◆Capítulo 2◆ - ◇Respuestas "simples"◇

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Mientras las dos seguían a la vieja, sus cabezas estaban en total crisis y confusión. ¿De dónde venían? ¿Por que solo se acordaban del hecho de que eran hermanas? ¿Acaso están soñando? ¿Cuáles eran sus nombres?¿Era más seguro seguir a la anciana antes que quedarse solas en el bosque? Estas preguntas inundaban las cabezas de las niñas hasta tal punto que parecía ahogarlas.

"Ya hemos llegado" dijo la vieja de repente, las dos muchachas no se dieron cuenta que ya habían llegado a su destino. Era una linda casa de campo, había un montón de diferentes tipos de flores y plantas que rodeaban la casa, de alguna manera el ambiente era familiar. Caminando hacia la puerta, esta parecía pesada y extrañamente no tenía ninguna cerradura, en vez de eso, había una gema transparente. La vieja puso su mano en la gema, la cual de repente empezó a brillar con unos símbolos extraños que aparecieron, cuando el brillo se detuvo, la puerta se abrió como si fuera magia.

Las muchachas, estupefactas miraron la puerta como si necesitaban procesar lo que había pasado. "hmm? ¿Qué os pasa? Acaso es la primera vez que habéis visto la magia, ¿o qué?'', preguntó la vieja.
Magia, habilidades o poderes capaces de hacer cosas extraordinarias, lo cual solo existía en mundos de fantasía, era la primera vez que lo veían, ahí es cuando de repente un recuerdo inundó la cabeza de las dos. La magia no existía, por lo menos en su mundo, su mundo era uno donde la magia solo existía en los mundos de fantasía. No sabían si esto era un sueño, pero se sentía muy real para serlo.

Posteriormente, otra memoria apareció, las dos fueron transportadas por un portal o por un sello, de repente memorias borrosas sobre los sueños que tuvieron antes de llegar ahí aparecieron. Sus cabezas estaban siendo atormentadas por las repentinas memorias, era demasiada información para procesar, en ese momento las dos colapsaron al suelo.

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"Por...favor..." una voz temblorosa y lamentada suplicaba, todo era oscuro y no se podía ver nada, sin saber de donde venía la voz la niña de pelo negro se dispuso a guardar silencio para poder volver a escucharla "Por...favor...no la pierdas" la voz volvio a hablar pero esta vez se escucho más fuerte "¿Que...?" La niña respondió, de repente sintió como un frío empezó a recorrer por todo su cuerpo, como si algo la estuviera acariciando, sin que ella fuera capaz de moverse "no la pierdas por favor..." la voz volvió a hablar pero esta vez con una voz clara pero preocupada. En ese entonces, la niña se despertó de golpe jadeando.

"Por fin estas despiertas" una voz habló, era la vieja. "Mira que del susto has despertado a la otra" la niña del pelo blanco miraba preocupadamente a su hermana, al ver el rostro de su hermana, le dio un ligero abrazo como si dijera que todo está bien. La anciana se las quedó mirando por un rato, hasta que decidió finalmente hablar "Bueno, mientras estabais dormidas me he tomado el tiempo de decidir vuestros nombres". Las niñas miraron a la vieja, recordaron lo que había pasado pero esta vez sus mentes estaban más claras, puede que haya sido por la siesta.

"Tu te llamaras Azia" le dijo a la niña de pelo blanco "y tu te llamaras Ayla" apuntando a la del pelo negro.

Las dos inmediatamente se acostumbraron a sus nombres, como si estos estaban hechos para ellas. "Supongo que ya empezaremos a conocernos más tarde, pero esto es suficiente, por cierto me llamo Cassandra" dijo la anciana con una voz satisfecha, las dos la miraron aun con caras estupefactas "entendido" las dos dijeron sincronizadamente al finalmente abrir la boca, "pensé que no sabíais hablar, anda e iros a duchar que apestáis".

Las dos, guiadas por Cassandra, entraron en el baño, Cassandra las dejó solas ya que estas dijeron que podían solas. El baño era grande y había una gran bañera, el agua de la bañera era cálida y agradable, así que era muy posible que Cassnadra no fuera muy mala persona dada la hospitalidad.

Las dos se sumergieron en la cálida agua de la bañera, sus mentes estaban en blanco, las dudas de sus cabezas por un momento desaparecieron.

Mientras se relajaban en silencio, las dos empezaron a organizar sus mentes. Ahora mismo las dos tenían sus pensamientos en orden, esto era demasiado real, tenían los cinco sentidos y podían controlar sus propios movimientos, sumando el hecho de que no recordaban casi nada, solo les daba la opción de intentar adaptarse en este nuevo mundo.

Al acabar de bañarse, las dos se miraron en un espejo que había donde estaban sus ropas.

Las dos eran niñas de al parecer unos 5 años, no recordaban su edad exacta así que era una simple adivinanza. Las dos tenían el cuerpo delgado y algo desnutrido, tal vez antes de despertarse ya estaban desmayadas en este mundo desde hace tiempo y las dos estaban bastante pálidas.

Azia tenía el pelo blanco largo hasta las rodillas, su pelo brillaba hermosamente, tenía ojos azules claros como el cielo los cuales parecían tener estrellas, también había algún que otro tono de morado en ellos, sus labios eran de un color durazno suave. Por el otro lado, Ayla tenia el pelo negro como la noche y tan largo como Azia, su pelo al estar mojado brillaba aun más, sus ojos eran como un fuego calido que al mismo tiempo parecian ser un hermoso atardecer.

Después de ver sus apariencias, las dos se vistieron rapidamente, llevaban una camiseta blanca con unos pantalones negros comodos, al parecer era la ropa del hijo de Cassandra cuando era pequeño. Al salir, olieron un delicioso olor.

Siguiendo aquel aroma, se encontraron con Cassandra quien noto sus presencias. "Por fin habéis acabado, sentaros la cena está lista". "S-si" las dos respondieron al insomnio, para luego así sentarse inmediatamente en la mesa. Cassandra puso tres boles de sopa en la mesa, las dos niñas se quedaron mirando a Cassandra quien había sentado delante de ellas.

Cassandra las miró con una cara extrañada "¿A qué esperáis? Comed'' expresó mientras se tomaba una cucharada de su sopa. Las dos se pusieron a comer como si no hubieran comido en meses, era delicioso, por un momento se olvidaron de todos sus problemas para centrarse en el sabor de su comida.

Cassandra sonrió cálidamente al verlas, aunque las dos estaban demasiado ocupadas para verlo "tal vez no haya sido mala decisión traerlas" pensó, al parecer ya se estaba encariñando. Cuando las niñas iban por su segunda ronda, a Cassandra le pareció un buen momento para tener una conversación tranquila "bueno ya que parecéis más motivadas ahora, ¿qué tal si empezamos a conocernos un poco?".

Continuará....

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Fragmentos del AlmaWhere stories live. Discover now