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—¿Me ayudarías hoy?

Aoi muestra su teléfono a su mejor amiga.

—Luego de verte con Kamado, a las 8. Necesito hacerme el kraken de hielo para subir de nivel y terminar las misiones que tengo.

Kanao mira el teléfono de su amiga.

En el se mostraba un aplicación de tercero en la que podía ver un resumen del perfil del juego, misiones, eventos y habilidades disponibles de una cuenta.

Era muy usada.

—Hoy a las 8 el kraken de hielo, entonces. Aunque no sé si Ok pueda...

—Uh... ¿le preguntamos a Makomo?

—Tocará...

Kanao frunce el ceño y toma su celular, ingresa a otra aplicación en donde estaba el chat global del juego, pero antes de poder leerlo, la clase empieza.

Al finalizar esta, una nerviosa Kanao miraba algo miedosa la entrada del salón.

Todos ya habían salido, menos Kanao y Aoi.

—¿Sí vendrá Kamado? Quizás lo dijo por fastidiar.

—N-, No lo creo...

Y como si lo invocaran, un hombre de pelo rojizo ingresa al salón.

—Ah, Tsuyuri-senpai, Kanzaki-san.

Él sonríe y levanta su mano derecha, saludándolas.

—Kamado-kun, hola.

—Hola.

Ellas dejan sus puestos y con sus mochilas a cuestas, se acercan a la salida.

—¿Tienes...?

Kanao va al grano y mira las manos y espada de Tanjiro.

—Sí, sí.

Tanjiro rápidamente abre su mochila y saca una hoja.

—Aunque la necesito para dársela, así que...

—Está bien, la transcribiré.

El pelirrojo asiente y la de ojos violetas empieza a escribir lo que dice la hoja del Kamado.

—Oh... ya me acuerdo de esto.

En medio de su escritura, Kanao acelera exponencialmente su copia, ahora poniendo su conocimiento en ello.

—Como siempre buena estudiante, Senpai.

Kanao ríe.

—Un poco.

Aoi los observaba en silencio, pero luego de ese comentario no evita preguntar.

—¿Ustedes se conocen de antes?

Tanjiro la mira, sin dejar de sonreír.

—Senpai ha sido mi Senpai desde preparatoria.

—Mm... bien.

Aoi asiente y luego mira a Kanao, quien había tragado saliva y acelerado aún más su copia.

En cuestión de cinco minutos, todo estaba resuelto.

—Muchas gracias, Kamado-kun.

—Mn, siempre que me necesite, Senpai —vuelve a sonreír; esta vez aún más—. Por cierto, tómese la libertad de llamarme Tanjiro, igual con Kanzaki-san.

Ambas asienten.

La primera lo tomó bien. La segunda siente miedo de hacerlo.

Cuando Tanjiro se prepara para invitarlas a algún lado, la puerta es abierta de una patada.

Vicious Game - TanjiKanaWhere stories live. Discover now