▬▬▬ O13 ; EXPLICACIÓN

Start from the beginning
                                    

Flashes de algo que parecía un sueño aparecieron en su mente como recuerdos envueltos en una neblina. Ten estaba en el bosque, Ten corría porque un gran lobo le perseguía, Ten iba a morir. Una bestia le salvó y después despertó en casa de Johnny... Johnny. Quizá no todo era un sueño.

— ¡Mírame, joder!

Ten se encogió sobre sí mismo, como si quisiera desaparecer. Su menudo cuerpo temblaba incontroladamente. No quería, no podía mirarle. El agarre en su cintura se suavizó, sin llegar a soltarle del todo.

—Ten..., pequeño, mírame, por favor.— Aquella súplica le revolvió el estómago y estrujó su pecho. —Yo solo... por favor. Lo siento tanto. ¡No podía mentirte! — La voz de Johnny sonaba deshecha.

Lentamente, Ten abrió los ojos esperando encontrarse el horripilante rostro híbrido de su habitación, pero, en su lugar, halló los penetrantes ojos obsidiana de Johnny anegados en lágrimas y una profunda expresión de dolor en su hermoso y completamente humano rostro.

Poco a poco, su respiración regresó a su ritmo habitual, y el terror fue sustituido por la angustia. La expresión dolida de Johnny era como un puñal al rojo vivo justo en su pecho.

—Por favor, escúchame. No te haré daño, lo juro. Solo...no te vayas, por favor.

Johnny suplicaba lastimosamente, impregnando su voz con todo el temor que sentía. Ten, poco a poco, alzó su mano. Johnny observó aquel lento y temeroso movimiento mientras Ten no podía apartar la vista de su rostro, como si temiera que este fuera a cambiar de nuevo. Las yemas de sus dedos tocaron al fin la pálida piel de la mejilla de Johnny y, con cuidado, fue extendiéndolas hasta que su mano entera acunaba el rostro del chico. Johnny cerró los ojos y se permitió apoyarse en aquel dulce contacto, tranquilizándose solo con sentir la sangre correr bajo esa suave piel.

—¿Me escucharás?

—Sí.

Ten no estuvo seguro de dónde había conseguido sacar voz suficiente para contestar a la pregunta, pero no había sonado tan débil como esperaba. El miedo se había entremezclado con la curiosidad y la preocupación. Johnny giró la cara y besó la palma de la mano que le acariciaba, luego sonrió contra la piel. No creía merecer un ángel como Ten en su vida. Nadie era lo suficientemente bueno.

Tomó la mano de Ten y le condujo hasta el sofá. Parecía costarle mucho caminar, quizá fuera el shock o quizá fuera el golpe.

Ten se sentó a una distancia prudencial, aunque pareció arrepentirse en cuanto lo hizo, ya que se acercó a Johnny con cautela y terminó apoyando la cabeza en su pecho. Le pareció sentir una suave vibración contra su oreja. Después del torbellino de emociones, el ambiente se había relajado, aunque la incertidumbre seguía flotando en el aire. La mano de Johnny acariciaba con parsimonia el cabello ébano de Ten mientras terminaban de regresar sus ritmos cardíacos a la normalidad.

—Johnny, no eres humano, ¿verdad?

Aquella pregunta rompió el pacífico silencio. Johnny no respondió, aunque no hizo falta.

— ¿Qué eres?

Las caricias en el cabello se intensificaron. La sedosa textura le recordaba que el chico no se había marchado, que seguía a su lado.

—Un licántropo.

Ten no podía permitirse ser incrédulo, no después de lo que había visto en su habitación.

— ¿Desde hace cuánto lo eres?

Johnny mostró una débil sonrisa divertida.

—Siempre lo he sido, Ten. No es un virus, no te muerde un lobo y te conviertes, eso solo pasa con los zombies.

—Oye, no me culpes. Los licántropos no están a la orden del día en mi vida.

Ten frunció el ceño y abultó los labios en un puchero.

— ¿Todos los de tu aldea lo son?

—Vivimos alejados de la ciudad. Los humanos son peligrosos, nos perseguirían hasta acabar con el último de mi especie si descubrieran que existimos. O nos utilizarían como conejillos de indias en experimentos.

Ten iba a responder que eso no pasaría, aunque no encontró argumentos suficientes para rebatir la teoría de Johnny.

—Aquella noche, en el bosque, no fue un sueño, ¿verdad? Uno de los tuyos me perseguía y tú me salvaste.

—Así es.

— ¿Por qué lo hiciste?

—Tu aroma me atrajo como la luz a una polilla.

— ¿Mi aroma?

—En nuestra forma animal, los lobos tenemos sentidos híper-desarrollados. Tu aroma es embriagador, y me llamó a kilómetros de distancia. — Ten frunció el ceño.

—Pero, se supone que los humanos son un problema para ustedes. No perdías nada dejando que el otro lobo acabara conmigo.

—No es tan sencillo.— Ten se incorporó para poder mirar a Johnny a la cara.

—Explícamelo.

Johnny suspiró, y miró directamente los castaños ojos del chico a su lado.

—Ten, ¿tú sientes algo por mí?

ALPHA'S OWNER Ꮺ johnten +18 ✓Where stories live. Discover now