Kevin, Brayan y Brutany...

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Por algún lado leí que mi generación había sido la última en pedirle permiso a sus padres y la primera en pedirle permiso a sus hijos. Y no, no está chido que nos consideren así; pero después de trabajar con bastantes chicos y chicas que son hijos de personas que rondan mi edad no me queda más que decir que en una gran mayoría de los casos la declaración encaja como anillo al dedo.

Es de todos conocida la frase "no quiero que mis hijos sufran lo que yo tuve que sufrir". Premisa bajo la cual miles de padres complacen abiertamente cuánto capricho tengan sus hijos. Pero esa premisa implica a su vez una verdad oculta: muchos de nosotros percibimos la vida como sufrimiento.

Como psicóloga en los últimos años se ha hecho cada vez más recurrente, la consulta de los padres de familia que acuden buscando ayuda para "exorcizar" a sus criaturas. "Ya no sé qué hacer con él", "no lo soporto", "no me obedece/respeta", etc, una vez en consulta recibí a un menor de siete años que lamió la suela de su zapato en plena pandemia del COVID-19 y la reacción de la abuela (familiar que le acompañaba) se redujo a un simple "Ponte bien tu zapato". A esta nueva generación de padres y abuelos se les olvidó que "el sufrimiento" que pasaron con sus propios padres "maltratadores" e "impositivos" que a fuerza de castigos y en algunas ocasiones golpes hizo que ellos lograran completar estudios, conseguir empleos y decidir formar una familia.

Ahora con la influencia de las redes sociales, y el contubernio de autoridades que juzgan como maltrato las medidas correctivas con las que miles de generaciones crecimos; estamos diseñando el futuro en donde las generaciones de Kevins, Brayans y Brutanis atenderán nuestros hospitales y oficinas públicas con los conocimientos adquiridos en tutoriales de Youtube, wikihow y tareas descargadas de wikipedia y el rincón del vago.

Cuando era niña los maestros tenían el poder de reprobarnos y hacernos repetir el ciclo escolar a fin de que superáramos los contenidos contemplados en el mapa curricular. Ahora a los maestros se les dice "no los puedes reprobar" (parece que de alguna forma eso dañaría su autoestima) lo que es más en la escuela uno como maestro ya "no los puedes regañar", "no les puedes quitar el celular", no les puedes hacer nada.

El problema de no regañarlos, no reprobarlos y no decirles nada es que tenemos generaciones de niños que no desarrollan las habilidades básicas (cognitivamente hablando) requeridas para superar el curso escolar, recibiendo "la mínima aprobatoria" y creyendo que "sí aprendieron" después de todo la "pasaron" ¿Qué no?

Y así van por la vida pensando que lo que hacen está bien; y viviendo bajo la ley del menor esfuerzo porque de cualquier forma "no les puedes hacer nada" (alguien que tenga curiosidad busque el caso de Diego, el niño que aterrorizó a toda una escuela en la CDMX).

"Mis hijos son unos léperos y no sé cómo hacer para que dejen de decir malas palabras" somos la generación a la que se le hizo chido hablarnos de "wey, cabrón, pendejo" y mandarnos "a la chingada, la verga" y celebramos cuando nuestros hijos hablaban igual a la tierna edad de 4 años porque se nos hacía "gracioso" pero nos ofende que hablen así a los 14...

"Mis hijos son unos huevones, no hacen nada en la casa, no ayudan con nada, nada más quieren estar con el celular" somos la generación que so pretexto de "darle a nuestros hijos todo lo que no tuvimos en la infancia" los llenamos de juguetes, consolas, videojuegos, celulares, ipods, ipads, laptops, etc. Y jamás les pedimos que hicieran esfuerzo alguno para merecerlo porque el solo hecho de existir ya nos era suficiente para colmarlos de regalos en compensación por el tiempo que no estamos con ellos para ganar el dinero con el cual pagamos las cosas que compramos para que nos perdonen por no estar a su lado...

