Ahora es mi turno.

Capítulo 26.

Le iba a preguntar como es que esto ya no era un simple bote, pero preferí ahorrarme preguntas estúpidas.

 —¿METER LA PATA CON QUE? —grite.

 —¡SIÉNTATE Y ABROCHA TU CINTURÓN! —ordenó mientras arrancaba, aumentando la velocidad de una manera increíble.

Mire el asiento que estaba a un lado mio, no lo pensé dos veces y corrí hacía él. Me senté y abroché mi cinturón.

El chico de hermosos ojos azules parecía querer matarnos a ambos, ¿porque iba tan jodidamente rápido? ¿A caso se le quemaba la pizza? 

Entonces sin quererlo siquiera, comencé a ver todo su pasado, desde que era solo un bebe hasta a lo que sucedió hace unos segundos, todo se fue como vino, de golpe y sin ser previsto.

Los recuerdos de su pasado se borraron de mi mente en solo segundos, dejando un vacío enorme que necesitaba esa información solo había quedado una cosa en mí, y esa era el hablando con Drew, su seguridad, la forma en que Drew lo miraba serio, como si lo que le estuviera diciendo fuera muy importante, no recordaba todo lo que hablaron en la conversación, pero si sabía quien era el chico que se encontraba conduciendo una lancha como loco, y sabía que no me haría daño.

Ya elegí a mis aliados Drew.

"El juego acaba de comenzar querido padre."

"Qué bueno que lo hayas notado, no quería tener que decírtelo yo hija"

¿Escucha mis pensamientos o logre decírselo yo?, quizás nunca lo sabré.

—¡NO! —oí gritar a Sam.

Por cierto, se llamaba Sam.

—¿QUÉ SUCEDE? —Grite por en cima del ruido del motor.

 —SE METIERON EN MIS PENSAMIENTOS, NO PUEDO TELE-TRANSPORTARNOS —Grito mientras sacudía su cabeza.

—¿Quienes se metieron? No hay nadie persiguiéndonos.

Di vuelta para observar hacía atrás y efectivamente, no había nadie que estuviera detrás de nosotros.

—NECESITO QUE ME AYUDES, INTENTA METERTE EN MI MENTE Y QUITARLOS.

—¡¿COMO PRETENDES QUE HAGA ESO?!.

—SOLO HAZLO MALDICIÓN.

Cerré los ojos con fuerza, tal vez solo necesitaba concentración o no lo sé, nunca logro hacer estas cosas cuando quiero, suceden cuando se le da la gana a mi cerebro.

De la nada sentí mi cuerpo más liviano, como si no estuviera en el, y sé que así era, lo había conseguido sin esforzarme demasiado o al menos eso creía.

"¿Quien eres tu?" dijo una voz grave, mientras se reía.

"¿Otro demonio impidiendo que este se escape con la chica?"

Miles de voces a la vez empezaron a hablar, se armo todo un griterío.

"CÁLLENSE"

El silencio inundo todo a mi alrededor. Abrí mis ojos cuando sentí un golpe fuerte en mi trasero, me fui hacía delante y volví atrás en un movimiento brusco, todo mi cuerpo dolía.

A mi alrededor se escuchaban ruedas rechinando, bocinas sonando, personas gritando, algunos insultos, otras simplemente lanzaban gritos de sorpresa.

—Guauuu —exclamo Sam.

—¿Qué paso y donde diablos estamos? —le pregunte.

—Lo logre, y estamos en un puente, no es donde quería llegar, pero me basta —respondió  mientras salia de la lancha pegando un salto—. Vamos ven.