Extra del Día de la Mujer

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Sigo caminando con Death que me adentra en un vecindario de casas pequeñas, no es la gran cosa, pero es acogedor.

—Solo hay dos habitaciones —me explica.

—Puedo dormir aquí en el sofá —señalo el mueble— No ocupo mucho espacio.

—Oh, claro que no —se niega— Puedo dormir yo aquí y tú en la alcoba, estoy acostumbrado...

—No, como crees—insisto—Es tu casa, no vengo a incomodar.

—No es incomodar, es que quiero que estés cómodo —me quita la gorra.

El calor me inunda la cara, reitero que esto es muy raro, o sea, he pasado más de veinte años teniendo clara mi sexualidad y ahora pasa esto.

—¿Te apetece ir a conocer la isla?

—Definitivamente me quedaré en el sofá —me muevo al sitio y él nota mi incomodidad.

—Te dejo solo entonces, hablé con mi jefe y te conseguí un empleo en mí mismo sitio —busca la puerta— En la nevera hay comida.

—Gracias.

Se va y me pregunto qué rayos me sucede. Cuando estamos a solas me gusta, pero sopeso la reacción de otros si se llegan a enterar y la pena me corroe. Me echo en el mueble agradecido de estar aquí y no en prisión. El cansancio me gana y termino durmiendo toda la tarde hasta que abren la puerta; es Emma que entra con varias bolsas.

—Haré la cena —desempaca y me acerco— Tengo mucha hambre y espero que esté pronto.

Reparo las cicatrices que tiene en las manos mientras pica, me apena y subo a su cara la cual alberga los labios rosados y a los ojos azules como los de la teniente James. Las mangas cortas del uniforme de camarera me dejan ver la marca con quemadura que tiene en el brazo y ella lo nota.

—Lamento lo del diario del cazador —le digo— Ellos fueron unos animales...

—No quiero hablar de eso, Ty —me corta.

—Ojalá se mueran todos los Romanov.

—Haré macarrones con mucho queso —me da la espalda siguiendo con lo suyo. Death llega y me muevo de nuevo al sofá, Emma es mi amiga y no quiero que me vea como un raro. La comida ya está, él se queda comiendo en la barra y, al no haber espacio en la sala, Emma come en la cocina y yo en el sofá.

Charlamos por encima, les cuento todo lo que pasó y ellos hablan de su vida aquí. Emma se acaba de matricular en la universidad local en línea, Death trabaja en una isla aledaña cargando containers, ya que el Mortal Cage está bajo la mira y, por ende, ha tenido que parar las actividades, aparte de que también está siendo buscado.

—Tengo clase —Emma se va— Descansen.

Death se queda en la barra como si quisiera seguir con la charla, pero me acomodo en el sofá.

—Hasta mañana.

—Te traeré una sábana —se marcha y vuelve dejándola a mis pies.

—Gracias.

No tengo sueño y no hago más que dar vueltas en el mueble en las horas siguientes moviéndome a cada nada. Pienso en lo que me depara el futuro y entre especulaciones absurdas llega la madrugada.

El recuerdo de los besos del bosque me ponen incómodo, de la nada tengo calor y me entran las dudas porque me sentía cómodo con mi sexualidad y no me siento preparado para gritarle al mundo que me gusta otro hombre.

Es mejor que eso le deje claro a Death, que no se esmere y no pierda el tiempo conmigo porque no me siento preparado para salir de ningún closet. Me pongo de pie en busca de su alcoba, avanzo decidido y...

Extras Pecados Placenteros (Eliminados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora