Jungkook terminó sentándose frente al escritorio, sus padres jamás se habían amado como siempre le mostraron o creyó.

- La encontré en Francia en uno de los barrios más viejos y pobres que hay... ella estaba muriendo y con ella estaba Yoongi que también estaba muriendo de hambre -tomó aire y lo soltó todo en un suspiro cansado-. La llevé a un hospital para que la atendiera, pero ya era muy tarde para ella... me pidió que cuidara a Yoongi como si fuera mío y falleció -la última palabra sonó forzada y quebrada, a pesar de los años, aún le dolía-. Desde entonces he intentado hacer lo mejor por Yoongi y gracias a tu padre pude encontrar la manera de que se quedara en casa donde yo pudiera estar segura que no le faltara nada y le trataran bien.

El castaño tensó la mandíbula y bufó observando a Yoongi que aún estaba encogido en su lugar.

- Bien, entiendo como es que llegó aquí, pero ¿por qué me ocultaron lo del tatuaje?

- Yo le pedí a la señora Jeon que no le dijera nada.

La vocecita de Yoongi le sacó de sus cavilaciones y lo hizo fijar la vista en él.

- ¿Por qué?

- Porque no quería que usted se decepcionara... -explicó sin levantar la vista-. Parecía tan emocionado por conocer a su omega... además... me hubiera dicho que hiciera lo correcto y renunciara a mi tatuaje, ya le expliqué porque no quiero hacerlo -su mandíbula tembló y su cuerpo entero le siguió-. Pero... si prefiere que lo haga a esperar a mi muerte, puedo ir hoy mismo a avisar -dijo conteniendo lo mejor que pudo un hipido y sollozo.

Jihyo alzó la vista asustada y vio suplicante a su hijo negando con la cabeza, no quería perder a Yoongi así, a lo único que le quedaba de la mujer que tanto amaba.

- No... no quiero que renuncies al tatuaje -dijo Jungkook tranquilizando a los otros presente-. Es solo... -se quedó callado analizando toda la información que parecía sacada de algún cuento extrado de esos que a su hermana Wheein le gustaban tanto.

- Jungkook, por favor... déjalo así -suplicó su madre con la voz quebrada al borde de las lágrimas-. Si Yoongi renuncia al tatuaje morirá... y no sabemos si por realizar el lazo, tú mueras cuando Yoongi cumpla los treinta años... deseo que los dos vivan.

- Mamá -le interrumpió Jungkook soltando un jadeo cansado-. Si tuviste que tenernos... ¿significa que no nos quieres?

Jihyo negó con las manos deteniendo sus pensamientos, esa era la razón por la que lo había mantenido en secreto.

- No digas eso Jungkook, ni siquiera lo pienses -rodeó el escritorio y tomó su rostro con ternura entre sus manos-. Yo los amo porque son mis hijos independientemente de mi pasado con tu padre y con Nayeon... desearía que fueran de ella también, pero no es así. Daniel también los amó y al chico que estaba con él también... fue todo un embrollo y un gran engaño hacia el gobierno, pero al final de nuestro amor hacia ustedes es genuino, son nuestra sangre, ¿Cómo podría fingir amor? -preguntó abrazando al alfa que suspiró y correspondió al abrazo.

Yoongi se escabulló a la puerta en silencio, le dolía eso y también lo agradecía de cierta forma... al menos Jungkook no le prestaba tanta atención al tema del tatuaje.

- Yoongi -le llamó el castaño antes de que saliera.

- ¿Señor? -preguntó con voz cansada.

- Ve a mi habitación y espérame ahí -dije firme haciendo que el beta se encogiera.

- S-sí, señor -susurró algo decaído al ver que no se había salvado saliendo de la habitación.

La mujer suspiró y acarició el cabello de su hijo.

Beta's Testing ♡Kookgi♡Où les histoires vivent. Découvrez maintenant