Capítulo 24

571 36 4
                                    

Hero

Rápidamente mi novio y su hermano corrieron en mi ayuda. Taylor me ayudó a llegar al sofá de la sala y a sentarme.

-Déjenlo respirar -dijo abriendo espacio con sus brazos.

-Respira, Hero, respira -Peter me echaba aire con una revista vieja.

-Hero, ¿te sientes mejor? -preguntó Andrew preocupado.

-Joder, amigo, ¿pero qué te pasó? -Alex y todos estaban confundidos por lo que me sucedía.

Poco a poco mi respiración se regulo, y pude volver a hablar.

-Estoy mejor, gracias.

-Nos espantaste -dijo Alex.

-Amor, ¿qué te sucedió? -preguntó Andrew tomando asiento a mi lado.

-Solo... solo fue un mareo -mentí.

-Pues será mejor que descanses un rato, cuñadito, no te nos vayas a desmayar bailando.

-Sí, me quedaré aquí sentado -me recosté en el sofá-. Ustedes sigan con la fiesta.

-¿Seguro? -preguntó Alex.

-Claro, amigo, no quisiera arruinar tu cumpleaños por un tonto mareo.

-Ok, cualquier cosa nos dices.

-Yo me quedo contigo -dijo Andrew y tomó mi mano entrelazando sus dedos con los míos.

-Cuídalo bien, Andrew -dijo Peter palmeando su hombro.

Andrew se quedó conmigo mientras los demás seguían disfrutando de la fiesta.

-Amor, ¿de verdad te encuentras bien? -podía ver su preocupación en sus ojos.

-¿Soy una mala persona? -pregunté cabizbajo.

-¿Qué clase de pregunta es esa? claro que lo eres.

-¿De verdad? -lo abracé con fuerza, mi voz comenzaba a quebrarse.

-Hero, por supuesto que sí, tú eres una buena persona, no lo dudes.

-Muchos no creen eso, me ven como si realmente yo fuera un...

-Eres un héroe, eso es lo que eres -me tomó del rostro e hizo que lo mirara directamente a los ojos-. Me salvaste, y no solo una, sino, tres veces. Tú me salvaste, y no tienes por qué sentirte mal por eso, amor.

-Sí, tienes razón.

Nuevamente me hizo recapacitar y enfocarme en lo que de verdad era importante, mi familia.

-Te amo, Andrew -dije y lo besé.

De pronto, el grupo de chicas que eran amigas de Tara comenzaron a salir de la casa de Alex a regañadientes.

-¡Lárguense, perras! -gritó Camila echándolas.

-Sí, no queremos gente como ustedes aquí -agregó Alex.

-Oigan, ¿pero qué pasó? -preguntó Andrew confundido.

-Esas perras andaban diciéndole a la gente que Hero es un criminal, y que su amiga está en la correccional por su culpa, malditas perras defendiendo a una cómplice de un violador.

-Sí, son unas perras, estúpidas -dijo Alex-. Hero es un héroe.

-Sí, lo es -coincidió Camila, y varios invitados que también estaban ahí asintieron de acuerdo con ellos.

-Ves, muchos saben lo que realmente eres, un héroe -volvió a decir Andrew.

-Oye, ¿quieres volver a bailar?

-Mm... creo que tengo una mejor idea -sonrió con picardía.

Me tomó de la mano, y me llevó con él al baño de arriba, al cual Alex solo no permitió la entrada a nosotros, Taylor, Peter y Camila. Pero ellos estaban muy ocupados bailando, por lo que mínimo tendríamos unos cuantos minutos de privacidad.

-Joder, realmente te volviste muy travieso -comenté mientras nos besábamos apasionadamente.

-Solo quiero hacerte sentir mejor, y sé que esto funciona muy bien.

-Me conoces perfectamente.

-Lo quiero ahora -pidió suplicante.

-¿En serio? ¿Te das cuenta de que estamos encerrados en un baño mientras abajo hay desenas de personas bebiendo y bailando?

-No me importa, quiero sentirte.

-Si así lo deseas -sus giles manos desabrocharon mi pantalón en segundos.

Los ojos de Andrew me miraban con una lujuria con la que jamás me había visto. Tragué saliva, por alguna razón la situación me parecía excitante.

-Solo evita que el nudo se forme adentro.

-Lo intentaré.

No podía creer lo que hacíamos, estábamos teniendo sexo en el baño de una casa ajena. Los gemidos de Andrew eran sonoros, pero el fuerte volumen de la música impedía que los invitados pudieran escucharnos. Intenté no demorar por mucho tiempo el acto, pues en cualquier momento alguno de los Goodman o de nuestros compañeros podría aparecer.

-Hero...

Lo embestía con fuerza, arrancándole fuertes gemidos y haciéndolo terminar poco antes de que yo llegara al clímax. Logré evitar que el nudo se formara dentro de él.

-Eso estuvo increíble -dijo Andrew, las piernas le temblaban pero aun así podía sostenerse en pie.

-Joder, sí.

-Bueno, ya lo hicimos, volvamos a la fiesta.

-Andrew, aún no se me baja, y el nudo no desaparece en dos minutos.

-Cierto. Bueno, sirve que descanso un rato -dijo sentándose en la taza.

Por suerte, nadie necesitó usar el baño durante los veinte minutos que necesité para que mi nudo desapareciera. Nadie notó que nos desaparecimos por casi media hora, y tampoco las piernas temblorosas de Andrew, solo él y yo nos quedaríamos con el raro pero divertido recuerdo de lo sucedido, como debía ser.

La fiesta llegaba a su fin, ya pasaban de las 12 de la noche, por lo que era hora de regresar a casa.

-Bueno, suban todos al auto -dijo Taylor.

-¡No, yo quiero más fiesta! -chilló Camila.

Se tambaleaba de lo borracha que iba, Taylor tuvo que cargarla hasta el auto.

-Dios, que vergüenza -dijo Peter entre risas.

-Oye, amor -detuve a Andrew por un momento.

-¿Qué pasa?

-Quisiera intentar dormir solo esta noche, o lo que queda de ella -él sonrió y asintió.

-Seguro, amor. Si necesitas de mí, solo toma tu teléfono y llámame.

Taylor me hizo el favor de llevarme a casa, y luego se marcharon. Después de casi tres semanas durmiendo con Andrew volvería a dormir solo. Me duché, me puse mi pants y una camiseta sin mangas y me metí a la cama. Antes de apagar la luz, le eché un último vistazo a mi teléfono para ver la foto portada, una foto de mi amado omega.

-Buenas noches, amor. Hora de dormir -apagué la luz.

Mi teléfono sonaba, aún somnoliento lo tomé, era mi querido Andrew. Rápidamente respondí a su llamada.

-Hola, amor -saludé.

-Hola, ¿qué tal durmió el alfa más guapo del mundo?

-¿Qué hora es? -pregunté, para mi sorpresa, eran casi las 10 de la mañana-. Carajo.

-¿Qué? ¿Qué pasa?

-No es nada, amor, solo que no me había dado cuenta de la hora.

-¿Y? ¿Pudiste dormir bien? -preguntó.

-Dormí de maravilla, hasta soñé contigo.

-Eso es grandioso.

Finalmente las pesadillas desaparecieron.

Sangre de OMEGAWhere stories live. Discover now