Devil Love |Larry Stylinson| Pausada

4.

Cuando Harry salió de la casa siguió desayunando, no sabía muy bien que hacer ahí, ya que no tenía muy en claro que tenía que hacer.

Salió a la sala y se sentó en el sillón tomó el control de la televisión y la encendió.

Aparecieron dos apartados, el primero decía, TV Abierta, donde suponía que ahí estaban todas las series, películas, telenovelas, canales de música, etc.

Y en el segundo apartado decía, Mundo Humano, frunció el ceño y pensó, que habría ahí, ¿mundo humano? ¿Ahí habría lo que está pasando ahora mismo con los humanos? ¿Como varios canales en vivo las veinticuatro horas? Era lo más seguro.

Aunque por más que le intrigara que era lo que pasaba en el mundo humano, cree que no es buena idea.

Ya que a pesar de que Harry le dejó hacer lo que quisiera ahí, excepto por entrar a su despacho, sentía que no era nadie para ver aquello, así que simplemente se decidió por ver una película, afortunadamente Harry si tenía palomitas.

Luego de la película, decidió recoger un poco la casa y arreglar una de las habitaciones para el.

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Al llegar a su oficina, hacer algunos papeleos y revisar algunas cosas en su computadora, el hambre había llegado.

Siempre comía bien antes de ir al trabajo, pero hoy por primera vez en su existencia se había despertado tarde.

No era su culpa, era del precioso ángel que había llegado de imprevisto a su casa, se había despertado un par de veces porque el ángel se había subido a su pecho y el con mucho pesar se lo quitaba de encima.

Al parecer el ángel no se dió cuenta, probablemente tiene el sueño pesado.

Niall, en este caso Dios, como lo conocen los humanos, no le había dicho nada, ¿porque? No lo sabe, cree que debió haberle dicho que tendría a alguien más viviendo en su casa por el resto de la existencia y más.

Pero bueno, volviendo al tema que se estaba muriendo de hambre, (no literal) recordó los hot cakes que el angel le había dado.

Sacó el recipiente en el que estaban, y lo abrió, a primera vista no se veían muy bien, debe decir, ya que literalmente pareciera que había arrojado la mezcla de estos al sartén.

Sacó la miel y con un poco de duda, vertió tan solo un poco encima de un hot cake, tomó los cubiertos y cortó un trozo para llevárselo a la boca.

Sabía...

Bien.

Extrañamente sabía bien, aunque no se vieran muy apetecibles debe admitir que el ángel tiene talento para esto.

Se oyeron unos toques a la puerta y después de exclamar un "Pase" esta se abrió. De ella salió la muerte y su mejor amigo Zayn.

—Que onda Luci.— exclamó este con una sonrisa, vestido completamente de negro y un bastón de madera.

—Sabes que odio ese apodo Zayn.— dijo este serio y siguió comiendo los hot cakes de Louis.

—Lo lamento pero debes admitir que ese nombre que les pusieron los humanos a todos los diablos es gracioso.— dijo sentándose en una de las sillas delante del escritorio de Harry.

Harry rodó los ojos. —Si como sea, a que viniste.— dijo comiendo otro pedazo de hot cake.

—Nada, solo venía a avisarte que esta semana llegan veinte nuevos y-... ¿que estás comiendo?

—Hot cakes.— respondió dando otro bocado.

—Eso es nuevo, ya que prácticamente, siempre comes bien antes de venir y siempre estás comiendo cosas saludables.

—Hoy me desperté tarde así que Louis me dió unos para comer acá.— Harry se encogió de hombros.

—¿Louis?

—Si ayer llegó un ángel, a mi casa.

—¿Un angel?— preguntó atónito.

—Si Zayn, un angel, no voy a estar repitiendo todo de nuevo.

—¿Y que hace un ángel en la casa del diablo?

—¿Crees que yo sé? El hijo de puta de Niall, no me dice nada.— dijo con la boca un poco llena.

—Si, lo sé, es raro que no lo hayan mandado a una casa ya qué hay demasiadas desocupadas aún, o a algún departamento, pero bueno ¿que vas a hacer con el?

—No lo sé, supongo que dejar que se quede.— se encogió de hombros guardando los recipientes.

—¿Y es bonito al menos?— preguntó Zayn con sonrisa coqueta.

Por alguna razón no le gustó para nada esa pregunta pero aún así respondió. —Si lo es, pero no te incumbe, mejor dame los nombres de los nuevos.— dijo queriendo dejar el tema de lado y afortunadamente si fue ya que Zayn no insistió.

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Unas horas después, estaba aburrido y Louis no sabía que más hacer, había aseado la casa, se había hecho de comer, arregló sus cosas en su nueva habitación y leyó un libro de la biblioteca.

Decidió que saldría un poco, ver a los vecinos demonios, y ángeles que había visto.

Tomó las llaves de la casa, salió, cerró la puerta y caminó por las calles, ¿ya dije que no a aprendido bien a usar sus alas?

Solo le enseñaron como aletear, para el ir aprendiendo poco a poco y como guárdalas, eso es todo, ni siquiera le ofrecieron unas clases o algo.

Caminaba por las calles mientras pensaba, definitivamente esto no era como imaginada que sería la otra vida, miró el cielo, y este de nuevo era una mezcla de rojo y azul.

Se encontró con ángeles y sus parejas ángeles también, y algunos de estos tenían bebés. Eso es bonito.

Ya que si alguno de ellos no pudo tener hijos en su vida como humanos aquí la podrían tener. El mismo caso es con los demonios.

Siguió caminando conociendo y saludando a sus vecinos.

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Al llegar a casa lo único que quería era cenar algo ligero y dormir, no era muy tarde eran apenas las siete de la tarde pero aún así.

Entró a la casa y dejó sus cosas en el sofá. Frunció el ceño al no escuchar algún ruido por la casa.

—¿Ángel?— llamó, esperó algunos segundos y... nada pareciera que estuviera solo otra vez.

Revisó todo el primer piso, y nada, no veía a Louis, se empezó a preocupar cuando subió al segundo piso, revisó todas las habitaciones, la biblioteca, los baños, y hasta su despacho, y nada.

No encontró al ángel.

Luego pensó que podría haber salido, y no es que le preocupara mucho, ya que no todos los demonios son realmente malos pero no todos son buenos.

Mil pensamientos llegaron a su mente de lo que le pudo haber pasado a su ángel.

Y si llegaba a pasarle algo, desaparecería el alma de cualquier criatura viviente.