Vicious Game - TanjiKana

9

—¿Tú solo?

—Los puntos que daban por hacerlo eran bastantes, pero como estábamos en parciales les dije que no jugaran.

Tanjiro ríe al tiempo que se mece en el columpio.

Las calles iluminabas tenuemente por las lámparas que había alrededor del parque tintineaban de vez en cuando, seguramente pronto dejaría alguna que otra de funcionar.

Ambos, Tanjiro y Kanao estaban en los columpios.

Ella con un helado de fresa, él con uno de vainilla.

—Yo intenté hacerlo una vez, pero al final me tocó pedirle ayuda a N-, Ok.

—¿Cómo conociste a Ok?

—Oh, eso...

Kanao frunce el ceño y hace una mueca pensativa.

—Si no quieres no hay problema.

—No, no, estoy pensando...

La de ojos violetas los cierra y mueve su pie derecho.

—¿Le estaba pidiendo consejos amorosos? Creo.

—¿Consejos amorosos?

—Me gusta su hermano.

Tanjiro, quien llevaba la cucharita del helado a su boca, se detiene.

—¿Conoces la familia de Ok?

Kanao asiente.

—Oh... eso es... genial.

Ella solo aguantaba las ganas de reír.

—Mierda. ¿No acabo de...?

Frunce el ceño al darse cuenta de lo que acaba de hacer.

—Uh. No, espera. Eh. Si Nezuko le dice que es-

El pánico la invade.

—Ahora que lo pienso... no hemos hablado así desde hace bastante ¿no?

—Siempre estabas ocupado...

—Kanao es mucho más importante que las demás cosas.

—G-, Gracias.

Tanjiro ríe y mira hacia el cielo.

No había vuelto a probar su helado y movía sus manos de forma nerviosa.

—¿Alguien le gusta? No he hecho nada, sí, pero...

A Tanjiro le gustaba Kanao.

Desde hacía mucho tiempo.

[ · · · ]

—¿Arreglos florales?

Tanjiro mira extrañado a su hermana menor, quien lo había parado en la puerta mientras ella ponía sus zapatos.

—Sí. Kanae-sensei dijo que era el mejor club del instituto.

—¿Kanae-sensei? ¿Quién es?

—Una amiga de Rengoku-sensei.

—¿De Ruka-sensei?

Nezuko asiente.

—¡Y quiero que revises qué hacen! Así sabré que hacer cuando entre.

—Eh...

—¡Gracias!

Nezuko se acerca a él y le da un abrazo.

—¡Me voy!

Luego de eso empieza a correr.

Cerca del final del corredor alguien aparece, asustándola.