Fanfic Segunda Generación

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Sin perder el tiempo se fueron a bañar.

Milenka volvió a salir con el cabello recogido Amelie con una trenza buscando a Harry por toda la central, ya no era cuestión de a quien le gustaba más.

Era una carrera, una competencia, porque el orgullo de ninguna de las dos daba para dejarle el camino libre a la otra.

—Oye Milenka, me preguntaba si...

—Quítate —la pelinegra empujó al cadete que se le atravesó en la cafeteria.

—Amelie, mi amigo te manda a preguntar si quieres...

La rubia atropelló al soldado sin poner atención a lo que decía. Harry no estaba por ningún lado y, mientras las primas discutían en plena cafeteria, Damon, Lucian, Domenico, Owen, Junior y Joset las observaban.

—Tu hermana y tu prima están locas —le dijo Domenico a Owen.

—Si, al igual que mi madre y mi tía —el cadete respiró hondo.

Owen estaba tan acostumbrado a las disputas de Milenka y Amelie que ya le daban igual. La tarde avanzó y la búsqueda de Harry no cesó, descubrieron que estaba en clase de ciencias y se plantaron a esperarlo, pero...

—¡Ustedes! —las abordó Gauna y ambas voltearon.

Al ser un general se pararon firmes, este las reparó a ambas mientras sonaba el timbre dando salida a los estudiantes.

—¡¿Mi hijo necesita saber si alguna de ustedes quiere ir al baile con él?!  —les gritó.

Gauna no sabía pedir un favor sin desgarrarse las cuerdas vocales.

—¡¿Cuál de las dos va a ir?!

—Yo estoy ocupada, pero ella sí quiere ir con él —Milenka tomó el brazo de la primera chica que se le atravesó y se la entregó a Gauna.

Amelie aprovechó para largarse y el general se llevó a la chica que interceptó Milenka.

Las primas entraron al salón de clases de Harry y ya no estaba. Esta era la última clase, por ende, todos estaban saliendo delcomando. No había tiempo para más nada y no quedaba más alternativa que usar el arsenal Mitchels.

Abordaron un mismo auto con Damon, Owen y Domenico, el último quedó en la mitad del asiento trasero y tuvo que bancarse la disputas de la rubia y la pelinegra.

—Sabes que le gusto, ¿Por qué te metes? —le reclamó Milenka.

—¡Por favor! —se quejó Amelie— A mí me llevó al cine la semana pasada...

—Conmigo salió a trotar.

Se adentraron al vecindario y la camioneta no se había estacionado todavía cuando ambas ya estaban afuera corriendo a sus casas. Las empleadas de cada una las ayudaron a peinarse, maquillarse y ponerse los zapatos.

Se odiaban a morir, pero eran muy parecidas cuando de moda se trataba. Milenka se metió en un vestido negro con corte sirena de escote profundo y Amelie en uno vino tinto con el mismo corte y espalda descubierta.

La melena de ambas brillaba en la noche con hondas que le caían en los hombros. Es que era imposible decidir cuál era la más hermosa, ya que tenían curvas de infarto, ojos seductores y labios que gritaban ¡Besame!

Arregladas salieron y en aceras contrarias se apresuraron a la casa de Harry que estaba a pocas cuadras. Amelie cruzó la calle y tomó el mismo sendero de su prima que no dejaba de empujarla mientras recogía el vestido. La rubia se pegó al timbre y...

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