Capítulo 73: Hogsmeade, Horcruxes and Holidays

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Sirius se giró y vio que había un conocido hechizo verde escupiendo de la varita de un mortífago que apuntaba directamente a Kingsley Shacklebolt.

-¡ARESTO MOMENTUM!- gritó Sirius, mientras Remus corría hacia el mago para intentar llegar a él antes de que la maldición mortal le alcanzara. El hechizo se detuvo en el aire, antes de salir disparado hacia su lanzador, Sirius se quedó atónito al ver que había apuntado al mortífago y no a la propia maldición asesina. ¿Había dado con alguna forma de contrarrestar el hechizo sin saberlo? Se precipitó hacia Remus y Kingsley.

-¡Finite Incantatem!-, gritó Sirius, eliminando la maldición Imperious de su camarada caído.

Un gemido roto salió de los labios de Shacklebolt.

-Aguanta, Kings-, dijo Sirius, usando su apodo. -¡Férula!-.

-Ferula-, añadió Remus, vendando su brazo.

-Vamos a llevarte en traslador a San Mungo, ¿de acuerdo? Aguanta- dijo Sirius, compartiendo una mirada de preocupación con Remus, tenía muy mala pinta. Tenían que llevarlo al hospital de inmediato, sujetando a Shacklebolt mientras Remus lanzaba un hechizo para colocarlo en una camilla. Una vez hecho esto y que Shacklebolt estaba asegurado, se Aparecieron, rezando por haber hecho lo suficiente para salvar a su amigo.

-¿Qué ha pasado?- preguntaron dos sanadores que se dirigieron inmediatamente al lado del mago herido.

-Ha sido secuestrado por Voldemort, ha estado bajo la maldición Imperious, pero no tenemos idea de cuánto tiempo... también ha estado bajo la maldición Cruciatus y tiene al menos un brazo y una pierna rotos- dijo Sirius, mientras Shacklebolt era alejado de ellos.

-Espero que se recupere- dijo Sirius, tenso, mientras se desplomaba en uno de los asientos de la sala de urgencias.

-¿Deberíamos ir a descansar? No vamos a saber nada, eso si nos lo van a decir- se preguntó Remus, mientras también se sentaba completamente agotado.

-Espero que James y Nick estén bien- dijo Sirius, con el ceño fruncido por la preocupación.

-Yo también-, dijo Remus.

Más magos y brujas fueron llevados a San Mungo y en poco tiempo los que estaban malheridos fueron levitados. A los menos heridos les dijeron que se sentaran y que una medibruja estaría con ellos lo antes posible. Lo cual era cierto, apenas se habían sentado antes de que bajaran y los llevaran a curarse. Albus Dumbledore hizo acto de presencia, Sirius y Remus deseaban poder decir que estaban sorprendidos pero no lo estaban.

-¿Cómo está?- preguntó Albus, parecía ligeramente desconcertado pero por lo que no podían decir.

-Acaban de llevarlo-, dijo Sirius, aún lo estarían evaluando para asegurarse de captar primero todas las heridas graves que necesitaban atención inmediata. Conocía bien la rutina, a pesar de que había estado inconsciente cuando lo llevaron a evaluar hace ya medio año. Era difícil de creer, el tiempo había pasado tan rápido, él y Remus habían estado cerca, lo que le hacía estar más decidido a ser cuidadoso. Sobre todo cuando se trataba de la vida de Remus.

-¿Te ha dicho algo?- preguntó Albus, tenía la esperanza de sacar alguna noticia de esta tragedia.

-Albus, está en muy mal estado, puede que no sobreviva- dijo Remus con mala cara, sacudiendo la cabeza con irritación, Albus podía ser directamente insensible a veces. -No es el momento de obtener información; deberías alegrarte de que haya vuelto, cualquier cosa que haya aprendido puede y debe esperar-.

-Por supuesto-, dijo Albus contrito. -No me malinterpretes, estoy preocupado por él... sin un espía lo veo bastante difícil. Quiero saber lo que Voldemort está tramando-.

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