Telegramas

6 1 0
                                    

 
Se acostumbró a enviar telegramas. Mensajes cortos, precisos, baratos. Una vez al día, porque cobraban por palabra y estaban caras. 
Pero cuando creció, la tecnología había avanzado muchísimo y  habían aparecido nuevos medios de comunicación. Ahora podía hablar mucho más, explayarse, abrir el corazón. Ya no le cobrarían por palabras, ni la limitarían a cierta cantidad de caracteres. 
Pero no, se había acostumbrado a enviar telegramas. Una vez al día, por lo general a la hora de la comida. 
Del otro lado esperaban una cita, horas interminables de charlas, llantos, risas, proyecciones, sueños. Del otro lado amaban sin condición. 
De este lado calculaba el costo de cada palabra. 
 

>> Las oraciones en formato telegrama suelen ser las más económicas, pero cuando nos acostumbramos a ellas, corremos el riesgo de menospreciar las citas con Dios. Recordemos que "nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero".

Relatos CortosWhere stories live. Discover now