Nuestros caminos (Roomie 3)

Capítulo 10 "NUESTROS CAMINOS"

—Feliz cumpleaños a ti.

Quité la sabana de mi cara para ver a Jane con un pastel en la mano y a Tyler con un gorrito y una serpentina.

— ¡Feiz pempeaños! (feliz cumpleaños) — gritó Tyler sonriente.

Jane me acercó el pastel que tenía unas velitas encima encendidas —Ahora pide un deseo.

Tomé a Tyler subiéndolo a la cama conmigo y soplé las velas —Tengo todo lo que quiero ahora conmigo.

—Que cursi — dijo Jane riendo.

—Mamá se está riendo de papá — miré a Tyler pero él ya estaba comiendo del pastel.

— ¡Ico! (rico) — gritó manchado todo de él.

Tomé a Jane de las caderas haciendo que se sentará a mi lado y me recargué en sus piernas pegando mi cara a su barriga — Ya estás viejito amor — dijo mientras jugaba con mi cabello.

— ¿Oíste eso bebé? Tu madre me está ofendiendo.

— ¿El bebé escucha? — preguntó Tyler mirándonos mientras se seguía comiendo el pastel.

—Sí, así que siempre dile cosas bonitas — contesté.

Tyler gateo hasta estar frente a la barriga de Jane y sonrió —Piscina.

JANE.

Jamás había pensado que mi vida tomaría este camino. Mi estilo de vida había cambiado por completo. Sí, cuando trabajaba de modelo me podía dar ciertos lujos, pero nada como ahora. La casa en la que vivía costaba una cifra que era difícil de leer, el auto que manejaba era de los que solamente veía en redes sociales, y ni se diga de los demás que había en el garaje. En casa tenía personas que me ayudaban a hacer todo, tarjetas sin límite. Un círculo social lleno de gente con esa vida como si fuera de lo más normal y común. Matt había crecido con todos los lujos posibles, rodeado de gente de su mismo nivel, pero... algo en él era tan jodidamente refrescante, que a veces olvidaba de quién era esposa y madre de sus hijos.

Rempujé el carrito de las compras y suspiré —Vaya, se nota la actitud — dijo Mary mirándome.

— ¿Por qué vine a hacer las compras?

—Ahh... porque tú quisiste, te dije que iba a venir a hacer las compras y quisiste venir, aparte de robarme el carrito.

Miré mi pequeña pancita y comencé a acariciarla —Es que tenía antojo de algo, pero ahora que estoy aquí, ya no sé qué se me antoja.

—Mhh... ¿Dulce, salado, enchiloso? — preguntó mirándome.

Volteé a ver las estanterías pero nada se me antojaba —A veces tengo tantas, pero tantas ganas de tomarme una botella de alcohol yo solita.

—Pero ves está hermosa pancita y se te pasa — sonrió acariciando mi barriga.

Suspiré y miré a otras chicas que iban pasando frente a nosotras —Mary, ¿crees que sigo siendo sexi?

—Espera, ¿qué? — y comenzó a reír.

—Lo digo en serio — dije dándole un codazo suavemente.

Se enderezó y me miró —Jane, ya quisiera yo tener tu cuerpo de embarazada estando normal, no te acomplejes mujer. Sigues siendo igual de bella que en tus portadas – sonrió — y tienes una familia muy bonita, créeme cuando te digo que aún eres sexi.

—Es que a veces siento que mi cuerpo se ve mal.

—Jane — Mary me miró seria —ya fuiste mamá, entiendo que quieras tu cuerpo de regreso y no te culpo, eres una modelo y estás acostumbrada a tener un cuerpo de infarto, pero no te compares con otras personas que no han pasado por lo mismo que tú.