Five Is A Crowd

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En momentos como este, Joyce apenas podía reprimir una sonrisa.

Tiempos en los que, incluso después de todo lo que había sucedido en los últimos años con monstruos, poderes y miedo, sus dos preciosos hijos podían sentirse y estar seguros.

Navidad fue hace casi tres horas y todos, los que los Byers consideraban parte de su familia, un número que había estado en aumento en lo largo e inacabables años ya mencionados, estaban en su casa para celebrar.

Aquella casa en la que apenas cabían, pero que de igual manera estaban decididos a hacerlo, acomodándose en todos los rincones posibles, hablando y riendo.

Mientras caminaba hacia la cocina, tratando de encontrar su propio espacio y tomarse un momento para respirar, finalmente tuvo la oportunidad de ver a Jonathan, que estaba de pie junto a Steve frente a la ventana. Los había visto entrar en la cocina unos minutos antes que ella, tomados de la mano y riendo tontamente que solo podía asumir que estaban borrachos o solo locos de amor.

No podía oír, ni siquiera deducir de lejos, lo qué estaban hablando, pero por las sonrisas en sus rostros y las risitas que intercambiaban entre ellos era algo bueno.

Les había tomado un tiempo llegar hasta aquí, y estaba tan contenta de que lo hayan logrado. Incluso después del miedo y el dolor, y de creer que su propio hijo, su Will estaba muerto, era casi imposible creer que todos pudieran ser felices; que la gente todavía pudiera tener lo que quisieran, o tener a quienes quisieran.

Steve la distrajo de sus pensamientos con la fuerte carcajada que soltó, nunca lo había escuchado reír así. Lo vio inclinarse hacia adelante sin poder recuperarse del ataque de risa que le inundaba pero, aunque a ella le importara mucho Steve, era el rostro de su hijo lo que le interesaba mas.

Sus ojos estaban pegados en su novio, brillando, no sólo con diversión, sino con una honesta satisfacción que apenas podía apartar la mirada. Joyce no lo había visto así por un tiempo, no desde que apenas era un niño, no desde antes de que su padre los abandonara (incluso si eso al final era lo mejor que les podía pasar).

Ve a Steve dejar de reír y atraer a Jon hacia él por la trabilla de su jean para luego enredar los brazos alrededor de su cintura. Jonathan responde colocando sus propios alrededor del cuello de Steve a la vez que alzaba su rostro para acercarse más a él.

Joyce aparta la mirada antes de que se besen, no por disgusto, sino por respeto a su privacidad.

Al parecer, el resto de los que estaban en su casa no pensaban al igual que ella.

Si bien ella no podía ver lo que estaba pasando, asume, por los ojos en blanco y las arcadas falsas de todos los niños sentados en la mesa (Max, El, Dustin y Will), que los chicos no se habían detenido en simples besos y estaban probablemente empujando los límites de un comportamiento apropiado para una fiesta, incluso cuando se les podia excusar por estar borrachos.

"¡Hey, tortolitos! ¡Por aquí, niños!" La voz de Dustin resonó en la habitación, junto con la risa de los otros tres.

Joyce miró hacia su hijo, solo para verlo a él y Steve separarse. Jonathan estaba con todo el rostro de un rojo brillante haciendo un esfuerzo enorme para separarse del otro chico. Steve, por otro lado, ignoró las burlas de los niños y susurró algo a Jonathan, acercándolo más a él. Jonathan se puso de un rojo más intenso y Joyce puso los ojos en blanco, los dos desde que se habían juntado, el DPA (demostración pública de afecto) había aumentado cada vez más.

De repente, Steve volvió a reír por algo que había dicho a Jon, mientras este solo atinaba a empujarlo y caminar de vuelta a la sala.

"¡Jon! ¡Estaba bromeando!" Steve dice, todavía riendo.

