Capítulo 9- A la deriva

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Entra a la sala de su doctor para recoger los análisis y su cara no le gusta, quizás es por que es médico y es imparcial, o quizás es que no todo va bien.

-Tienes quistes en un ovario, lo más seguro es que sean buenos, pero cabe la posibilidad de que no y este provocados por un tumor, si tienes tiempo vamos a hacerte ya las pruebas y en un par de días tendremos los resultados

Ella no dice nada, no pregunta nada, no le salen las palabras. 

Horas después llega al trabajo descompuesta, no quiere hablar, no quiere ver a nadie. Y da gracias a que Ester este de viaje de trabajo a Barcelona con Lorien que le pidió ayuda con su colección.

Al salir del ascensor se encuentra a Cepeda, que se acerca a ella en cuanto la ve.

-¿Ya tenían los resultados?

-Todo bien, falsa alarma-dice sin saber ni por que-

Se encierra en su despacho y coge un cigarro nerviosa, que ni si quiera puede encender de lo que le tiemblan las manos.

Pasa la tarde allí, temiendo el momento de llegar a casa y estar sola con sus pensamientos.

Lo que no se imaginaba es que nada más llegar a casa se encontraría a sus hijos, su nieta y Alicia de sorpresa para cenar en el jardín.

Va a la cocina a buscar el postre que faltaba en la mesa y Luis va a ayudarla. Contento de lo bien que ha ido la cena, de parecer una familia normal.

-Luis has sido tu verdad

-Quería animarte, y aunque no les hayas dicho nada ya celebramos nosotros que estas sana como una manzana

Le tiembla todo otra vez y se le cae un vaso de agua que había cogido al suelo.

Se agacha a recogerlo y Luis con ella. Entonces la mira y ve que no esta bien.

-Aitana

-Diles que me duele la cabeza vale, me subo a la habitación


Asiente preocupado y sale a decirles eso mismo, no tardan en irse, y Mateo se queda en el sofá esperándolo mientras recoge. Cuando acaba ve que se ha quedado dormido, lo tapa y sube arriba.

Pasa por las habitaciones de Lucia y Mateo, están tan cual como las dejaron.

Truca en la puerta de la que era su habitación y solo la oye llorar.

Así que abre un poco la puerta y entra al verla sentada apoyada en la cama sobre la alfombra.

Se sienta a su lado y le levanta la cabeza acariciandole la barbilla.

-¿Que pasa?

-Tengo quistes en un ovario, van a mirar si es cancerígeno o no

-¿Que? Pero si me has dicho

Ella niega y el sabe que mejor debe callarse y abrazarla.

Suben a sentarse en la cama y ella se esconde en su pecho, buscando el refugio que lleva todo el día necesitando. Y entre sollozos se queda dormida en su pecho.

El por su parte no puede dormirse, no puede dejar de mirarla y pensar en lo que le ha dicho. Pensar en que si tiene cancer va a ser lo más duro que hayan hecho en sus vidas, todos, pensar en sus hijos, y en que si le pasa algo a ella el se muere.



Mateo se despierta con la luz que inunda el salón, un tanto desorientado por donde se encuentra y las horas que son.

TormentaWhere stories live. Discover now