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My shadow's dancing
Without you for the first time
My heart is hoping
You'll walk right in tonight

Niall Horan – Too much to ask

Pequeños puntos con brillo propio a lo lejos, independientes del cielo, pertenecían al espectáculo nocturno que ofrecía la ciudad aquella noche. El bullicio de las voces humanas haciendo contraste con el aire helado característico de la época de invierno, las calles constantemente transitadas, siendo el recordatorio del lugar que había sido testigo de las tardes lluviosas, en donde no hacían nada más que ver películas acurrucados, los besos siendo depositados con ternura, los te amo sinceros, aquellos momentos que ya no encontraban lugar en el vacío agonizante que calaba en sus entrañas cada vez que respiraba y nuevamente recordaba que había perdido cualquier oportunidad de tener aquello de vuelta.

El balcón que pertenecía a su piso era un lugar privilegiado para admirar lo que a su alrededor se encontraba, sintiéndose tan cálido y a la vez tan lejano para el omega, que podía ver como, con tan solo alargar su mano, podía tocarlo, sin ser capaz de retenerlo cuando escapaba y se alejaba, para dar un permiso silencioso a que el frío y la soledad lo cubrieran, reclamando el lugar que fácilmente habían conseguido en su vida desde meses atrás.

Suspiró y tras dar una última calada a su cigarro, apagándolo contra el barandal como acto seguido, entró a su habitación, donde yacía su cama sola y vacía, con un buró a un costado. Dirigió su vista, justo a la esquina, en donde aguardaba una fotografía, sin duda en su mente, era una foto de él. La había tomado en su primera cita, en esa colorida y ochentera cafetería que solían frecuentar cuando estaban juntos. Más lágrimas se escapaban de sus orbes, y es que últimamente llorar se había convertido en una actividad cotidiana.

Estaba cansado de la ciudad, de mirar a su alrededor y ver recuerdos, personas que no volvería a tener, momentos que no volverían a pasar, sintiéndose tan nostálgico y con una anhelante sensación de acurrucarse y llorar hasta que el sentimiento de la nada misma se drenara de su cuerpo. Para volver a ser el Harry que era antes, el lindo omega amable que regalaba sonrisas y ayudaba a su madre a preparar la cena todas las noches, que reía genuinamente con su hermano y salía todos los fines de semana en compañía de sus amigos a cualquier lugar al que el destino los llevara. El que llegaba a casa con chocolate caliente y distintos postres, teniendo a su alfa esperándolo acurrucado en el sofá mas grande de la sala, el mismo que se levantaría después de haber entrado para recibirlo con un beso y un te extrañé todo el día. El que sabía que la vida sí tenia un sentido.

No el de ahora, sin esperanzas o estabilidad emocional, aguardando pacientemente a que terminara su sufrimiento. Pero ahí estaba, sin poder hacer nada porque hace tiempo se había resignado a que aquella sería su vida de ahora en adelante.

Las fuerzas habían sido drenadas de su cuerpo, su alma sangrante, corrompida en su totalidad por la tristeza y el maldito odio a sí mismo, contemplaba como todo a su alrededor seguía de pie, funcionando como lo hacía antes, mientras el único que se había quedado atrás fue él. Y es jodido ver como todo a tu alrededor tiene vida, tiene un motivo para seguir en esta mierda de mundo, mientras que cada respiración se está volviendo agonizante para Harry, llegando a un punto en el que no le importaría no despertar mañana. ¿Saben que es lo peor de todo esto? El odio que está creciendo en su interior hacia sí mismo. Sabe que esta jodiendo su salud y sin embargo no hace nada para cambiarlo, seguramente si él siguiera a su lado, definitivamente su estilo de vida sería mejor. Pero cómo continuar cuando una parte de su alma desapareció por la puerta al mismo tiempo que su alfa lo hizo.

Su rutina era la misma de todos los días, despertar, preguntarse por qué seguía vivo, desayunar, dormir la mayor parte del día o estar encerrado en la lectura, sin levantarse de cama, con un nulo apetito a la hora de comer o cenar, imaginando un universo alternativo en el que el mundo no sea la mierda que es ahora, en donde Harry pudiera ser feliz.

Sabe que necesita ayuda, claro que lo hace, es solo que muchas cosas dejaron de importarle, su aspecto físico, alimentación, la universidad, su trabajo, todo realmente. Solo sigue malditamente respirando porque muy en el fondo sabe que sería incapaz de hacerle eso a su alfa, de privarlo de la oportunidad de verlo con vida una última vez.

Ha dejado de hablar con las personas que antes eran cercanas a él, la última vez que lo hizo redujeron sus problemas y no le tomaron absoluta importancia, le hicieron creer que era un hijo de puta egoísta por quejarse cuando relativamente lo tenía todo y aunque sus instintos le repitieran un millón de veces que aquello no era cierto, que sus problemas eran tan válidos como los de cualquier persona, que tenía permitido llorar si así lo quisiera, terminó creyendo aquellos comentarios y ahora no puede evitar sentirse culpable cada vez que las ganas de vivir escapan de su agonizante alma.

¿Desde cuándo dejó de sentir placer por ver el cielo, escuchar música contemplando el atardecer estando con la persona que creía, estaría a su lado el resto de su vida? ¿Desde cuándo dejó de sentirse emocionado por hablar con su familia y lo único que sentía era que debía mantenerse aislado de aquellos comentarios juzgadores del mundo? ¿Desde cuándo dejó de creer en algo y por qué personas cercanas a él están tan empeñadas en que ore y busque su consuelo en un Dios que ahora mismo no está seguro de su existencia? Y es una mierda ver como todo lo que eras antes, se desvanece frente a tus ojos y una parte de ti intenta detenerlo gritando "¿Qué mierda? Es tu jodida vida lo que está en juego, tu esencia, la persona que eres, así que jodidamente ten la valentía de luchar por ello" Pero hay otra parte que no hace nada y se resigna gritando cosas como "Tú eres el maldito culpable de esto, no puedes hacer nada, eres una mierda, tu vida también lo es, eres jodidamente patético y a este paso terminaras retorciéndote en la miseria que tu mismo construiste. Lástima que no puedes hacer nada para detenerlo" Y nuevamente es una mierda porque esa parte es muy muy poderosa, así que sólo te resignas y te sigues hundiendo en aquellos pensamientos que simplemente no puedes eliminar.

Y al final sabes que esta lucha es tuya, contra tu mente, una guerra entre lo que eres y lo que tu mente influenciada por tantos comentarios quiere que seas.

Y todo ello es una mierda, porque das sonrisas fingidas y pretendes que estás bien cuando estás consciente de que no es así. Y no tienes idea de que más hacer para salir de ese hoyo de tristeza en el que te sumergiste inconscientemente.

Pero aún sales y dices "Hey, todo está bien, no te preocupes por mi."

Sé cómo te sientes, te juzgaron injustamente.
-Anne with an e.

amore mío | l.sWhere stories live. Discover now