El Mejor Amigo De Mi Hermano (Completa)

Capitulo 12

Llegamos a un lugar bastante lujoso, era nuevo y al parecer solo venia gente joven a este lugar, se suponía que vendríamos a cenar, pero esto parece de todo menos un restaurante.

- Chicos, ¿no se supone que vendríamos a cenar? - pregunta Hanna igualmente confundida.

- Si, venimos a cenar, pero el restaurante esta en la parte de abajo- explica Denon, la cita de Hanna, el cual es el mejor amigo de Mark.

- Bueno, vamos, ya tengo algo de hambre- dije, ciertamente tenia hambre, pero quería romper el hielo.

Bajamos unas escaleras que nos conducían a un hermoso salón subterraneo lleno de mesas, todo era muy lujoso y bastante moderno. Nos sentamos en una mesa yo quede al lado de Hanna, posicionándome frente a Mark, comenzamos a charlar y era un chico bastante sencillo, nada que me llamara demasiado la atención, por su parte se notaba su esfuerzo por tratar de impresionarme, no es por ser mala pero eso me causo gracia, siempre he dicho que en la primera cita es mejor ser tu mismo, porque de una forma u otra siempre se sabrá quien eres realmente.

Mi teléfono comenzó a sonar y al ver la pantalla aparecía nada más y nada menos que el nombre de Nathaniel, y comienzo a sentir culpa por algún motivo.

- ¿Todo bien? - pregunta Hanna.

- Es Nathaniel- susurro y ella me mira con cara de <<te lo dije>>

- ¿No vas a contestar? - me pregunto Mark y le dedique una sonrisa.

- No, estoy ocupada y el lo sabe, solo es un pesado- dije y el asintió. Comenzamos la conversación nuevamente, pero se me hacía imposible prestarle atención, y fue ahí, cuando quede atónita con todo el vómito verbal que soltó, o por lo menos para mi fue vomito verbal.

- Es decir, al ser mi padre uno de los empresarios con más poder a nivel nacional, yo tendré mucho poder y como soy hijo único tendré toda una herencia, podría incluso no hacer nada y vivir una vida tranquila, sin embargo pretendo seguir con el legado, pero imagínate, mi patrimonio es de treinta billones de dólares, los lujos que puedo darme son cuestión de nada, solo hago un par de llamadas y en cinco minutos lo tengo, todo lo hacen por mi y yo no tengo que mover un dedo, tengo la vida que muchos quieren y pocos tie- no lo dejo terminar porque lo interrumpo furiosa.

- ¿Sabes? No te he escuchado en toda la noche, me aburres Mark, me aburres y mucho, eres un imbécil, y sabes también eres un bruto, el sencillo hecho de decir que tienes un patrimonio de treinta billones de dólares para impresionar a una chica en la primera cita deja mucho que decir de ti, y créeme ninguna buena, no me sorprendes y no me provocas nada, el hecho de que tengas ropa de marca, autos, mansiones, dinero, no es absolutamente nada comparado a cuando tienes cerebro- dije molesta señalando su cabeza que al parecer no tiene cerebro- no es nada comparado a tener humildad, a ser buena persona, ayudar a los demás, valerte por ti mismo y sobre todo, luchar por las cosas que quieres así tengas todo, a mi no me importa quién sea tu padre, o que tu patrimonio sea de treinta billones, pero cada quien es como es, y no me interesa un hombre como tu- dije y me levante de la silla.

- Eres...

- Nathaniel, búscame en la dirección que te mandé- dije a través del teléfono.

- Quien demonios te cre...

- ¡Ay cállate por favor! ¡Me aturde tu voz, eres insoportable!, te diré algo, no hay forma de que me sorprendas con dinero cariño, tu patrimonio no es nada a comparación del mío, y tu padre no es nadie al lado del mío aunque ya no esté aquí- espete y el me miro furioso.

- ¿A ver y de cuanto es tu famoso patrimonio? - pregunta retándome y yo reí, le iba a responder solo por callarle la maldita boca.

- Es de setenta y ocho billones de dólares, ¿y sabes? No le ando diciendo a la gente de cuanto es porque a mi no me interesa que la gente lo sepa, así como tampoco me interesa que se acerquen a mi por mi dinero o mi apellido- dije y subí las escaleras para llegar a la planta que daba al estacionamiento.

Al llegar al estacionamiento vi de inmediato el auto de Nathaniel, lo agradecí mentalmente porque Mark venía detrás de mi, subí al auto y Nathaniel arranco el auto a toda velocidad sin preguntar, pero eso no duro demasiado, como dicen por ahí... la curiosidad mato al gato... y en este caso, ese gato, es Nathaniel.

- ¿Que sucedió?

- Es un imbécil- respondí sin más.

- Te hizo algo- dijo examinándome detalladamente el cuerpo verificando que estaba como había salido de casa.

- No, el no me hizo nada, el es simplemente esa clase de chico imbécil que no sirve para nada, hablaba, hablaba y hablaba, luego como si fuera poco, empezó a decir cosas de dinero y que tenía la vida que muchos querían y fue la gota que colmó el vaso- dije mirando a través de la ventana.

- Entiendo. April, quiero hablar contigo de...

- Yo no quiero- lo corte de inmediato.

- Si me dejaras terminar...

- Ese beso nunca debió suceder, si, me gustas, ya lo sabes, y sea lo que sea que estés pensando no me interesa saberlo porque sencillamente no quiero hacerme más daño, no quiero torturarme con tus palabras, y por otra parte, no quiero que mi hermano se entere porque no se que pensara de mi, y tan solo el hecho de que me besara contigo lo destrozara, no quiero hablar del tema, no... no puedo... me lastima, he estado enamorada de ti durante mucho tiempo, y sabes? Ya no me importa, no me importa que lo sepas, me enamore de ti hace muchos años y por más que trate de superarte sencillamente no puedo, me canse de todo esto, me canse Nathaniel, no pretendo seguirme haciendo daño, me dolía, verte con otras me dolía, muchísimo, no tienes una maldita idea de lo que me dolía, pero no podía hacer nada, tu solo me ves como la hermana de tu mejor amigo y eso es lo que soy, lo que fui y lo que siempre debo ser y seré, así que no me digas nada porque se que me lastimara el hecho de que no he podido superarte y obviamente no soy correspondida, y si por alguna estúpida ilusión pasada así fuera, jamás podríamos tener algo, en conclusión, tu eres el amor imposible y el mejor amigo de mi hermano, y yo solo estoy ahí, en medio, como siempre- dije y me baje del auto cuando aparco frente a la casa, sentí como me seguía con pasos rápidos y yo quitaba con desesperación las lágrimas que no dejaban de brotar de mis ojos sin permiso.

- April.

- Déjame, por favor...- le suplique aun dándole la espalda cuando me atrajo hacia el dándome la vuelta y paso lo que jamás espere...