Capítulo 13- Noche de verano

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Pasan los días y las semanas, y se va recuperando más rápido de lo que se esperaba. Y es que los ánimos que tiene le ayudan, no se puede creer ver a su hijo por casa, a su hija feliz con su embarazo, a Luis pasando tardes con ella sentados delante de la piscina. Todo va bien.

No han vuelto a besarse, no han pasado de algún beso en la mejilla o la frente y algún abrazo rápido. Tampoco han vuelto a hablar, y es que como dijo Aitana, lo primero era lo primero, y parece que lo van consiguiendo.

A Aitana le acaban de dar el alta, y el lunes vuelve al trabajo, cosa que esta deseando. 

Ya cuando el sol se va escondiendo y Mateo se prepara para salir como cada viernes y sábado, se pone su pijama de seda de verano y se queda mirándolo en la puerta del baño. Le hace gracia verle haciéndose el tupé y las caras que pone para comprobar que esta guapo. Después le pregunta que camiseta le gusta más y siempre se pone la contraria a la que le dice su madre.

-¿Has hablado con la madre de Jon?

-Si, puedes quedarte en su casa, pero controla bebiendo eh, a vomitar con tu madre

-Que si mama

Le da un beso en la mejilla y sale pitando con una sudadera en la mano y el móvil cargado a tope.

Entonces ella suspira y mira la foto de bebé que hay colgada en la pared.

Cuando era pequeño quería que creciera, quería dormir más y oír llorar menos, y a los segundos se le pasaba y quería que se quedara pequeñito para siempre. Y ahora le gusta esta etapa, cada una es especial, sea más o menos difícil, pero echa de menos a su pequeña lapita que no la dejaba sola ni a sol ni a sombra.

Y con los ojos húmedos baja a la cocina a ponerse una copita de vino y después a buscar una peli de Netflix para ver.

Antes siempre hacían un plan familiar los viernes, y los sábados con Ester y su familia. Y ahora los viernes son soledad, tranquilidad, aunque poco a poco aprende a valorarla y dejar de verla como una tortura, ya no se atormenta por estar sola, porque ahora es su decisión.

Oye el timbre y suspira dejando el movil en el sofá. Se pone sobre el fino pijama de tirantes y pantalón corto una suave bata rosa palo, al igual que el pijama y va hacia la puerta.

Abre y ve a Luis al otro lado, con una camisa a medio abrochar y un tejano que le da calor solo de verlo, en pleno julio. Bueno y una botella de vino del bueno de su oficina en la mano.

-No se tu pero estar solo tanto me cansa

-Hubiera quedado más bonito un te echaba de menos

-También, ¿te han dado el alta no?

-Si

-Pues vamos a celebrarlo con vinito y una buena charla

-Llevo todo el dia con tu diseñador italiano y tengo la cabeza como un bombo, ¿una peli?

-Me parece bien


Entre copita y copita se miran de reojo. El la mira tocarse el pelo mientras mira la tele, de vez en cuando se muerde el labio en las escenas más intensas, y ese pijama le queda tan bien.

Y ella lo ve morderse las uñas de vez en cuando, gotas de sudor resbalar por su pecho, y le pilla arreglándose el pelo cada vez que nota que le mira.

Ella aprovecha que están junto a la cristalera que da al jardín y esta todo abierto para coger un cigarro y encenderlo, odia fumar dentro de casa, pero por un día.

Le da un par de caladas y se lo pasa a Luis, que aprovecha que se ha acercado para tirar de ella y que se apoye en su pecho.

Se lo vuelve a dar y ella le da otra calada.

-Sabe a menta

-Perdón

-No, si lo echaba de menos

-Y yo el sabor a cereza que deja tu cacao

Ella sonrie y apaga el cigarro.


Pasa su mano por el trozo de pecho al descubierto de Luis y el aprovecha la posición de su brazo abrazándola para acariciar su piel bajo la parte de arriba del pijama.

Luis la mira y hace que ella le mire también con su mano en su mejilla. 

-No puedo más

-Yo tampoco-dice ella antes de lanzarse a los labios de el-

Horas después la ropa de el esta tirada por el suelo de la habitación, y la de ella no ha llegado ni al pasillo.

Ellos se acarician sobre las sabanas y sonríen como locos.

-Me daba miedo hacerte daño o algo, por la operación

-Ya han pasado casi dos meses, estoy bien

-¿Te ha...?

-Si amor, me ha gustado, como siempre

-¿Una duchita juntos? O quieres que me vaya

-Si hombre, nos duchamos y cambiamos las sabanas juntitos

-Yo no las cambiaría que la noche es muy larga

Ella sonrie y le da un beso en los labios antes de correr a la ducha.


Lo mira dormir sobre las sábanas, parece tan profundo que le da un beso en la mejilla y se pone su camisa antes de bajar a la cocina a hacerse un café.

Cuando se lo bebe apoyada en la isla de la cocina nota sus manos al rededor de la cintura, su aliento en el cuello de ella.

-Buenos días mi amor

-Buenos días-le responde ella girándose un poco para darle un pico-

-¿Hago tortitas?

Ella asiente y le sonríe.

Pero esa burbuja se rompe al oír un ruido en el sofá que asusta a los dos y Luis se acerca con la sartén en la mano.

-Hostia papa que susto-dice Mateo levantándnose del sofá-

-Mat que haces aquí-le pregunta su madre-

-Pues que Jon tenía comida familiar y me han dejado hace poco, son casi la una eh

-Ah vale, ¿la noche bien?

-Si, ¿que hace aquí este? Bueno, que hace aquí en calzoncillos mas bien

Los dos se miran sin decir nada y se van a la cocina sin contestar.

-Mat, ¿quieres tortitas o te vas a dormir?

-Pero que horas de tortitas son estas



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TormentaWhere stories live. Discover now