Choques con el pasado- I

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Busque la oficina con la plaquita "Dr. González - Psicólogo" y después de alguno minutos de andar busque y busque la encontré.

Toque la puerta y a los segundos alguien respondió dentro.

-Adelante- era una voz fuerte.

Me adentre en la oficina y encontré lo típico de una oficina de un psicólogo, un sillón, escritorio y todo eso...pero algo me llamó mucho la atención y era la vista.

En la vista se podía ver casi todo Washington, era preciosa. 
-Permiso-le hablé al hombre de espaldas, era un señor algo mayor, supongo que tenía mucha experiencia.
-Pasa, pasa... eres Penélope ¿cierto?
-Sí, esa soy- sonreí, sinceramente quería que esto acabara pronto y yo no era de hacer dramas así que no cambiaría eso 
-puedes sentarte donde estés a gusto -ofreció con una sonrisa maravillosa, como de abuelo. 
Inmediatamente sin pensarlo me senté en el suelo al frente de la gran vista, creo que pocas veces había visto algo así o seguro era porque andaba con melancolía ¿verdad?
-Bueno Penélope,  ¿quieres hablarme de algo o solo quieres observar?
-Prefiero observar, pero tengo que hablar. 
- Bueno, ¿cómo tomas tus primeros días? 
-Al principio lloré, no comí y todo eso.-tome una larga respiración- Ahora solo quiero cumplir el proceso e irme. -hablé algo triste.
- Lo normal-dijo mientras apuntaba en esa libretita. 

Se creó un silencio muy largo donde, al menos yo, solo observaba el paisaje, él parecía observarme a mí.
-No fumo siempre, tenía un año de no hacerlo, solo recaí -hablé bajo.
-No pudiste haber recaído si siempre estuviste caída, Penélope. 
-No estoy caída -hablé fuerte, creo que esto es más complicado.
-El primer paso es aceptar- habló con el mismo tono de voz, como si no le molestara que casi le gritara.

-Sé todos los pasos de una recuperación de estas, pero no puedo aceptar algo que no es verdad. Solo recaí por él…….-hablé mucho más alto de lo normal. Estaba perdiendo los estribos del caso.

-Tranquila Penélope, es la primera cita y estamos empezando mal y hasta donde mi memoria da; dijiste que querías irte pronto de acá.-hablo aún más bajo.

No entendía porque entre yo hablara más alto él hablaba más bajo. Casi y no podía escucharlo.

-Hemos terminado-interrumpió-puedes irte si quieres o quedarte.

Me dejó algo extrañada, solo llevábamos 20 min, y que yo sepa la cita según mi libreta debería durar dos horas como mínimo.- ¿perdón?

-Que hemos terminado, puedes quedarte o irte, tú eliges.

Sin pensarlo ni una vez, solo me levanté y me fui. Quería huir de esto, de mi vida, de Christian, de Davis… de todos.

Salí de la oficina del doctor y me dirigí a mi habitación para poder refrescarme, o no, encerrarme para echarme a morir, sí, eso sería bueno.

Solo me quedaba doblar en la esquina para poder llegar a mi habitación y olvidarme de todo. Empecé a apresurar mi paso y ya casi corría, cada paso que daba me sentía un paso más cerca de la oscuridad. De esa oscuridad que me atrapó hace tan solo unos meses.

Doble la esquina y con mejor suerte choqué mi cuerpo con uno más alto y suficientemente fuerte como para hacerme sentada en el piso, mi pelo tapó totalmente mi cara y solo me quedé allí sentada. Así era como tenía tiempo de vivir, caída.

-Lo siento se disculpó-su voz… era su voz.

Alcé mi cara para comprobar a lo que más le tenía miedo.

-Christian.

-Penélope.

Sé que cambie de color, sé que mi corazón se detuvo por un microsegundo, sé que mis ojos involuntariamente derramaron lágrimas.

FreedomWhere stories live. Discover now