Jonathan sin dignarse a mirarlo, elige sacarle el dedo medio. Joyce lo ve sentarse entre Nancy y Robin en el sofá, ignorando sus miradas y al mismo tiempo ignorando las miradas de Steve.

La noche continúa así, con todos hablando y relajándose, hasta que el reloj suena, metafóricamente ya que en realidad no tienen reloj, a la medianoche. La mayoría de los niños y sus padres se van a casa (después de desearles a todos una Feliz Navidad e intercambiar regalos) dejando solo a El y Jim, Steve y su propia familia.

Por lo que Joyce sabía, Steve no quería pasar la Navidad con su propia familia hasta que fuera obligado a hacerlo, ya que- aunque no le dijeron-sabía que sus padres no habían reaccionado al igual que ella al hecho de que él tuviera un novio.

Ella se alegraba de tenerlo en casa.

Su mañana de Navidad se compone de un montón de regalos y más risas que Joyce había pensado que iba a ver en el resto de su vida, tanta felicidad.

Más tarde en la mañana, con Steve hablando con Will y El en el suelo mientras Will les cuenta de las canciones que su nuevo cassette tiene, Joyce toma una decisión. Es consciente que no siempre le ha interesado la habilidad fotográfica de Jon, pero hoy quiere detener este momento.

Quiere que sea para siempre.

"Jon".

Jonathan, que estaba hablando con Jim al otro lado de la habitación, la mira antes de terminar la conversación con una pequeña risa para acercarse a su madre.

Cuando él se para a su lado, ella solo dice "¿Puedes tomar una foto?"

Jon se queda un tanto desconcertado. Joyce no está segura de cómo sentirse ante el hecho de que su hijo esté tan sorprendido que quiera que le tome una foto, o que ella esté interesada por ello, pero decide ignorar ese pensamiento por el momento.

"¿De ti y Jim?" Mientras hace la pregunta, ya se está moviendo hacia atrás y levantando su cámara de la silla para enmarcar la foto.

"No, no. De todos nosotros ". Ella dice, moviendo sus manos alrededor de la habitación, a todos los que están en la habitación.

Steve se levanta de su lugar en el piso después - asume - de escuchar su conversación y sonríe a Joyce antes de empujar a Jonathan hacia el medio; "Lo haré, para que tú puedas salir". él dice. Jonathan se frota el cuerpo con la mano en agradecimiento y le pasa la cámara, que ya reposaba en su cuello.

Joyce niega con la cabeza y le quita la cámara a Jon antes de que Steve pueda. "No. Steve, ahora eres parte de la familia. Jonathan puede tomar la foto". Ella le guiña un ojo a Jonathan, sabiendo que él comprenderá su necesidad de capturar el momento, incluso si no lo dice en voz alta.

Rápidamente le pasa la cámara antes de arrastrar a todos al sofá.

Los niños se apiñan, Joyce y Jim se mueven para pararse detrás del sofá, dejando a Will, Steve y El para que vean dónde se sentirían. Finalmente, Steve termina en el medio, con los brazos firmemente doblados alrededor de El y Will.

A pesar de la posición familiar en la que están todos, todos deben terminar luciendo un poco incómodos cuando Jon se resiste a tomar la foto. Esto dura hasta que Steve murmura algo en voz baja a Will y El y debe ser lo suficientemente divertido, ya que hace que ambos estallen en risas. Joyce y Jim se miran y se sonríen alegremente el uno al otro.

(Ya era hora)

Ahí es cuando Jon toma la foto. El flash se apaga y el clic interrumpe la risa.

Con su familia mirando hacia él, viendo su brillante sonrisa al mirar la foto, termina por mostrarles también. La foto tenía a Will y a El mirándose mientras reían tontamente, Joyce sonriéndole a Jim, con él mirándola con ese característico brillo en los ojos.

¿Y Steve? Steve miraba únicamente a Jonathan.

Termina colgado en la pared meses después.

Y termina siendo su foto favorita.

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(6/7)

Wishing [Stonathan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora