Capítulo 26

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Mei y yo estamos en el otro lado de la ciudad, luego de tomar un taxi. Caminamos sin rumbo fijo, hasta que ella se detiene frente a mi, después pone sus manos sobre mis hombros.

─Bien Alexis, ¿a dónde vamos? ─cuestiona mirándome a los ojos.

─Lejos de Seokhwa.

─¿Y si regresamos a la Casa de las Chicas? ─propone.

─No, ahí debe estar Seokhwa esperándome y él no merece verme luego de lo que me hizo ─hoy seguiré con mi orgullo hasta arriba y no perdonaré a Seokhwa.

─¿Y entonces que haremos esta noche? ¿Caminar por la calle como locas? ─hace una cara bastante graciosa por lo asustada que se encuentra.

─Hoy dormiremos afuera ─respondo decidida.

─¿QUÉ? ─grita, lo que me parece divertido porque ella tiene la voz muy suave y bajita.

─Tengo dinero para que nos quedemos en... ─me detengo recordando que compré varias photocards de Ayem, después observo un motel que se ve claramente deteriorado─. Ahí.

─Oh no, yo no pienso dormir ahí.

─Vamos Mei, no seas aguafiestas ─la tomo del brazo y caminamos hacia dicho lugar.

Ambas miramos esa entrada con paredes que probablemente, antes fueron color blanco pero ahora tienen un horroroso amarillo por la suciedad.

─Alexis no, vámonos a nuestro dormitorio ─chilla nerviosa, al notar que no acepto, continua─: Bien, me iré yo.

─No puedes dejarme sola en ese lugar horrible Mei ─la tomo del brazo, antes de que empiece a caminar.

─¿Por qué no?

─Somos amigas.

─Te conocí hace cinco horas.

─La amistad no se mide por el tiempo que se tenga.

─Buena jugada ─entrecierra los ojos─. Pero no caeré en tus palabras, así que me voy, tú duerme en ese lugar espantoso, mi camita me espera.

Y ahí estábamos Mei y yo esperando a que nos entreguen las llaves de nuestra habitación.

─No puedo creer que acepté esto ─se queja.

─Eres una buena amiga que tengo desde hace cinco horas ─la abrazo y ella da un brinco─. Cierto, cierto, no te gustan los abrazos.

─Aquí están las llaves, niñas ─dice una mujer mayor que mastica una goma de mascar como vaca.

─Gracias ─respondo tomando las llaves.

─Segundo piso ─habla la señora.

Mei y yo subimos y encontramos la puerta: 221.

─Nunca me he quedado en un lugar así, ¡es emocionante! ─grito.

─¿Qué tiene de emocionante quedarse en este lugar que huele a suciedad?

─Que aguafiestas eres, Mei.

Ella resopla y yo introduzco la llave en la puerta. Entramos a un lugar con paredes grises y rayas, una pequeña cama y una televisión de esas cuadradas gigantes que hace años no miraba.

─Es mejor de lo que pensé ─miento.

─Huele a cucaracha.

─Claro que no ─oh si, huele demasiado a cucaracha.

Mei duda un rato, hasta que se sienta en la esquina de la cama.

─No estaríamos aquí si tu novio te dijera porque actuó como un idiota o si tú le hubieras dicho que fue un idiota y que no te agradó lo que ha hecho ─dice ella rápidamente─. ¿Yo que culpa tengo de sus problemas maritales?

Alexis y los chicos [✔] Where stories live. Discover now