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El universo se ha movido por nosotros
no hubo ni el más mínimo error
Estábamos destinados a ser felices
porque tú me amas
y yo te amo

Serendipity – BTS

Recuerdo

¿Existiría palabra alguna para describir el cielo aquella noche? Era un espectáculo digno de admirar para cualquier persona que lo viera. Tan inmenso, oscuro, lleno de secretos y verdades de las que carecemos conocimiento.

Una noche lluviosa más de otoño, dejando a su paso pequeños charcos de agua en las calles solitarias de Italia, hojas de tonalidades naranjas revoloteando a causa de la fresca brisa, que al parecer, había traído consigo el atardecer. Una joven pareja, caminando tomados de la mano, con sonrisas que amenazaban con romper sus rostros en dos, uno de ellos, el más pequeño, admirando el manto nocturno, el otro, contemplando las estrellas reflejadas en los ojos de su amado. Podría apostarse que cualquier fotógrafo o pintor, querría guardar aquella escena y plasmarla después en su arte, para que el mundo fuera testigo de que el amor real existía y no sólo era una cosa más de los cuentos para niños.

—Así como adoras admirar el cielo, yo amo la manera en que tus ojos brillan cuando lo haces amor.— Louis le susurró al oído como si fuera un secreto entre los dos, el más bello de ellos.

Las mejillas del omega no podrían estar más sonrojadas, y es que, le encanta la manera en como, con simples palabras, su pareja logra hacerlo sentir la persona más especial y afortunada del mundo, por tener a alguien como él en su vida. —Oh cállate mi amor.

—Dilo de nuevo.

Harry le dirigió una mirada de confusión, con sus ojos grandes y nariz roja por el frío. —¿Eh?

—De nuevo, di mi amor.

—Mi amor.— Dijo, para después sonreír, lo que demostraba lo perdido que estaba por el hombre al frente suyo.

—Nunca podré explicar la sensación tan sublime que experimento al escucharte decirme mi amor, lo único que puedo decir es que sé que eres el amor de mi vida y la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida.— Seguían caminando, pero aquellas palabras sólo seguían incrementando el pequeño mundo, que sólo pertenecía a alfa y omega, en el que se venían adentrando desde que tomaron sus manos.

—¿Sabes Lou?— Habló el omega. —Con el simple hecho de que tú estés a mi lado, sé que quiero todo esto para el tiempo que me quede de vida, porque te amo de una forma que el mundo no está capacitado para entender.

Y oh, era la primera vez que Harry decía te amo, o al menos que alguno de los dos lo decía, era el primer te amo de muchos que vendrían.

El alfa se paró en medio de la calle, obligando al otro a hacer lo mismo. Observó el rostro de su amado, enamorándose como el día en que lo conoció, deseándolo para ser el compañero de su eternidad. Subió sus manos a su rostro, acariciando con cuidado, observando como Harry se inclinaba a su tacto en busca de más. Si le preguntaran, su omega, era un pequeño mimado, que amaba consentir y recordarle lo mucho que lo adoraba, todos los días desde que estaban juntos. —Amor, te amo aún más de lo que puedes imaginar.— Pudo ver el mismo brillo en los ojos del omega que antes estaba cuando admiraba el cielo, pero ahora por una causa diferente, por unas simples palabras que conllevaban una gran carga emocional, el primer te amo que compartiría con su pareja, que le diría mirándolo a los ojos y sosteniendo su mundo en sus manos.

Harry era su mundo.

Juntó sus frentes y rozó su nariz con la de él.

—¿Vas a besarme?— Habló bajo el omega, el vaho de sus respiraciones haciendo contraste con el aire frío.

—Lo haré si me concedes un baile.

Louis no lo pensó dos veces y tomó su mano, suspendiéndola en el aire, llevando la otra a la cintura de Harry, para juntar sus cuerpos y comenzar a balancearse. Sin melodía, piano, violines o guitarras que los acompañaran aquella noche, solo el tranquilo silencio y el sonido de sus pisadas en el agua estancada del pavimento. Sabe cuánto ama bailar su omega, la sonrisa apareciendo con aquellos hoyuelos que lo vuelven loco fue la confirmación.

Le dio una vuelta, y otra más, entre pequeños te amo, besos siendo depositados con tanto cuidado y devoción, demostrando lo entregados que estaban el uno al otro. Bajo la luz de una viaja farola, que hacía el trabajo de iluminar las calles desde años atrás, viendo a parejas ir y venir, siendo testigo de toda clase de amores, desde el más falso hasta el más puro y real, un sentimiento que podría ser capaz de salvar al mundo de una guerra.

Eran sólo alfa y omega, instintos y razón, danzando en un suave compás, encontrando un equilibrio, reconociéndose como un fiel compañero, al cual demostrarle devoción el tiempo preestablecido por -el destino, Dios, llámenlo como quieran- para ellos.

Eran sólo Harry y Louis.

Amándose en la oscuridad de una calle italiana.

Desde la creación del universo, todo había sido planeado.
Sólo déjame amarte.

amore mío | l.sWhere stories live. Discover now