01: El Rosa solo es un color

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PARK CHANYEOL


Estamos más allá del Siglo XXI, ¿no es así?. Algunos creen que en estos tiempos ya es aceptado algunas cosas que han sido prejuicios por mucho tiempo. Pero no están del todo en lo correcto.

Algunas familias, como la mía incluida en el mismo saco. Creen fielmente que jugar con muñecas, jugar a la cocinita, amar los peluches, ser sensible, amar las cursilerías y enamorarse del color rosa. Son cosas que le pertenecen a las mujeres. Como si cada una de las mencionadas tuviera un instructivo donde dice "exclusivo para las mujeres del hogar".

La primera vez que descubrí mi fascinación por el rosa, la cocina y las novelas románticas con un poco de acción; tenía solo cinco años. Posiblemente antes de esa edad no se recuerda mucho, las imágenes borrosas se reproducen en tus memorias sin desearlo. Sabía de antemano que mis padres harían lo posible para hacerme el varoncito de la casa. Porque mi anatomía gritaba a todo pulmón que era un hombre. Y sí, lo soy. Pero no por jugar con carritos desde mi infancia o por vestir de azul desde que nací. Lo era porque había nacido de esa manera. Y porque mi aparato reproductor masculino colgaba entre mis piernas.

A la edad de cinco años, los juguetes rosas me agradaban, tanto como me agradaban los azules. Pero mis padres empecinados por verme como todo un varoncito me repetían constantemente una frase que se quedaría grabada por el resto de mi vida. "Los juguetes azules son para niños y los rosas para las niñas".

¿Y si yo quería jugar con la pelota rosa?, ¿qué si quería ponerme calcetas rositas y mancharlas de lodo?, ¿Eso también era exclusivo de las niñas?

Cada que agarraba una llave rosita, me la cambiaban por una azul. Cada que tomaba las plumas rosas de mi madre, mi padre me daba las aburridas plumas negras o azules. Cada que quería un bombón rosita, me daban uno blanco. ¿También me van a quitar los labios rositas y los cambiarán por unos azules?

Quizá a mi corta edad no entendía del todo por qué se empeñaban en forrar mis cosas con cosas de niños. Para mi era un juguete, uno que quería tomar y jugar con él. ¿A quién le importa el color a la edad de cinco o seis años?, solo era una cosa que quería y debía tener a cualquier costa. Porque siempre hacen bonitos los juguetes rosas y los azules los hacen aburridos. ¡Quería mi jodido juguete rosa!

Después, dejé que mis padres tomaran rienda de mi vida y cosas cuando la primaria me dio la bienvenida. Por supuesto, esa jerarquía de los varones con pantalón y las niñas con falda. O bien, los varones de pelo corto y las chicas de cabello largo. ¿Qué si quiero una melena como la de un León?, ¿Quién va a tener su cara llena de pelos, ellos o yo?

Pero como siempre, no podía refutar nada, mucho menos cuando mis padres creían fielmente en esas tontas reglas. La sociedad cada vez está peor, dicen aceptar algo y siguen haciendo lo contrario. Mi lapicera tenía todos los colores, menos el rosa. O si tenía un color rosita, solo era uno, porque... ¿Para qué quieres el rosa si tienes todos los demás colores?.

Y dejemos algo en claro, cuando la primaria me dio la bienvenida, también me dio las experiencias que necesitaba en mi vida. Pude hacer amistades pequeñas, compañeros y compañeras. Descubrí parte de mi sexualidad y mis gustos. Puedo decir a viva voz que sentirme la última Coca-Cola del salón era lo mejor. Pero también me gustaba que los chicos me vieran.

Y eso, no fue culpa del único color rosita de mi lapicera. Los niños eran más bonitos que las niñas, pero no quiero desacreditar la elegancia de las mujeres, por supuesto que no. Solo que mis ojos solo podían ver la belleza de los hombres. Y aún así, me gustaba la idea de ponerme trajes como mi padre.

El Rosa es igual al Azul  [ChanBaek]Where stories live. Discover now