— ¡Dilo de nuevo! ¿No eres tan valiente e inteligente? ¿O es que estás tan jodidamente asustado de que alguien finalmente te enfrente? — empujé mi varita más profundamente en su piel y comenzó a respirar con más dificultad. —Eres un cobarde, te metes con Olivia y Luna porque sabes que son demasiado buenas para responderte, pero ¿adivina qué? Mala suerte, chico, porque no soy ni la mitad de buena, así que si las molestas a alguna de las dos de nuevo, ten por seguro que voy a hacer tu vida imposible.

Sonrió con arrogancia, lo que me recordó a Weasley e hizo que mi ira creciera aún más.

— Ahora tienes a la perra de Snape para que te defienda, Lovegood. ¿Qué vergüenza es saber que solo puedes defenderte teniendo una Slytherin de tu lado? — Dio unos pasos hacia atrás y antes de comenzar a alejarse, nos dio una última mirada. — Mis mejores deseos para vuestras madres, chicas. Espero que sigan sus caminos.

Esta vez no pude aguantarlo. En una milésima de segundo, levanté mi varita y apunté a su espalda.

— ¡SECTUMSEM-!

— ¡NO! — Olivia tomó mi varita antes de que pudiera terminar la maldición. Tenía los ojos llorosos y las mejillas descoloridas. — No lo hagas, Lilith. Tenemos suerte de que todos los profesores se hayan ido, pero él les diría y serías castigada, no vale la pena. No importa.

— No, Liv. ¡Sí importa! — respondí. —Estoy harta de escuchar a esos cabrones insultarte. Eres como una hermana para mí. Y si alguno de vosotros tiene algún problema con Olivia Lovegood o su hermana, ¡pueden venir directamente a mí! — grité mirando a todos y cada uno de los presentes en la habitación. —Quizás queréis que empiece a practicar algunas maldiciones.

Regresé a mi mesa bajo la mirada tanto de Slytherins como de Gryffindors. Draco, Blaise y Pansy me miraban con una sonrisa orgullosa, mientras que la mayoría de los Gryff tenían una cara molesta y una mirada de sorpresa.

— Eso fue impresionante — dijo Draco en voz baja. Mis ojos volvieron a Liv, que estaba siendo abrazada por algunas personas de su casa.

Después de un rato, vi a Cedric entrando en el Salón y dirigiéndose directamente hacia Liv con su característica sonrisa, pero una vez que vio cómo se veía Liv, su sonrisa se desvaneció y parecía bastante preocupado por ella. Ambos se pusieron de pie juntos y se alejaron del Comedor, tan pronto como les vi salir por la puerta, me levanté y los seguí.

Estaba a punto de salir cuando una figura alta se interpuso en el camino. Fred Weasley.

— ¿Qué ha sido eso? — preguntó realmente confundido.

— ¿Y a ti que te importa? — respondí con el tono más seco posible. Intentando alejarme de él.

— Porque nunca has tratado de maldecir a nadie, ni siquiera a mí. ¿Tanto te importa Lovegood ?— dijo bloqueando mi salida de nuevo. Suspiré, exasperada.

— Si, Weasley. Es mi mejor amiga.

— ¿Tienes amigos?

— ¡Si! Ahora, ¿puedes moverte o tengo que apartarte yo misma?

— ¡Guau! Cálmate, bestia. No creas que porque estás en este "rol de salvadora" voy a tenerte miedo.

—bWeasley, no tengo tiempo para ti en este momento y no podría importarme menos si me tienes miedo o no. ¡MUÉVETE O TE MUEVO!

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora