1. Youth

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Nueva York 25 de junio del 2015

De pie, sobre las desvencijadas tablas del puerto de Manhattan, Min Yoongi observaba la salida del sol. A diferencia del acostumbrado pantalón de lino y su amplia colección de camisetas polo de todos los colores, la ocasión de hoy le requirió cambiar su atuendo por uno que de pies a cabeza era negro.

Con nostalgia recordó el día en el que con tan solo veinte años de edad llegó a la ciudad de Nueva York, recordó el sol que sin compasión picaba sobre su cabeza, el olor a sudor y a pescado fresco, el sonido de los pesados equipajes arrastrándose sobre las tablas del puerto, el bullicio de los viajeros, los niños llorando, la gente que pasaba a su lado tropezando sus hombros y las náuseas que sentía después de más de dos meses de viaje en el crucero "América".

Hoy, cincuenta y ocho años después, Min Yoongi podría decir que tuvo una buena vida, por supuesto para llegar al punto en el que se encontraba actualmente tuvo que sufrir toda clase de penurias, pérdidas, sacrificios e incontables noches llenas de llantos y soledad, pero estaba bien, ¿Acaso la vida no se trata de eso? Vivir con plenitud no es el equivalente de felicidad perpetúa y absoluta, tampoco es sinonimo de éxito, lujos y suerte, en su lugar vivir es ese compendio de experiencias en donde se aprende a caer para volver a levantarse, fracasar para empezar de nuevo, aprender de los errores y desaciertos, detenerse en los pequeños detalles que la vida tan cordialmente nos ofrece y sobre todo amar, amar con cada fibra del cuerpo y con el corazón. Para su fortuna, esta fue una lección que Min Yoongi aprendió a muy temprana edad.

Para ese momento lo único que estaba en su joven mente era buscar un empleo - reunir suficiente dinero - volver a Corea y montar un restaurante con su madre, ese era su plan, le tomaría exactamente dos años, si todo salía bien, para noviembre de 1959 tomaría un avión y volvería a casa. Lo que Yoongi no sospechaba en esos instantes es que ese mismo día la vida le tenía preparada una sorpresa y que una semana sería suficiente para replantear no solo sus planes, sino su vida entera. A los veinte años de edad, Min Yoongi aprendió que eso de "hacer planes" solo funciona en la teoría.

Si al Yoongi de setenta y ocho años un mago o cualquier otro ser sobre natural se le hubiese aparecido para ofrecerle la oportunidad de volver en el tiempo y cambiar cualquier aspecto de su vida, decisión o acontecimiento importante, Yoongi no lo pensaría dos veces, elegiría vivir exactamente esa misma vida con todos sus aciertos, desaciertos, errores, arrepentimientos, sufrimientos y alegrías. Si a Yoongi se le diera la oportunidad de ser joven de nuevo, con gusto tomaría los mismos caminos que lo llevaron a conocerla a ella en esa cálida mañana de mayo.
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Nueva York, mayo 13 de 1957

Bajando las escaleras de madera que lo conducirían a la plataforma de viajeros, a esa hora repleta de gente, Min Yoongi miraba el impecable cielo azul que coronaba esa perfecta mañana de mayo, sabía que si se descuidaba podía caer, pero ¿Cómo evitar echarle un vistazo al cielo cuando por algo más de dos meses estuvo encerrado en esa cabina del demonio donde no entraba aire? Algo de libertad era peor que nada.

Cuando por fin pudo llegar a la plataforma, encontró que caminar resultaba sencillamente imposible, la cantidad de viajeros que se acumulaba en el lugar, en adición con los equipajes y las familias que esperaban a sus seres queridos, era más de lo que podía soportar. Tomando una bocanada de aire, el chico decidió seguir su camino ignorando las nauseas que amenazaban con hacerlo vomitar en cualquier momento, tenía calor, su cabeza dolia y gruesas gotas de sudor rodaban desde su frente hasta sus mejillas.

Youth (M.Y.G Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora