició la mejilla de Keiji y besó su frente, nariz, mejillas y terminó por besar sus labios— Akaashi prometo que seremos una familia donde nunca tendrás que llorar, y no es en vano estos dos años juntos. Te seguiré demostrando de lo que un hombre es capaz de hacer por amor, porque para mi tu eres la luz de mis ojos, el mundo en donde quiero vivir.

Akaashi sabia que era un día especial, pero no creyó que Bokuto estuviese yendo en serio. Su corazón latía queriendo salir de su pecho, y las mariposas en su estómago eran incontrolables. Lo amaba. Amaba como a nadie más. Sostuvo una mano de Bokuto entre las suyas y besó el dorso de ésta. Tan cálido.

—Bokuto San, mi hogar siempre será donde tu estés. No me importa nada más y creo nunca arrepentirme, jamas. Te amo.

Para cualquier otra persona, Keiji podía ser muy carente de afecto cuando se trataba de demostrar sus sentimientos pero Bokuto bien podría contestarles que nadie conocía mejor a Akaashi que él. Sus palabras lo hacían feliz, tenía plena seguridad en creer en él. Siempre lo haría. Sellaron sus palabras con un tierno beso cargado con todos los sentimientos que no pudiesen ser dichos, solo ellos sabían cuan enamorados estaban.

Después de que una galleta de pingüino fuese a parar en su boca gracias al dichoso "avioncito" de Bokuto, este último ya parecía con ganas de por fin dormir y Akaashi se unió a la idea sin embargo antes de que se pusiera de pie, una mano lo detuvo.

—Akaashi, sabes que aunque hoy fuese un día importante para nosotros, siempre te amo cada día más —Las manos de su novio se adueñaron de su rostro y Keiji simplemente cerró sus ojos esperando por un último beso y con una diminuta sonrisa en sus labios.

¿Por qué no sucedía nada? Incluso el calor sobre sus mejilas se había esfumado. Espero exactamente ocho segundos y aún nada. Un ensordecedor —casi agudo— grito y uno muy aterrador para Keiji, hizo que abriera sus ojos, encontrándose con que Bokuto ya no estaba ahí. Nadie a su lado. Akaashi alzó una ceja y por muy obvio que fuese palpó el lugar vacío.

—¿Bokuto San?

No. Ahora entendía la razón. Aún con cierta duda se pusó de pie y caminó hasta la pequeña sala y sus sospechas eran ciertas. Su gran y bonito novio, jugador de voleibol; cantando y volviéndose loco por una nueva canción. ¿Por qué no estaba molesto?

—¡"Alcohol free"! —Keiji se recargo en la pared mientras veia como Bokuto intentaba cantar con un coreano muy o bastante extraño pero también se ayudaba de su básico Inglés en los subtitulos— Si, si, te digo que lo estoy viendo. Apresurate, no te lo pierdas —¿A quién estaba llamando? Y lo vio colgar segundos después.

Como por arte de magia, el sueño de Kotaro se había ido, dando paso a un emocionado y gritón chico. Un completo ladrón. Desde hace mucho le había robado su gusto.

—Bokuto San, va a despertar a los vecinos —Susurró y Akaashi aún no existía para él.

—"My champagne, my wine, tequila, margarita... mojito with lime, sweet mimosa, pina colada —Tenia las mejillas de un leve color rosa— "I'm drunk in you, Agashee"

—¡Está haciendo mucho ruido! —Ni siquiera iba a obviar cuan avergonzado se puso cuando lo vio mover sus caderas, sin embargo su voz al fin hizo presencia porque el mayor dio un sobresalto y en vez de detenerse fue cargado y llevado hasta el sillón frente a la pantalla del televisor.

—Akaashi, mira, mira... los subtitulos, —Siendo aprisionado por sus brazos era imposible que no viese la pantalla. Su mejilla fue atacada por múltiples besos que no hicieron más que sacarle una mayor sonrisa a Keiji —Akaashi, tu eres mi bebida favorita.

—Bokuto San, ¿sabía que pudo haber puesto los subtitulos en japonés? —Keiji río y agradeció a Twice porque sus días siempre terminaban de la mejor manera y junto a su novio.

—Agasheee.

No es de imaginar que de nueva cuenta, el tema aún no era superado por los demás. No podía faltar que en cualquier momento escuchaba "Alcohol free" incluso desde los celulares de los otros cuatro compañeros de equipo de Bokuto y de las parejas de estos —como fieles seguidores—. Después de un par de reclamos por no avisarle a Bokuto, el castigo de Keiji había sido aprender la coreografía una semana después con él y esta vez aceptó bajó presión de su Kotaro. Por única vez le daría el gusto y Keiji no se arrepintió, más si quien bailaba ese tipo de pasos era el deportista, de hecho, fue un deleite a su problemática vista y al parecer su parte favorita de Bokuto. Éste se había obsesionado tanto con el color azúl que se volvió el color supremo de Bokuto, y a eso sumandole que descubrió de nueva cuenta otra canción "Baby blue love", así que cada que podía se le escuchaba cantando a su novio. Akaashi no tenía descanso pero era suerte que tuviese la suficiente paciencia con una muy ruidosa pareja.


Quise hacer este cap especial por el cb, y ya que empecé está historia uniendo mis dos cosas favoritas, no vi el por qué no hacerlo. Muchas gracias por el apoyo a la historia, no creí que le hayan dado una oportunidad. Gracias^^.

P.d. Aún tengo otras historias en mente🐧

Feel special || BokuakaWhere stories live. Discover now