Capitulo 7

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Un defecto de familia

–Fuyumi, suéltame por favor –pidió Shōto en un susurro a su hermana que seguía aferrada a su espalda.

–¿Estas más calmado? –susurro la albina con la frente apoyada en el hombro de su hermano menor; Shōto solo asintió en respuesta–. Bien –Fuyumi se alejo con suavidad del bicolor, librándolo de su agarre.

La albina observaba a su hermano a la espera que este volteara a darle la cara, sin embargo, Todoroki permanecía inmóvil en su lugar y con la mirada fija en sus nudillos manchados de sangre, su propia sangre:

–Estoy bien, Fuyumi. Se hace tarde, deberías ir a casa.

–¡¿Pero qué dices?! ¡Estas herido! –Fuyumi lo rodeo, quedando más conmocionada al ver su estado de frente: la sangre de la herida en la nariz comenzaba a secar tomando un tono más oscuro al final de las fosas nasales, por encima de los labios y también en la barbilla. Mientras que la mejilla derecha empezaba a tomar un tono rojizo de una quemadura leve.

–Solo fue un entrenamiento, estas cosas pasan. Basta con ir a la enfermería –explico Todoroki con la misma voz monótona de siempre.

–Eso no parecía un entrenamiento cualquiera, hasta tu profesor se sorprendió al verlos.

–Nos excedimos un poco, nada más. –Fuyumi dejo escapar un suspiro frustrado, ya estaba acostumbrada a eso.

Todoroki Shōto no era del tipo de persona que expresan sus preocupaciones con facilidad, era demasiado terco para eso; al igual que todos los hombres de su familia, porque aunque Natsuo y Shōto no lo admitieran, habían heredado la terquedad de su padre, justo como Touya en su momento lo hizo. Debido a esto la albina ya sabía cómo manejarlo, al menos un poco, así que sin mediar otra palabra, comenzó a remover dentro de su bolso, buscando algo y llamando la atención del menor en el proceso.

–¿Qué estas...? –el menor levanto la vista observando con cierta curiosidad y recelo las acciones de su hermana.

–Shōto, soy tu hermana mayor, para mí es muy traumatizante verte tan lastimado –dicho esto Fuyumi esbozo una sutil sonrisa a la par que sacaba un pequeño botiquín de primeros auxilios de su bolso–. Si no quieres decirme que te pasa, lo menos que puedes hacer es permitirme tratar tus heridas.

El menor guardo silencio unos segundos antes de asentir sutilmente con la cabeza, algo cohibido.

Mientras tanto, Fuyumi se dedicaba a abrir el botiquín, sacando una bolsa con algodón junto a una botella de alcohol.

–Puede que esto te arda un poco –comento la albina mientras con gracia y delicadeza se encontraba remojando una bolita de algodón en el alcohol.

–¿Siempre llevas un botiquín contigo? –pregunto el menor a la par que una mueca se formaba en su rostro por la sensación de escozor al percibir el alcohol sobre sus heridas.

–Lo siento –Fuyumi dejo escapar un risita nerviosa antes de continuar su tarea. –Cuando trabajas con niños debes estar preparada para todo –explico sonriente. Shōto por su parte mantuvo los ojos cerrados mientras sus heridas eran limpiadas, la Todoroki noto como su hermanito se había relajado un poco y aprovechando la atmosfera volvió a hablar: –¿Shōto? –el nombrado solo dejo escuchar un «¿Um?», dejándole a Fuyumi un pase libre para preguntar–, ¿Sabes porque estoy aquí, cierto?

Todoroki abrió los ojos con calma para enfocar su vista en su hermana antes responder:

–Recovery girl menciono que debía informarle a mi familia mi condición, pero no sabía que te citarían.

Debilidad ante el instinto - TodobakuWhere stories live. Discover now