Tres

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28-11-2019

Número cinco había cumplido ya 14 años, y había hecho hasta lo imposible por volver con su familia, todo sin éxito.

Había perdido la cuenta de las veces que se tuvo que contar historias a si mismo para dormir, o las veces que no había una cálida cama para calentarse en ella desde que el invierno comenzó.

Por otro lado..

Jen, había hecho un hogar, en un edificio abandonado de igual forma, aunque contaba con más recursos como un montón de ropa en ruinas como cama, un par de cobijas algo rotas y algunos abrigos que encontró en buen estado...

No tenía lo mejor pero había hecho lo posible por conseguir lo más que podía.

Había tratado de jamás encontrarse con Cinco, o el chico desconocido como ella lo veía.

Este día era el cumpleaños de Jen..., aunque no había nadie para festejar se sintió feliz por ello, salió bastante temprano de casa para buscar más cosas necesarias.

Al caminar por las desoladas calles, se encontró una tienda que solía ser de chicas, decidió entrar en ella, no encontró mucho, la mayoría de cosas estaban muy sucias si embargo encontró debajo de algunos escombros un par de diademas debajo de una pequeña roca y decidió tomarlas.

Al sacarlas, la roca salió de ahí de igual forma, moviendo algunas ruinas haciendo que un pedazo de concreto cayera en su pierna.

—!Ahhh! — gritó por el dolor.

CINCO.

Me encontraba como siempre buscando más para sobrevivir el día, cuando escuché algo que erizo mi piel y me paralizo por completo....

Un grito... de algo cerca, no podía asimilarlo aún. Me quede quieto un momento y después corrí hacia donde lo había escuchado.

Entre a una tienda de ropa y accesorios. Estaba seguro que había provenido de ahí.

Sin embargo al entrar no encontré nada...
Estaba apunto de irme cuando vi algunas gotas de sangre a un lado de la puerta abierta... la sangre parecía fresca... lo cual era extraño, por que yo no estaba sangrando.

Me di cuenta en ese momento de qué tal vez no era la única persona ahí... tome mi pistola de detrás de mi saco. Y la preparé detrás de mi, abrí de golpe la puerta... y me encontré con... ¿Una chica?.

Aunque no parecía cualquier chica, ya que al verla me apuntaba ya con una pistola.

NARRADOR.

—Ey... tranquila, no te hare daño.— dijo Cinco Jen quien estaba asustada, con una pierna sangrando y apuntándole con una pistola.

—¿Quien eres y por qué estás aquí?— le preguntó ella, pero no era una pregunta estaba exigiéndole una respuesta.

—Oye... tranquila, baja el arma por favor. ¿Si? Te lo dire, pero no es muy cómodo hablar mientras te apuntan con una pistola.— le dijo este tratando de tomar su confianza.

Ella bajo el arma lentamente... —Dímelo.— dijo sería. Cuando esta vez Cinco saco su arma y le apunto a la cabeza. —Mejor dime... ¿Quien eres tú? Por qué te escondes y por qué estás aquí?— amenazantemente.

—Reapondeme... ¿Que haces aquí?— dijo Cinco de nuevo.

—Eres asi?, traicionas a los que confían en ti?..— dijo Jen molesta.

Cinco se burlo. —Todos están muertos, ¿Por que tú no?— preguntó.

—No lo se, me hago la misma pregunta desde que sucedió todo esto.— respondió con la voz temblando.

Cinco la miro de arriba a abajo y se percato de su pierna sangrante. —Eso se ve mal, necesitas ayuda.— dijo —Dame el arma, y te ayudaré.—

—No, es más posible que te deshagas de mi.— le contesto ella.

—Está bien, lo lamento. Pero de verdad déjame ayudarte.— dijo guardando el arma.
Jen lo miro extrañada pero no tenía otra opción, la herida en su pierna podía empeorar si no la curaba ya. Es la única razón por la que dijo —Esta bien.—

Cinco le extendió la mano y le ayudó a caminar hasta llegar a su lugar.

Jen se sentó en un viejo bote que había cerca. Mientras que El chico buscaba rápidamente algo entre sus cosas.

Volvió con ella con una caja de aluminio en las manos... —¿Que es eso?— preguntó ella.

—Mi botiquín de emergencias, hasta ahora no he usado casi nada  solo los medicamentos que aún no caducan para mis dolores de cabeza.—

—¿Tienes algo que me ayude con mi pierna?— preguntó de nuevo.

—Si, si no te preocupes, hay alcohol y algunas vendas— respondió mientras buscaba en este.

—Los encontré— dijo con ambos en las manos. —¿Puedo?— preguntó antes de tocar la herida de Jen.

—Si, está bien.— contesto Jen algo preocupada.

Cinco procedió a limpiar su herida que era bastante grande y profunda. Y después a vendarla. —Al menos nos rompiste tu pierna, es profunda pero estarás bien, solo te dolerá un poco para caminar y supongo que quedará una cicatriz ya que requieres puntadas, pero soy un chico, no un cirujano.— dijo al terminar.

—Gracias.— dijo Jen algo sería.

—¿Gracias? ¿es todo lo que dirás?— pregunto Cinco riendo.
Ella lo miro algo nerviosa. —¿Como te llamas?— pregunto en voz baja.

—Cinco... y tú?— respondió y cuestionó hacia ella.

Ella lo miro confundida...—¿Cinco? extraño, bien mi nombre es Jen...— dijo algo incomoda aún.

—Lose, es una larga historia. Pero en fin Jen? Un abreviado? De Jennifer? Jenna? O algo así?— preguntó el.
—No, solo Jen...— respondió.

—valla... lindo, fácil de recordar. Solo 3 letras así no lo olvidare.— afirmó Cinco.

—Y tú?... Cinco? Nombre único de seguro..— dijo ella. Ya más confiada.

—Es... una larga historia.— respondió Cinco. —Igual que la que me tienes que contar de cómo sobreviviste el Apocalipsis.— le dijo.

—Como te dije antes no Lose..., solo me oculté en un sótano, al salir todo era un jodido desastre y todos estaban...— se quedó callada mirando fijamente.

—Lose, debió ser difícil, lo lamento.— dijo Cinco entendiendo.
—¿Por que hablas como si no lo hubieses vivido?— preguntó ella.

Cinco se quedó mirándola un segundo. Sin decir nada. Y después reacciono. —¿Tienes hambre? Supongo que no has comido absolutamente nada aún... o si?— preguntó para evadir la respuesta.

Ella lo noto pero prefirió no preguntar nada más, era algo demasiado incómodo seguramente para ambos.
Así que accedió a comer...

Memorias en el corazón ( Cinco Hargreeves) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora