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Confesionario (Jung Hoseok)

Pov Tn__:

Siempre fui una persona libre, sin preocupaciones y sin darle importancia a lo que digan los demás.

Después de todo es mí vida, la manejo a mí modo.

Pensamientos como ese pasan a menudo por mí mente, siento que hago las cosas mal pero ¿Qué más da? La vida es corta y solo sabe darme golpes, golpes que resignada recibo.

Hoy no era un día común, hoy era el día en que todo mí orgullo se iba a la mierda, ¿Por qué? Porque debo pedirle a mí madre que me deje quedarme en su casa nuevamente.

Odio tener que arrastrarme y pedir favores, más que nada porque mí querida madre me dió la espalda cuando más la necesitaba.

Pero no son cosas que quiero recordar ahora, el punto es que volveré a su casa y sé que me tendrá bajo su atenta mirada.

Con dos maletas en manos llegue hasta su puerta.

¿Por qué tuvieron que despedirme?

Llamé a la puerta y no tuve que esperar mucho para que mí hermano menor llegué hacia mí.

— ¡Tn__, tanto tiempo! — dijo con emoción pero borró su sonrisa al ver mis maletas —

— ¿Está mamá? — susurré con la voz apagada, no quería llorar pero esto me superaba —

— Está cocinando, pasa. — se hizo a un lado y me ayudó con las maletas —

Me adentre a mí antigua casa, la cuál estaba tan apagada y sin vida.

¿Tan mal va todo?

— ¡Mamá, llegó Tn__! — gritó mí hermanito y me sonrió antes de irse hacia el pasillo.

Era tan extraño todo, hace tan solo cinco meses me había ido y ahora al volver, sentía todo tan distante.

— ¿Qué haces aquí? — tragué saliva al oír la voz tan fría de mamá —

Aún me odiaba.

— Perdí mí empleo, no tengo donde vivir y pensé que podía quedarme por un tiempo. — sinceré sin vueltas y ella me miró con sorpresa —

Hubo un silencio incómodo, ya estaba decidida a irme a la calle.

— No te preocupes, ya me voy. — dije sonriendo falsamente —

— ¿Estás loca? De ninguna manera te irás, ve con Jungkook y dile que te haga lugar. — asenti sin saber que más decir y recorrí los pasillos hacia los cuartos.

Cuando me fui tenía mí propia habitación y Jungkook la suya, pero ahora era una sola.

— Me alegra que hayas vuelto. — susurró antes de abrazarme —

Solo ahí deje caer mis lágrimas, lo abrace con mucha fuerza porque lo había extrañado mucho.
A él, a mamá y a papá.

A mí familia.

(...)

Los días pasaban muy rápido, le había prometido a mamá no volver a cometer errores y hacer las cosas bien.

Con veintiún años sentía que mí vida estaba arruinada, solo quería matarme.

— ¿Por qué no vienes con nosotros a la iglesia? Verás que te hará sentir mejor. — miré a papá y dudé por unos segundos —

No merecía pisar una iglesia.

— Por favor, ven. — tomó mis manos y asenti rendida —

— Me abrigo y voy. — susurré y él sonrió ampliamente —