Trabajamos para pagarnos el gusto de seguir teniendo el pretexto de seguir trabajando. Somos la generación que creció con el cambio en los medios de comunicación de contenidos cursis y épicos a soeces y plagados de sexualización y entendimos esto como "evolución", se trataba de la liberación de los sexos y los tabúes, y la manifestación de nuestra "madurez" porque ahora éramos de "mente abierta" pero nos ofende que el Brayan se ponga los pantalones a media nalga y la Brutany pregunte en Facebook a cuál de los candidatos a padre se parece más la "bendición".

¿Cuándo fue que perdimos el camino?

A lo largo de la historia, fuimos educados a punta de "ensayo y error" en donde en la escuela los maestros representaban algún tipo de autoridad, en casa mamá lograba controlarnos con una mirada, no queríamos que papá se enterara de nuestras fallas y nos inculcaban el "respeto a los mayores". Pero decidimos que queríamos ser amigos de nuestros hijos y como ahora somos "cuates" nuestros hijos piensan que pueden ser cuates de sus maestros y de todos los adultos que los rodean y nos parece chido hasta que nos mandan llamar para informarnos que "la bendi" está expulsada de la escuela.

No estamos entendiendo que lo que los chavos consumen ahora es basura, la música, la televisión, las revistas, etc. Y sumado a ello la incompetencia parental.

No sé qué tan aceptado sería en el pasado que los niños abandonaran la escuela "porque no les gustaba", pero en mi oficina he tenido que recibir a madres y padres INCOMPETENTES (porque no encuentro otra palabra) que acuden a consulta solicitando "un exorcismo" o "lavado de cerebro" para sus hijos a los que "no soportan" y que además en entrevista no estudian porque "dejaron la escuela porque ya no les gustaba".

Si hay algo que la gente tiene que entender sobre la crianza es que tus hijos son el reflejo de lo que hay en su casa, de lo que ven, escuchan y cómo los tratan. "El niño es el síntoma, rara vez es el problema". Así que si te quejas porque tu hijo es lépero y mal hablado, ¿qué palabras usas tú? Si tu hijo es violento ¿qué tan mesurado eres tú? Si es "huevón" ¿qué tan trabajador eres tú?

¿Qué tanto le has exigido?, ¿qué tanto le has solapado?

Tengo señoras que se quejan de que sus hijos "no ayudan en nada en la casa" y "sólo están echados viendo el celular" y la criatura tiene 16 años y la mamita todavía le lava los calzones y le tiende la cama. Ahora responda: ¿Cómo carajo se va a poner a hacer algo si usted lo trata como a un bebé?

A veces se quejan diciendo "es que cuando le pido que haga las cosas las hace mal y por eso mejor las hago yo", ahora responda: ¿y qué interés tendría él/ella de aprender a hacer las cosas si para eso la tiene a usted?

Si quieres que tus hijos sean independientes, enséñales independencia, si quieres que sean responsables, enséñales responsabilidad, si quieres que sean trabajadores, enséñales a trabajar, pero nada de esto se obtiene por "generación espontanea".

A lo que voy es: ninguna Brutany nació siendo Brutany así como "El Kevin" no nació siendo eso, es la educación que reciben lo que condiciona su comportamiento.

Ahora bien, para fines de emprender "la danza del apareamiento" si escoges una Brutany o un Brayan para bailar ¿qué esperabas?

Después no estén llorando por la pensión alimenticia, a los cuernos de reno que te pusieron, etc. Eso de "era borracho y peleador pero yo creí que mi amor lo iba a cambiar" NO EXISTE. "Era coqueta y juguetona pero yo creí que a mí sí me iba a ser fiel" NO EXISTE. "Era huevón(a) pero yo creí que cuando tuviéramos familia eso le iba a dar para esforzarse" NO EXISTE. Ya apaguen la televisión y dejen sus telenovelas baratas y pónganse a hacer algo productivo.

Si quieres estabilidad y seguridad en tu familia, empieza por buscar personas estables, responsables, trabajadoras y todos esos "yo pensé que se convertiría en" no te quedes con el/la que quieres que se convierta en, busca al que YA ES.

Y si tú eres el que flaquea entonces trabaja y esfuérzate para CONVERTIRTE EN.   

La danza del apareamientoWhere stories live. Discover now