Capítulo 72: A Peculiar happenstance

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-¿Falló la ligadura parcial?- preguntó Lily, básicamente esperando una solución rápida.

-Lo siento, Lily, no puedo darte una respuesta a lo que buscas- admitió Albus, con sus ojos azules desconcertados. -Haré todo lo posible por averiguar lo que está pasando-.

-Gracias-, susurró Lily, con las lágrimas corriendo por su rostro, acumulándose en su barbilla hasta dejarse caer sobre sus rodillas. Se suponía que era el día más feliz de su vida. Estaba libre, fuera de Azkaban, viendo a su familia de nuevo, pero estaba resultando todo lo contrario. No podía usar del todo su magia, aún no había visto a su hijo y, para colmo, James estaba frío y distante. Cuando el Floo se activó, Lily miró al suelo, secándose apresuradamente las lágrimas, intentando parecer serena y normal, algo más fácil de decir que de hacer.

Sirius y Remus entraron en la mansión Potter, con caras de incomodidad al percibir la tensión acumulada en la habitación. Se miraron con complicidad, estaban preparados para ello, aunque no esperaban que Dumbledore estuviera allí tan pronto.

-¿Está todo bien?- preguntó Sirius, siempre inquisitivo.

-Bien-, dijo Lily escuetamente.

-De acuerdo-, dijo Sirius con torpeza, una parte de él sólo quería volver a través del Floo y seguir buscando los Horrocruxes. Siempre había sido incómodo entre ellos, aunque el último año había sido menos incómodo. Casi había sido como tener de vuelta al antiguo James, el de sus días de escuela. Ahora volvían a estar en el punto de partida, o lo que parecía.

-Nick bajará en un minuto, ¿por qué no nos acomodamos todos para almorzar temprano?- sugirió James, sintiendo también la tensión.

-Eso sería muy bienvenido- dijo Albus invitándose a quedarse. -Sirius te hablas con Harry ¿no?- sabiendo por la lectura del Pocionador Práctico que era cierto, había habido fotos de todas y cada una de las formas de animago de Sirius.

-Sí-, dijo Sirius, mirando a Dumbledore como si estuviera loco, lo sabía muy bien, se había quedado en la Mansión Prince cuando se había ido después de aquella maldita sobrecarga de información sobre los Horrocruxes. No era Dumbledore el que les inspiraba a cazarlos y destruirlos, no; era un chico de diecisiete años. Uno que, con suerte, estaba disfrutando de unas vacaciones de lujo.

-¿Por casualidad no sabes dónde está Severus?- preguntó Dumbledore, sonando profundamente preocupado. -No he podido ponerme en contacto con él en todo el día. Espero que los mortífagos no lo hayan capturado, ya es bastante malo que tengan a Kingsley sin añadir otra baja-.

Sirius y Remus se miraron, comunicándose en silencio; ¿se lo decían a Dumbledore o se callaban? ¿Qué daño podría hacer realmente? Sin embargo, no querían traicionar la confianza de Harry, así que decidieron callar. Obviamente, quería a Severus por una razón, y no querían que las vacaciones de Harry se vieran interrumpidas. La maldita guerra, los Horrocruxes, la manipulación y las preguntas podían esperar una quincena.

-¿Has oído algo más sobre él?- preguntó Remus distrayendo convenientemente al mago. Kingsley era muy buen amigo tanto de Sirius como de James. Ponen sus vidas en las manos del otro cuando son llamados a filas, o incluso cuando simplemente se pelean. Se crea un vínculo, uno que la gente normal no podría entender. Hermano de armas, confiando el uno en el otro para cubrir sus espaldas, duraría incluso después de que dejaran el cuerpo de Aurores. Nunca se dejaba de ser un Auror, no existía el concepto de Ex Auror, pero sí uno retirado.

-Yo no, empiezo a pensar que Severus tiene razón, tal vez la maldición Imperious sea demasiado fuerte- dijo Albus, odiando admitir que se equivocaba, cosa que parecía ocurrir más a menudo estos días. Eran inútiles hasta que Voldemort hiciera un movimiento, no sabían dónde estaba su escondite. Ya no usaba el de Pequeño Hangleton, no es que le sorprendiera que sólo hubiera sido un movimiento temporal mientras tomaba a todos por sorpresa. Había esperado que Shacklebolt fuera capaz de quitárselo de encima, de conseguir ayuda, pero no, no tuvo tanta suerte. -Tengo tres miembros de la Orden tanto en el Callejón Diagon como en Hogsmeade en todo momento. Doblaré la cantidad cuando los estudiantes vayan a Hogsmeade-.

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