El Inicio Del Viaje

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Habían preparado con las sábanas algunas bolsas improvisadas para llevar la comida.
Todos los chicos se encontraban ahora en el comedor, incluido Aris.

El escritorio y aquel hombre habían
desparecido, y según la hora sólo tenían cinco minutos para cruzar aquel "transplano". Minho fue el primero, y ordenó a Thomas que se quedase el último.
Desde que habían leído su tatuaje habían decidido que el asiático sería el líder, para no hacer feo a su tatuador.

Cuando habían pasado todos los chicos, entró Thomas.

Calló encima de alguien, todo estaba oscuro, como caminar con los ojos cerrados.
Se guiaban palpando las paredes.

-Thomas, ¿estás ya?

-Sí.

Tras su afirmación, Minho pidió que fueran en fila.
Iban tocando las paredes, y al menos la temperatura era buena. Pero por mucho que andaban, aquel infinito negro no terminaba.
El pánico comenzó a envolver sus mentes. Tanto rato a oscuras y sin encontrar salida empezaba a ponerles nerviosos.

Thomas tuvo un tiempo para pensar, al menos. Pensó en Teresa, se había olvidado totalmente de ella. Trató de contactar una vez más pero fue imposible.
Después pensó en Newt, era cierto que él lo estaba pasando peor, pero eso no quería decir que él no sufriera también.
Pero aun así el chico eclipsaba a Teresa completamente.
Había pensado que... tal vez, si nunca le llegaban a quitar aquel chip... podría quedarse con Newt. Era egoísta, mucho. Pero Teresa no le llenaba como él. Además, tampoco quería dejar de quererlo, y en cambio no quería querer a Teresa.

Entonces, ¿por qué no? ¿Por qué no podía ser feliz junto a aquel chico el resto de su vida?

Sus pensamientos se interrumpieron otra vez al oír unos gritos por delante. Sin pensárselo dos veces, avanzó hacia ellos.

Notó que un chico había caído al suelo, ya que se agitaba coléricamente. Trató de pararlo, pero de repente se quedó completamente quieto.
Thomas se dio cuenta entonces que donde debería estar la cabeza, ahora no había nada. Algo le había cortado la cabeza.
Se oyó un sonido metálico, como si una esfera cayera sobre el suelo. Se la oyó rodar a lo lejos.

Los chicos comenzaron a correr. El temar acechaba sus mentes. Cada vez se oían más y más gritos. Algunos chicos tropezaban, otros se chocaban... era un caos.

Thomas sólo pensaba en que Newt estuviera bien por ahí delante.

-¡Hay una escalera!- Minho había chocado contra ella.
Trataron de subirla él y Newt, para buscar alguna salida. Y ahí estaba.
Cuando tiraron del pomo, tuvieron que cerrar rápidamente la escotilla.-¡JODER!

La luz de fuera era demasiado intensa, abrasaba. Y tras horas allí dentro con nada de luz era imposible salir tan campante.
Dejaron abierta una pequeña rendija, tapada con una de las sábanas para acostumbrarse la vista.
Thomas observó a Newt. La luz le daba en el pelo, haciendo que éste pareciera oro.
El chico levantó la cabeza y cruzó mirada con él, aunque enseguida la apartó.

Entonces se empezaron a oir más gritos.
Era Winston, una gota de lo que habría jurado que era el techo le había caído encima.
Thomas trató de ayudarlo a que no siguiera avanzando, pero estaba incandescente, lo que hacía imposible quitarlo con las manos.
Iba por la mitad de la cabeza del carnicero cuando entre varios chicos consiguieron pararlo.
El líquido se volvió esférico en dos segundos y comenzó a girar por el suelo, abandonando aquel lugar.
¿Esferas que se comían la cabeza de la gente? Hicieron un recuento para ver cuantos quedaban. Tres chicos habían perdido la vida allí. Ya sólo quedaban 18.
Winston se veía realmente mal, tenía la cara y la cabeza quemadas, y no paraba de temblar.
Iba a ser un mal viaje para éste, pero mejor eso que estar muerto.

Cuando se acostumbraron a la luz, se cubrieron con sábanas para no quemarse.
El sol era muy intenso, suponían que era por las erupciones de las que les habían hablado. Tenían que mirar al suelo para poder moverse, mirar al horizonte aun dolía. Cuando todos los chicos salieron del agujero, se miraron entre sí para ver quienes eran los que habían muerto ahí abajo. Pero nadie dijo nada.

-Tenemos que andar hacia el norte. Sólo tenemos dos semanas, y es mucho camino.
Espero que podamos refugiarnos en algún sitio.

-Tenemos que ir ya.- Newt fue el primero en ponerse en marcha.- No sabemos que hora es, es mejor empezar a andar ahora que tenemos fuerzas.

-De acuerdo.- Minho le sigió.

Las pruebas,lo no contadoWhere stories live. Discover now